No sabía muy bien si publicar esta entrada ahora en Navidad o en San Valentín porque esta manualidad viene bien para cualquiera de las dos fiestas. Este corazón de fieltro entrelazado DIY se puede hacer como adorno para el árbol de Navidad o regalar a alguien especial en San Valentín.
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… de hacer bolas de fieltro para el árbol de Navidad (DIY)
El año pasado me dio por el fieltro. La culpa la tuvo el ratoncito Pérez. Pues eso, que esta entrada lleva un año esperando ser publicada. Siempre digo que no tiréis los recortes (de fieltro, cartulina…) porque pueden servir para otras cosas. En estas bolas para adornar el árbol de Navidad, vais a darles mucha salidas a todos esos recortes, ya veréis 🙂
… de hacer un ratoncito Pérez de fieltro
Maneras de empezar el año hay muchas. Habrá quien lo empiece llorando (de alegría o de pena), otros durmiendo, habrá también quien lo empiece bailando o incluso trabajando. El Mayor empezó el año cayéndosele un diente. El primero. Se comió las uvas que pudo, celebramos y felicitamos el año nuevo y empezó la fiesta. En casa de mi suegra nos habíamos juntado nosotros cinco con mis suegros y cuñados, pero también había tíos y primos del Tripadre. Estos últimos, a su vez, con hijos.
… de las tiritas para muñecos
Tener hijos es igual a tener el botiquín lleno de apiretales, dalsys, agua oxigenada y tiritas. El paracetamol para adultos puede faltar llegado el caso, pero no cualquier cosa necesaria para realizar una primera cura en casa a un miembro de tu progenie.
El curso pasado, el Mediano se hizo en el cole una brecha en la cabeza producida por una caída y golpe en barandilla. Le pusieron tres grapas. ¿Lloró? No, para qué, si su madre no estaba delante. Eso sí, ya en casa, la cura con un poco de betadine en un algodón provocó ríos de lágrimas desconsoladas. Y ahí estaba yo, debatiéndome entre curarle a besos (si se dejara, claro) o pasar de quien no llora por las grapas pero sí por el algodón. Para tranquilidad de todos, se curó estupendamente y, a parte de la consecuente cicatriz en la cabeza, no hubo mayores repercusiones.
El caso es que le pusieron una venda en la cabeza. Menudo espectáculo. Se veía más venda que cabeza y todo para tres grapillas. Y, como no podía ser de otra manera, a su osito, ése al que más quiere de entre todos los que hay en su cama, también tuve que ponerle una venda. Y, oh, sorpresa, parece que mi hijo se calmó un poco. Es como si al ver a su osito de la misma guisa que él, ya no le doliera tanto… el dolor compartido duele menos.
Pues desde el curso pasado ando yo dándole vueltas a esto. No sé si a vuestros hijos también les pasa. Supongo que sí. Es curioso, ¿verdad? En mi caso, no es la primera vez que me doy agua oxigenada en la mano para que vean que no pasa nada y me dejen curarles la herida de turno. Con la crema de los chichones, al principio, lo mismo: acababa dándomela yo.
Tampoco es la primera vez que he tenido que ponerles tiritas, aunque no las necesitaran, para que me dejaran curarles más tranquilamente. Bueno, pues aquí es dónde yo quería llegar. A las tiritas. Y es que el otro día vi esto a través de Pinterest (where else? parafraseando al famoso anuncio) esta genial idea para hacer tiritas… ¡a los muñecos!
Se necesita poca cosa: fieltro, velcro (ambas caras) del que se pega (o tendréis que coser más), aguja, hilo y tijeras. Lo siento pero si queréis que vuestras tiritas sean lo más reales posibles, os va a tocar coser. La idea es recortar el fieltro con forma de tirita y unirlo al velcro. De esta manera, el velcro se pegará a la tela del muñeco. Pero como hay telas en las que no pega, utilizamos la otra cara del velcro y, como éste es de pegar, pegamos primero una parte del velcro al muñeco y encima ya podemos poner la otra parte, la de la tirita en sí. Os lo cuento mejor en el vídeo que hay al final y que ya está también en el canal de YouTube del blog.
CONTRAS:
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En esta manualidad, hay que coser. Lo siento pero hay que sacar la aguja. Aunque ya os digo que no hace falta ser expertas costureras para coser el rectángulo.
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El velcro de pegar es difícil de coser porque, al meter la aguja, a ésta le cuesta atravesarlo por el pegamento que lleva el velcro.
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Aunque el velcro puede ser de cualquier color, para el fieltro yo os recomendaría marrón, que es el color más parecido al de las tiritas de toda la vida.
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Como vais a estar con aguja, no recomiendo que los niños participen en esta manualidad. Pero una vez más, sois vosotras las que conocéis a vuestros hijos, si son capaces o no de no tocar la aguja.
PROS:
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Precisamente porque el velcro tiene pegamento en una cara, hay que coser menos que si no lo llevara. Así que, como también se puede utilizar el velcro normal, os dejo a vuestra elección cuál preferís usar.
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Una lámina de fieltro es barata. Y el poco de velcro que se necesita (sea del que sea y aunque se necesiten ambas caras) tampoco es caro. La aguja y el hilo doy por sentado que ya tenéis en casa.
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Se tarta poco tiempo en hacer. Menos aún si sois ágiles con la aguja.
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A los niños les encanta ver a sus muñecos con las tiritas. No hace falta que me creáis. Haced la prueba en casa y luego me contáis ;-).
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Os va a sobrar material seguro. Así que no hay problema en hacer más tiritas si alguna se pierde o extravía.
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Podéis hacerlas más reales aún pintándoles puntitos con un rotulador de punta fina.
Ahora sólo falta guardar las tiritas hasta nuevo aviso. Para no extraviarlas, yo las he puesto junto a las de verdad. ¿Qué os ha parecido la manualidad de hoy? ¿Os animáis a hacer estas tiritas para los muñecos de vuestros retoños? Si tenéis alguna duda, preguntádmela en los comentarios. Yo os la intentaré resolver. Y si queréis ver más juguetes caseros sólo tenéis que pinchar en el enlace ;-).
… de hacer posavasos con goma eva
Hoy os traigo una manualidad en la línea de las demás: fácil, barata, rápida y resultona. Y útil. Se trata de unos posavasos handmade o DIY, como se dice ahora, o hechos con estas manitas, como se ha dicho siempre.
La idea me rondaba por la cabeza al ver tantas tapas de yogures, potitos, recipientes de la comida china, botes, etc., rondando por la cocina. Siempre ando guardando estas cosas, por si sirven, alguna utilidad tendrán… Esta manía me viene directamente de mi abuela.
Las susodichas tapas las utilizo para varias cosas: tapar la infusión mientras reposa, tapar el puré del Peque mientras se enfría, echar semillas varias (de calabazas, pimientos, tomates…) para que se sequen y así poder plantarlas después, y, por supuesto, para poner vasos encima a modo de posavasos.
Pero reconozcámoslo, estas tapas son feas. Aunque sean transparentes, siguen siendo feas. Así que se me ocurrió darle un toque de color. Al principio pensé en fieltro. Y así me fui a comprarlo. Elegí uno que me llamó la atención y que me gustó bastante. Una vez en casa, me di cuenta de que lo que había comprado no era fieltro, sino goma eva. El resultado es el mismo.
Ahora tengo dos de estos geniales posavasos rondando por la cocina. He guardado el resto, a esperas de necesitarlos en alguna vista y de repuesto por si se me estropea alguno de los que ya he hecho. Esta semana de inicio de las clases, he de reconocer que me han alegrado. Ha sido una semana de locos, de adaptaciones para todos. Espero que la siguiente vaya todo más rodado.
CONTRAS:
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Vale que no son los posavasos más guays del mundo mundial (como diría un mico que yo me sé), pero para lo que cuesta hacerlos, son geniales.
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Las tapas son redondas. Es difícil recortar un círculo perfecto aunque vayas siguiendo una línea. Pero la tapa sí es perfectamente circular. El truco está en que se note lo menos posible el descuadre.
PROS:
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Cunde mucho. Con una lámina de goma eva tamaño A3 (más o menos) hice unos 12 posavasos pequeños y dos grandes utilizando sólo la mitad.
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Se puede usar indistintamente goma eva o fieltro, pero si os decidís por éste último, buscadlo de cierto grosor.
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Yo usé una sola lámina para hacer todos los posavasos iguales, pero por supuesto podéis alternar entre varios modelos y colores.
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Es súper barato. Pensadlo: las tapas ya las tenéis, posiblemente las tijeras y el pegamento también. Sólo tenéis que comprar la lámina y ésta, dependiendo del tamaño y el material, ronda el euro.
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Es una manualidad que pueden realizar los niños. En este caso, ya sabéis, cuidado con las tijeras, no perdáis de vista el pegamento y aseguraos de tener tapas suficientes para todos.
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Los posavasos se hacen rápido. Apenas hay que hacer despliegue de medios. Cortar y pegar, todo es empezar, jejeje…
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Cuando digo posavasos, seguro que habéis pensado que sólo sirve para poner un vaso. Obvio. Pero ya sabéis que me gusta rizar el rizo un poco más. ¿Recordáis los floreros? Ahora imaginadlos sobre uno de estos posavasos… 😉
El cómo hacerlos paso a paso os lo enseño en este vídeo que ya está también disponible en el canal de YouTube del blog.
¿Y ahora, qué? ¿Os animáis a hacerlos? Si le encontráis algún pro o contra más a esta manualidad, dímelo en los comentarios. Y si los hacéis, estaría encantada de que me enseñaseis cómo os quedaron.