Quince. Quince años cumples, mi amor. Y aunque a ti esta canción no te suene apenas, yo aún recuerdo cuando me la cantaron a mí. Y ahora es a ti a quien te la cantamos. Para bochorno de tu adolescencia, aunque te lo has tomado con humor.
Hace tiempo escribía una entrada en la que relataba que yo no he sido muy amiga de ir al parque con mis hijos cuando eran pequeños. Aunque, claro que iba. ¡Todo sea por los hijos! Sin embargo, cuando estos han ido creciendo y yo he pasado de estar literalmente detrás de ellos a observarles desde la distancia, el asunto ha mejorado considerablemente para mí. Lo que no ha cambiado es lo de llevar una bolsa para sus cosas, aunque, como imaginarás, el contenido sea completamente distinto. Y a eso vengo hoy: a contarte cuáles son nuestros imprescindibles para ir al parque con niños algo ya más mayorcitos.
Con el Mayor en plena adolescencia y el Mediano en su particular preadolescencia, estaba claro que ya tenía que empezar a leer algún libro sobre la etapa de la adolescencia. Así que el libro ¡Bienvenida Adolesc(i)encia! que me hizo llegar Anaya me ha venido genial. Por supuesto, aunque no sea un libro de cuento o una novela, ya forma parte del Rincón de lectura del blog.
El mes pasado has cumplido 10 años. Así, despacio y a tu ritmo, ya estás en tu primera decena. Hijo mío, ahora sí que soy consciente de lo mayor que eres. Y, aunque mi corazón está algo triste por lo rápido que han pasado estos primeros 10 años de tu vida, la verdad es que tengo muchas ganas de verte crecer en los próximos años porque sé que vas a llegar muy lejos. Eres tenaz (a veces incluso cabezota), decidido, alegre, dicharachero… ¡contigo no se puede aburrir nadie!
El fin de semana pasado nos fuimos toda la familia a ver la exposición de Klimt, una experiencia inmersiva. Y creo que merece la pena dejar aquí nuestra impresión porque no es una «exposición» al uso. Así, para empezar, allí no se va a ver ningún cuadro de Klimt (al menos no los originales que se exponen en museos), bueno, sí, bueno… mejor sigue leyendo y te lo cuento mejor.
Qué difícil es poner un título manteniendo el juego de «contras y pros de… (introduzca aquí su frase)». Lo que yo quería decir es que mi hijo adolescente ya no quiere hacer cosas con nosotros, el resto de su familia. No siempre, es cierto, pero sí que ya hay veces en las que no se apunta al plan familiar. Y eso, a mi corazoncito de madre, pues qué quieres que te diga, le duele un poco.
El libro Las fantásticas aventuras de la soñadora Chusita y su gata Blasitame llegó hace unos meses de mano de su autora. Se trata de un libro autopublicado y, para mí, esto tiene mucho mérito. Además de que me hace tremenda ilusión ayudar a dar a conocer proyectos como este. Así que, como ya comprenderás, tenía que formar parte el Rincón de lectura del blog, aunque haya tardado en publicar su reseña más tiempo del que me había imaginado.
Voy a ser poco original y decir aquello de «¡vaya, nueve años ya escribiendo por aquí!». Pero es que sucede que, además de poco original, es totalmente cierto. Cuando empecé aquel 14 de febrero del año 2013, poco me imaginaba yo que, nueve años después, estaría todavía por aquí dándole a la tecla. Bueno, tenía la esperanza de que el blog durara algunos años, es cierto. Pero también confiaba en que en mi noveno cumpleblog, a la vuelta de la decena, esto hubiera evolucionado algo más. Ahora me explico.
Madre mía, sí que hace que no aparece por el blog un libro. Esto no puede ser, ¿verdad? Así que voy a estrenar el Rincón de lectura de este año con el libro Maya Erikson y el misterio del laberinto. Es un libro especial porque me ha llegado a través de una seguidora, la autora del libro en cuestión. Y, para mí, escritora frustrada donde las haya, es un placer poder poner mi blog a disposición de quien haya conseguido dar el paso y publicar su propio libro.
Hace mucho que no comparto alguna receta por aquí y esta sopa de miso, setas y pollo bien merece ser compartida. Es una de esas sopas que reconfortan porque parece que te abrazan desde dentro. Es perfecta para cuando hace mucho frío porque te hace entrar en calor rápidamente. Pero también viene genial para cualquier otro día. Lo mejor es que todos los ingredientes están al alcance tu mano (sí, en serio, hasta el miso) y casi se podría considerar receta de aprovechamiento.