No hay nada más original que una camiseta pintada por uno mismo. A los niños les encanta pintar, pero siempre pintan en papel o similares. Siempre andamos con el “¡cuidado no te manches la ropa!”. Así que imaginaos lo que les encanta pintarse sus propias camisetas. ¡Éxito asegurado! Y, además, se pasa un ratito divertido. Es algo caótico, no os engañaré, pero merece la pena.