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04May/13

… de hacer una tele de cartón

TV de cartón

¿Qué se puede hacer con una caja de cartón (además de una pista de coches o similar, claro ;-))? ¡Pues una televisión! Pero nada de televisiones planas y modernas, no… Una de las de antes, con sus botones y todo, pero no como la que había en el pueblo, tampoco hay que pasarse, ésta viene con mando a distancia. De los sencillitos, eso sí, nada de TDT.

El caso es que esta genial idea no es mía. Se le ocurrió al Mayor ayer por la tarde. Y él, a su vez, la sacó de unos dibujos que vio en la tele. A la hora de merendar, me dijo:

– Mamá, se me ha ocurrido una idea.

– A ver, dime- le contesté, pero ya me temía lo peor…

– ¿Qué te parece si, después de merendar, hacemos una tele con una caja de cartón?

– ¡Pues me parece una idea fantástica!- realmente estaba aliviada al comprobar que su idea no implicaba destrucción.

Bueno, pues al rato (que tres niños tardan en merendar lo suyo), nos pusimos al lío. La verdad es que se tarda muy poco. Sólo hacen falta tres cosas: una caja algo grande (como para que quepa la cabeza del niño), celo ancho y un cutter o tijeras. Con el celo se monta la caja de forma normal, como si fuéramos a guardar algo en ella, vaya. Luego, con las tijeras o el cutter (yo recomiendo éste último) se cortan las solapas (reservamos una) y se pone la caja boca abajo. Ahora, se recorta un cuadrado de uno de los lados más anchos. Pero no lo centréis, es mejor ligeramente situado a un lado para que haya sitio donde dibujar los botones.

Y ya está. Así de fácil y así de rápido. Todos estos pasos los hice yo por aquello de que no se cortaran los Trastos, que me daba miedo que usaran el cutter. Lo que sí hicieron fue pintarla. Nosotros usamos ceras (que no lápices) de colores, así se puede pintar con toda la superficie y se termina antes. Pintamos cada lado de un color y, como detalles, los botones (hasta el de encendido/apagado le pusimos :)). Pero, si os animáis, podéis dibujarle flores, rayos o lo que más les guste a vuestros peques.

Con una de las solapas restantes, recortamos un rectángulo y lo usamos como mando. Ponemos los números del 1 al 0, un botón de encender/apagar y un más (+) y un menos (-) para el volumen. Y ya tenemos mando.

Todo esto tardamos unos 10 minutos en hacerlo. Y después ¡a jugar! Por turnos, nos fuimos metiendo dentro de la caja (trimadre incluida) y fuimos contando cosas (a modo de cuento) y cantando canciones (como si fuéramos la MTV, jajaja). Después de un rato así, empezamos a usar muñecos para escenificar los cuentos. Estuvimos un buen rato así… y más tiempo hubiera sido si no se nos hubiera echado encima la hora de la cena. Sólo conseguí despegarles de la tele de cartón con la firme promesa de volver a jugar hoy con ella.

CONTRAS:

  1. Se necesita una caja algo grande. Si no fuera por la mudanza, no sé si tendría en casa.

  2. Hay que usar tijeras o cutter, así que hay que estar pendiente de que los niños no tengan la tentación de cogerlo y jugar con ello (especialmente con el cutter).

PROS:

  1. Se hace súper rápido. Ya os digo que entre cortarla y pintarla sólo tardamos unos 10 minutos.

  2. Se aprovechan cajas que andan por casa sin oficio ni beneficio.

  3. Se fomenta la creatividad, tanto a la hora de pintar la caja como a la hora de jugar con ella.

  4. Se puede personalizar la televisión al gusto del peque.

  5. Al usar ceras, no se ensucia.

  6. Se pueden usar témperas, rotuladores… Es más, se me ocurre que los más apañados pueden incluso pegar trocitos de papel para darle otro aspecto. ¡Vale cualquier cosa que tengáis por casa y les guste a vuestros hijos!

  7. Nos reímos un montón, yo incluida. Daba igual que estuviéramos dentro de la caja inventando historias como fuera “viendo la tele” ;-).

  8. Al ser tres a jugar, se aprende a respetar los turnos para usar la caja-televisión.

Como veis, tras la experiencia con la pista de coches, esta vez no usamos témperas ni ningún otro tipo de pinturas con las que tuviéramos que usar pinceles. Pero como no le pusimos muchos detalles, no lo descarto 😉

Y vosotros, ¿os animáis?

27Abr/13

… de hacer una pista de coches

Pista de coches hecha con una caja de cartón.

Pista de coches hecha con una caja de cartón.

No os lo he contado, pero en verano nos mudamos de casa. Con la llegado del Peque, tuvimos que dejar nuestro minipiso porque necesitábamos una habitación más. El Tripadre trabaja mucho desde casa y necesitaba usar una habitación como despacho, los Trastos mayores compartían habitación, en cuanto el Peque dejara de dormir con nosotros, ¿dónde iba a dormir el pobrecito? Nos faltaba una habitación. Así que, estando yo embarazada, empezamos a mirar casas. Para resumir, diré que los planetas se alinearon, pasó un gato verde debajo de la ventana y un ratón coloraó se dejó ver. Encontramos casa, no como la que íbamos buscando, pero nos servía.

La casa se llenó de cajas de la mudanza, algunas aún siguen llenas por ahí… pero ése es otro tema, upppsss… El caso es que, poco a poco, algunas se van vaciando. ¿Y ahora qué hago yo con tanta caja de cartón? Pues se me ocurrió aprovechar alguna para hacer una pista de carreras.

La corté en dos trozos y los uní con celo, ya estaba listo el lienzo. Con un lápiz hice dos óvalos para obtener una pista en la que cupieran dos coches. Todo muy tosco, sobre todo, teniendo en cuenta que mis dotes para dibujar son nulas tirando a absurdas. Y después, pues al suelo.

No sabía si la idea les iba a gustar a los Trastos, así que lo primero que saqué fueron los lápices de colores. El Mediano se dedicó a hacer garabatos, pero el Mayor pintó hasta un árbol y, si me apuráis, os diré que le salió mejor que a mí. También fue él quien escribió “META”, que si no, no nos podemos echar carreras. Y esta primera pista 1.0 anduvo rodando por casa varios días. No veáis lo ilusionados que andaban ellos con su nuevo “juguete”, cogieron sus coches y venga a jugar.

Viendo que la emoción y el juego les duraba, decidí pasar a la siguiente fase y saqué, cómo no, los pinceles y las témperas. Después de tomar las precauciones de siempre, comenzamos a pintar. El árbol quedó tapado, pero en su lugar, pintamos otro, aunque no nos quedó tan bien como el primero. La palabra “META” quedó algo borrosa y para leerla ahora hay que echarle imaginación. En cualquier caso, todo esto dio paso a la pista 2.0.

CONTRAS:

  1. A posteriori, creo que deberíamos habernos quedado con los dibujos con lápices de colores porque con las témperas se perdieron muchos detalles y ahora parece un batiburillo de cosas que apenas se distinguen. Yo es que ya tengo mis ojos entrenados, jejeje…

  2. Cuidado con el celo, que luego se les pega a la piel y no veáis para despegarlo. Sé de lo que hablo…

  3. Como la caja es grande, seguro que pensaréis que no hubo disputas sobre el espacio de cada uno para pintar porque a penas se rozan… bueno, pues os equivocáis…

PROS:

  1. Hacer un juguete con sus propias manos (aunque ya sé que la pista no es un juguete como tal), les encantó y, aunque pensé que duraría dos días (el cartón no es muy resistente), para mi sorpresa, ahí sigue. Cuidan su pista e intentan que no se rompa.

  2. Podéis elegir entre pintar con lápices de colores (que no manchan y luego no hay que limpiar) o las témperas.

  3. Se pueden añadir detalles con rotulador.

  4. Se pueden hacer pistas de distintos tamaños, según sea la caja que tengáis por casa.

  5. Como yo tengo niños, hicimos una pista de coches, pero para quienes tengan niñas, se me ocurre que se pueden pintar las habitaciones de una casa para jugar con muñecas (anda que no habré jugado yo a eso, pero haciendo las habitaciones en la arena del parque…). También se puede pintar un bosque o una granja y jugar con los animales. ¡Podéis poner el escenario que más le guste a vuestros peques!

  6. Nuestra pista es muy simplona, en parte porque a mis Trastos les vale así y en parte por la poca destreza que tiene su madre dibujando. Pero para quien sea diestro en estas artes, se pueden hacen pistas con distintos trazados. Más personal imposible ;-).

  7. Lo de siempre: fomenta la creatividad, refuerza la autoestima, se pasa un rato divertido…

Han pasado ya seis meses desde aquello y aún siguen jugando con la cutre-pista que nos montamos a principios de otoño. Cierto que no con la misma intensidad, pero no la han mandado al ostracismo total, que ya es decir… De vez en cuando les da por jugar con ella. Es en esos momentos cuando pienso en la cantidad de dinero desperdiciado en juguetes más caros y que duraron menos tiempo.