Hoy iba a publicar otra entrada, pero la semana pasada vimos una fotografía que nos encogió el alma a todos. Aunque creo que especialmente a quienes tenemos niños pequeños, pues vimos a nuestros propios hijos reflejados en aquel pequeño de la playa. No se han hecho esperar las voces que han clamado al cielo sin entender por qué en un mundo con tantos avances tecnológicos y humanos sigue habiendo muertes sin sentido. Y muchas de esas voces se han preguntado qué se puede hacer para ayudar. Yo misma me he preguntado cómo puedo ayudar a un refugiado.