Queridísimo Mayor:
Esta semana cumples 9 años y me siento vieja. Es tu último año con una sola cifra en la edad y todos los anteriores se me han pasado en un suspiro. Recuerdo el día en que naciste, con esos ojos tan abiertos, todo espanzurrado, estirándote a tus anchas al fin. Recuerdo lo que sentí cuando te vi por primera vez, ese inmenso amor y esa sensación de que, efectivamente, por fin ya estabas allí, con nosotros.