El Peque ha dejado de hablar koiné. Sí, eso tan raro que sólo le entendía yo. Ahora se le entiende todo lo que dice. Y habla por los codos. Y todo le interesa y le llama la atención. Y quiere saber el porqué de todo. Está en la fase de los porqués. Lo que origina esas conversaciones de niños que son ridículas a la vez que divertidas.