La vuelta al cole nos cuesta a todos. Siempre oigo historias en las que otras madres me cuentan que sus peques se quedan fritos antes de cenar en el sofá porque llegan agotados del cole. Reconozco que, como mis hijos no paran quietos ni un momento, siempre he tenido cierta envidia. Pero el otro día se alinearon los planetas y hubo una tarde en la que al Peque le dio por dormirse en el sofá.