Cuando comencé a hacer mis propias tartas, como no tenía ni idea (yo sólo sabía que quería una buena tarta de chocolate, jejeje…), empecé mirando por Internet. Encontré muchas páginas en inglés y algunas en español (nada que ver con la cantidad que hay ahora). La mayoría, tenían una “ayudita” en la cocina que les hacía más fácil aquello de hacer merengues o buttercreams, mezclar los ingredientes del bizcocho o hacer una buena cantidad de glasa para las galletas. Esta ayudita era la famosa máquina KitchenAid. Y yo quise tener la mía.