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13Dic/13

… del juguete proyector

Juguete proyector

La verdad es que no sé muy bien qué nombre darle al juguete, pero por la foto seguro que lo reconocéis. Consiste en calcar el dibujo que tiene (hay varios modelos), tarea que es facilitada gracias a una bombilla (que funciona con pilas) que tiene dentro. Así que no hay que confundir este juguete en cuestión con otro que hay que proyecta la imagen desde arriba.

En casa tenemos dos modelos, un de Rayo McQueen y otro de Mickey Mouse. Éste es mucho más simple que el de Rayo porque sus dibujos son más grandes y tienen menos líneas. Sin embargo, ambos usan el mismo número y tipo de pilas y ocupan lo mismo.

La idea es poner papel encima del dibujo que se quiera dibujar, encender la bombilla, calcar el dibujo y después colorearlo. Como digo, el de Mickey es más sencillo y hasta viene con una guía de colores (el 1 es amarillo, el 2 es azul, el 3 es rojo, etc.), de manera que, tras calcar el dibujo, sólo hay que ver qué número viene marcado dentro y colorearlo del color en cuestión. O hacer como mis hijos, pasar de la guía e ir por libre. Para gustos, los colores. Nunca mejor dicho.

La manera de elegir el dibujo es muy sencilla, aunque a los niños al principio les cuesta un poco. Tiene dos manivelas o ruecas a ambos lados. Girando la de la derecha o la de la izquierda, van pasando los dibujos cual pergamino hacia el lado elegido. Cuando se ve el que se quiere pintar, se para y a calcarlo. Este mecanismo les suele costar a los niños porque tienden a girar cada una a un lado contrario, con lo cual, la tira de dibujos no se mueve.

Este juguete me recuerda a cuando yo iba al cole y calcábamos los dibujos de la tele (Oliver y Benji de Campeones, sobre todo) en la ventana. Al segundo que calcabas ya te dolía el brazo. Y luego estaba el problema del celo con el que lo sujetábamos al cristal para que no se nos moviera: había que despegarlo con sumo cuidado para no romper el folio. ¡Madre mía! Ha pasado una eternidad de aquello… Dadme un momento para sentirme vieja…

Vale, ya.

CONTRAS:

  1. Las pilas. Cada aparatejo de estos necesita 4 pilas de las gordotas. La duración variará en función de cuánto lo use el niño. Lo que enlaza directamente con el siguiente contra.

  2. Los niños tienen a dejar la luz encendida. Lo hacen cuando salen del baño (al menos los míos) y lo hacen de igual forma con este juguete. Les tengo que repetir hasta la saciedad que, si no lo van a usar, que lo apaguen, que luego se gastan las pilas y, cuando quieran pintar, no van a poder.

  3. Yo diría que es un juguete de interior. Sacarlo al patio o a la terraza no suele ser buena idea porque no se aprecia para nada que la bombilla esté encendida.

  4. En el espacio donde se calca no cabe un folio entero. Es necesario partirlo a la mitad y, aún así, le sobra un poco.

  5. Es un juguete que pesa un poco. Es muy probable que a los más peques se les resbale de las manos. Cuidado con los pies.

PROS:

  1. Cada juguete trae en el lateral una solapa-compartimento muy apropiada para guardar los lápices y tenerlos siempre a mano.

  2. A cada lado del lugar para calcar el dibujo hay unas pestañitas donde poner el folio e intentar así que se mueva lo menos posible.

  3. Este tipo de juguete dispone de modelos más fáciles (Mickey) y otros más complicados (Rayo), por lo que abarca un amplio abanico de edad. Yo creo que lo pueden usar aquellos niños que ya sepan coger un lápiz y estén empezando con la lectoescritura (creo que se llama así), que consiste básicamente en seguir líneas. Supongo que a partir de los 3 o 4 años de edad, según cada niño, hasta que se aburran. El Mayor con 6 años aún sigue enganchado al de Rayo.

  4. Muy en consonancia con el pro anterior: es un buen ejercicio para trabajar la motricidad de las manos y fomenta el vínculo óculo-manual.

  5. Al igual que os digo que hemos gastado muchas pilas en ese juguete (llevan ya varios años con nosotros), os digo también que no hemos tenido que cambiar la bombilla ni una sola vez.

  6. Es un juguete resistente. A cada uno de mis tres hijos, en algún momento, les ha dado por tirar el juguete al suelo o rematar la faena subiéndose encima. Y el juguete sigue sin romperse.

¿Qué os ha parecido este juguete? ¿Lo tiene vuestros hijos? ¿Os animaríais a regalárselo a un niño? Contádmelo en los comentarios.

27Nov/13

… de hacer un árbol con lunares

Árbol de lunares

Hoy vengo con una manualidad muy curiosa. Saqué la idea de aquí a través de Pinterest y el domingo pasado la llevamos a cabo en casa. Es una actividad para los niños. Lo que duren haciéndola dependerá de cómo sean vuestros hijos. Los míos duraron quince o veinte minutos. Con lo culo inquietos que son, me doy por satisfecha.

Hay que reconocer que ahora que ha llegado el otoño en todo su esplendor (frío, aire, lluvia…), lo que más apetece es quedarse en casa. Además, acabamos de pasar en casa una buena racha de enfermedades con todos los niños (laringitis, gastroenteritis, bronquitis… y demás -itis) y salir a la calle, aunque les abrigue, dispara todas mis alarmas. Así que prefiero hacer cosas con ellos. Así, de paso, se sientan un rato, que no les viene mal, dicho sea de paso.

El pistoletazo de salida lo dio el Mediano cuando el domingo a las ocho y media de la mañana preguntó si podíamos pintar… con pinceles. El Peque aún no se había levantado, así que dije que sí. Ahora que el Peque anda más por casa y está menos en el parque, hay que tener mucho ojo con qué se saca y qué no. A su año y medio creo que aún no está preparado para este tipo de pinturas. Este verano lo intenté y a la tercera vez que intentó comerse la pintura de dedos con las manos, tuve que dar por acabada su manualidad. Así que ya sólo saco los pinceles y demás cuando duerme. Así los Mayores pueden pintar a gusto y yo puedo ayudarles si me lo piden, sin temer por el estómago del retoño menor.

La entrada de hoy viene con un vídeo un poco breve donde explico qué se necesita y cómo hacerlo, pero ya os digo que la estrella de esta manualidad son los bastoncillos para los oídos. La pintura que nosotros usamos fueron témperas, pero se puede usar otro tipo (como la pintura de dedos). El resto es fácil con un poquito de imaginación. Al fin y al cabo, todos sabemos qué pinta tiene un árbol.

CONTRAS:

  1. Las pinturas manchan. Siempre lo digo, pero cuando se sacan pinturas, del tipo que sea, lo mejor es usar ropa vieja o de andar por casa y forrar la mesa con hule o páginas de periódico. Y, por supuesto, tener toallitas a mano.

  2. Una vez terminado el árbol, hay que dejarlo secar. Cuidado con los vuelcos del papel porque mancha.

  3. Si no tenéis bastoncillos para los oídos o no queréis usarlos, también se puede hacer sólo con los dedos. En este caso, yo os recomendaría usar pintura para dedos.

PROS:

  1. Estamos en otoño. Aprovechad para pintar las hojas de otro color que no sea sólo verde. Dad un paseo por el parque, decidles a vuestros hijos que miren cuánto color tienen las ramas y luego en casa, que lo plasmen sobre el papel. Ni siquiera en primavera los árboles tienen tantos colores.

  2. Como siempre, se pueden mezclar colores y sacar otros nuevos. Innovad.

  3. Como las hojas se pintan con bastoncillos (o los mismos dedos), luego no hay que andar limpiando pinceles. Cuando se acabe con el árbol, el bastoncillo va directo a la basura.

  4. Nosotros pintamos un árbol, pero se puede hacer cualquier otro dibujo. Es más, se puede coger uno de esos dibujos para colorear y, en vez de usar ceras de colores, pintarlo de esta manera, con puntitos. Creo recordar que el neoimpresionismo usaba esta técnica ;-).

Bueno, pues os dejo ya con el vídeo que también está en el canal del blog en YouTube. ¿Qué os parece? ¿Os animáis a hacerlo en casa?