Hace unos años escribía por aquí sobre la idea de dejar a los niños solos en casa. En aquel momento (años 2019), era una idea que estaba a punto de hacerse realidad. Contaba, para recordar un poco, que el Mayor estaba a punto de cumplir 12 años, edad en la que siempre le habíamos dicho que empezarían a quedarse solos en casa a (pequeños) ratos. Hoy, unos años después, efectivamente ya se quedan solos mientras Papá³ y yo salimos a hacer otras cosas.
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… de hacer fitboxing con mi hijo
Hace unos meses, he empezado a hacer fitboxing con mi hijo el Mayor. Puede que esta palabreja te suene raro, no te apures, a mí también me pasó al principio. Yo había oído hablar del kickboxing o, simplemente, de boxear, pero no del fitboxing. Buscando la diferencia en Internet, leí que el kickboxing era básicamente y resumiéndolo mucho (si hay algún experto por aquí en este deporte, que me perdone), un uno contra uno. Mientras que el fitboxing, era uno contra el saco de boxeo.
Sigue leyendo… de la primera salida a una discoteca de mi hijo el Mayor
A finales del curso pasado, con sus quince años recién cumplidos, tuvo lugar un acontecimiento importante en nuestra familia: la primera salida a una discoteca de mi hijo el Mayor. Otra sorpresa que nos ha traído la adolescencia y que, aunque yo ya la estaba esperando, la verdad es que yo no estaba muy preparada para esta primera vez.
Sigue leyendoCarta abierta a mi hijo Mayor (15 años)
Queridísimo Mayor:
Quince. Quince años cumples, mi amor. Y aunque a ti esta canción no te suene apenas, yo aún recuerdo cuando me la cantaron a mí. Y ahora es a ti a quien te la cantamos. Para bochorno de tu adolescencia, aunque te lo has tomado con humor.
Sigue leyendo… del libro «¡Bienvenida Adolesc(i)encia!»
Con el Mayor en plena adolescencia y el Mediano en su particular preadolescencia, estaba claro que ya tenía que empezar a leer algún libro sobre la etapa de la adolescencia. Así que el libro ¡Bienvenida Adolesc(i)encia! que me hizo llegar Anaya me ha venido genial. Por supuesto, aunque no sea un libro de cuento o una novela, ya forma parte del Rincón de lectura del blog.
Sigue leyendo… de que mi adolescente no quiera hacer cosas conmigo
Qué difícil es poner un título manteniendo el juego de «contras y pros de… (introduzca aquí su frase)». Lo que yo quería decir es que mi hijo adolescente ya no quiere hacer cosas con nosotros, el resto de su familia. No siempre, es cierto, pero sí que ya hay veces en las que no se apunta al plan familiar. Y eso, a mi corazoncito de madre, pues qué quieres que te diga, le duele un poco.
Sigue leyendo… del cambio de voz en adolescentes
Que el Mayor es ya todo un adolescente lo llevo diciendo desde hace tiempo ya. A parte de la actitud tan propia de la adolescencia, como no podía ser de otra manera, los cambios en su cuerpo están haciendo acto de presencia. Entre otras novedades, yo venía esperándome el famoso cambio de voz en adolescentes desde que empezó a aparecerle el vello púbico. Pero nada me preparó para ese día.
Sigue leyendo… de que tu adolescente duerma hasta tarde
Ahora que hemos pasado las vacaciones de verano, puedo afirmar con conocimiento de causa que el sueño en la adolescencia no es un mito. Un día te tiras de los pelos porque tu peque se levanta cada día más temprano y, al día siguiente, te desespera que tu adolescente duerma hasta tarde. He podido comprobarlo con el Mayor, a quien este año más de una vez casi se le ha juntado el desayuno con la comida.
Sigue leyendo… de que tu hijo te diga «jo, mamá, macho»
Bueno, pues el famoso día ha llegado. Si bien no ha sido en la forma en la que esperaba, sí que lo ha hecho en todo su esplendor. Mientras los «mamis» aún resuenan en tu cabeza y tú aún te empeñas en ver al bebé que era tu peque en lugar del adolescente en el que se está convirtiendo, el día menos esperado tu retoño te suelta un «jo, mamá, macho» y a ti se te antoja que una jarra de agua bien fría no te habría dejado tan helada.
… del cambio de talla de ropa en la adolescencia
Ha empezado a refrescar, los días ya son más cortos y eso se nota también en las temperaturas. Vamos camino del otoño (¡por fin) y eso, entre otras cosas significa hacer cambio de armario. O, más bien, tener que salir a comprarle ropa al Mayor básicamente porque es el que no tiene de quién heredar. Pero resulta que le ha dado por el cambio de talla de ropa en la adolescencia, que sí, que el pobrecito mío tiene que crecer, ya lo sé, pero es que esto es una batalla y ahora te cuento por qué.