Reconozco que soy un tipo de madre. Soy de esas madres que llevan de todo en el bolso o mochila y que parece más bien el de Mary Poppins que el mío. También soy de esas madres a las que les gusta preparar en casa galletas y bizcochos para sus peques. Además, soy del tipo de madre que no se achanta ante una manualidad del cole. Pero lo más importante es que me he dado cuenta de que no es malo ser ese tipo de madre.