No sé en tu casa, pero en la mía, lavarse los dientes es una juerga. Mis Trastos suelen ir juntos a realizar esta tarea a pesar de que el baño se les queda pequeño. Y, entre risas y empujones, no sé cómo lo hacen pero el lavabo siempre acaba lleno de pasta de dientes. Hasta que me enteré de que existían cosas como un dispensador de dentífrico para niños.