Llevamos una época en casa en la que las peleas de hermanos están a la orden del día. Yo ando desesperada. No hay día en el que uno no se queje de su hermano o el otro no me venga llorando porque ha recibido un golpe, aunque sea sin querer.
Llevamos una época en casa en la que las peleas de hermanos están a la orden del día. Yo ando desesperada. No hay día en el que uno no se queje de su hermano o el otro no me venga llorando porque ha recibido un golpe, aunque sea sin querer.