Archivos de la categoría: En mi cocina

28Ago/13

… de hacer galletas con caramelo

Galletas con caramelo

Esto de hacer galletas en los cumpleaños se está convirtiendo en costumbre. Yo uso siempre la misma masa porque es la que mejor me va. Es una receta de masa quebrada clásica. La puedo hacer días antes y meterla en el frigorífico (o incluso congelarla) y sacarla cuando la necesito (si está congelada, la meto directamente en el frigorífico unas 24 horas hasta que se descongele). Le doy la forma elegida para la ocasión y al horno. En menos de media hora tengo ricas galletas caseras.

Para el cumple del Peque, las hice con la forma del número 1. Para mi cumpleaños pensé en hacer algo similar. Pero tenían que ser con el 33. La verdad es que no me convencían mucho. Pero era una ocasión especial así que, aprovechando que soy la única chica de la casa, se me ocurrió hacer galletas más… femeninas, por decirlo de alguna manera. Pensé en flores. Ufff… pero qué sosas unas simples flores si no les iba a poner glasa para colorearlas.

En éstas estaba cuando se me vino a la cabeza algo que había visto hace años por Internet. No recordaba dónde, pero lo que sí tenía claro es que se hacían con caramelos. Eso ya me iba gustando más. En mi casa, a pesar de los Trastos y mi glotonería, no comemos muchas chuches ni muchos caramelos. Así que siempre tengo una bolsa llena. Es más, creo que soy la única madre que tira bolsas de basura llenas hasta arriba de golosinas caducadas.

Me fui a la bolsa en cuestión a ver si tenía los caramelos que necesitaba. Duros y no muy grandes, para más detalle. No sería la primera vez que se me ocurre hacer algo y me falta algo indispensable. Afortunadamente, ahí estaban los caramelos. Y había bastantes. De varios sabores. De varios colores. Cogí la bolsa y me fui tan contenta a la cocina.

Saqué la masa de la nevera. ¡Qué dura estaba la condenada! Aunque con estos calores, en menos de 3 minutos pasé al polo opuesto. Como lleva mantequilla y con esta temperatura, al poco tiempo se convirtió en algo pegajoso difícil de manejar. Bueno, nada que dos papeles de horno no puedan solucionar. Metí la masa en medio de ellos y alisé con el rodillo. Al poco tenía listas mis galletas. No estaba muy segura de que aquello hubiera salido bien. Os recuerdo que era la primera vez que lo hacía y, además, de memoria.

En cuanto se pusieron a temperatura ambiente probé una. Y dos. Y no probé tres porque me corté y me dije que, de seguir así, me las zampaba yo todas y no era plan, por mucho que fuera mi cumpleaños. Las reservé para más tarde, cuando ya hubieran llegado todos los que iban a venir. Las saqué entonces y fueron un éxito rotundo.

CONTRAS:

  1. Al ser verano, hay que darse prisa en amasar con estos calores. En invierno es más fácil.

  2. Se necesitan dos cortapasas de distintos tamaños. No obstante, el agujero para poner el caramelo se puede hacer con algo redondo que tengáis por la cocina. Por ejemplo, los cacitos de la leche en polvo de los bebés o los tapones de plástico de algunos jarabes son muy socorridos para esto. Haciendo honor a mi incipiente síndrome de Diógenes, confieso que tengo unos cuantos de éstos guardados en la cocina. Ah, y el cortapasas más grande se puede sustituir por un vaso o similar.

  3. La gracia de la galleta está en comérsela entera para que se junten en la boca la galleta con su caramelo. Así que es mejor no hacerlas demasiado grandes.

PROS:

  1. La cocina huele que no os imagináis de bien. Al olor a galletas recién hechas, que ya de por sí es un olor agradable, se suma el olor a caramelo. Y estos dos aromas juntos se pasean por la casa y huele genial.

  2. El resultado final son unas galletas muy vistosas. Ideales para cumpleaños, fiestas y Navidad. O para darnos un capricho de vez en cuando porque sí.

  3. Gustan tanto a pequeños como a mayores porque… ¿a quién no le gusta un caramelo?

  4. Como he mencionado, yo las he hecho con una masa quebrada hecha en casa por mí. Sin embargo, estas galletas con caramelo admiten vuestra masa de galletas favorita.

  5. Yo las hice sola porque aproveché la hora de la siesta (sí, me va la marcha…). Pero por supuesto que se pueden hacer con los niños de la casa. Eso sí, mucho cuidado al sacarlas del horno porque el caramelo sale hirviendo.

Aquí os dejo el vídeo del paso a paso de las galletas, que también podéis encontrar en el canal de YouTube del blog. Animaos a hacerlas porque no os vais a arrepentir y haced unas cuantas porque vuelan ;-).

Si quieres saber qué otros dulces salen de mi cocina, no dejes de pinchar en este enlace.

02Ago/13

… de hacer limonada casera

Limonada casera

Es lo que más apetece en verano, una limonada bien fría que nos refresque bien. Habrá quien piense que mejor es la cerveza, pero ésa no la pueden tomar los niños ni la podéis hacer en casa ;-). A mis Trastos mayores les encanta, especialmente al Mayor. Es una bebida súper fácil de hacer y para mí tiene muchas ventajas, pero vais a tener que esperar a los pros ;-).

Empecé a hacer la limonada, con éste, hace tres veranos ya. Al principio, la familia de la segunda capa, es decir, la que no vive con nosotros en casa, me decía que para qué me metía en tal berenjenal, con lo fácil que era abrir un refresco o mejor un zumo. Una, que es cabezota especialmente para temas de cocina, hizo oídos sordos e hizo la limonada. Por aquel entonces, el Mediano era un bebé, así que el catador oficial fue el Mayor. Nada más probarla, le encantó y, en ese preciso instante, me vi haciendo la limonada muchos veranos más.

La verdad es que hace falta poca cosa. Para un litro de agua, más o menos, se necesitan entre dos y tres limones, según lo grandes o pequeños que éstos sean y vuestro gusto, por supuesto. Luego se añade azúcar (también al gusto), se remueve y, cuando se haya disuelto el azúcar, ya está lista para tomar. Respecto al agua, podéis echarla del grifo y luego enfriar la limonada en el frigorífico o podéis echarla en la jarra directamente fría. Si echáis el agua fría y queréis tomarla sin esperar, os aconsejo echar azúcar glass.

CONTRAS:

  1. Hay que exprimir limones. Pero éste es todo el trabajo que hay que hacer. Además, tened en cuenta que con poco zumo de limón os dará para un litro o quizás más. A mí me merece la pena.

  2. Al ser zumo de limón (recién) exprimido, lo normal es que haya pulpa de limón en la limonada, aunque se puede colar.

PROS:

  1. La limonada casera no deja de ser zumo de limón con agua. Por tanto es algo muy sano. Recordad que el limón es un cítrico, está cargado de vitamina C. Si en invierno tomamos zumo de naranja, ¿por qué no tomar en verano zumo de limón?

  2. Como la limonada la hago yo, sé exactamente qué lleva. Sin colorantes ni conservantes y controlando el azúcar.

  3. Los niños pueden participar en su elaboración exprimiendo los limones, añadiendo el agua, echando el azúcar… eso ya según su destreza.

  4. Se tarda poco en hacerla. Como ya he dicho, lo más costoso es exprimir los limones. Y ya. Si tenéis agua en el frigorífico, sólo tardaréis 5 minutitos en disfrutar de ella.

  5. Si queréis que se parezca más a los refrescos de limón comerciales, sólo hay que sustituir el agua normal por agua con gas.

  6. Si añadís cubitos de hielo con agua, es posible que se os agüe la limonada. Así que podéis hacer cubitos con limonada en vez de con agua. Por ejemplo, si un día la hacéis y os sobra, la echáis en la cubitera y, cuando volváis a hacerla, si necesitáis hielos, cogéis los hechos con la anterior limonada.

Si tenéis visita y queréis que os quede vistosa, añadirle a la limonada unas rodajitas de limón. Si tenéis en casa, también admite hojas de menta, que harán que sea aún más refrescante. En la de la foto, yo además añadí flores de lavanda. Era la primera vez que las echaba y, no sé si porque eran pocas, pero no se notaban en el paladar. Pero quedó bonito, ¿verdad?

Pues ahora os toca a vosotros. Un último consejo: si tenéis pensado hacer esta estupenda limonada casera, no escatiméis con los limones. Es posible que queráis repetir en cuanto la probéis ;-).

26Jun/13

… de hacer pan y pizza en casa

Panecillos

Cuando escribí la entrada contando que estaba en plena operación “perder los kilos de los embarazos sí o casi sí”, os mencioné que prefería hacer pizza en casa que comprarla hecha o pedirla a domicilio. Una de las razones es que me parece que la hecha en casa es más sana y, además, puedo hacerla a nuestro gusto (más o menos como pasa con el puré del Peque).

El caso es que me resistía a publicar la entrada de hoy porque estaba esperando a ver si 1 madre in Italy se animaba a publicarla en sus Recetas apañadas, pero viendo que no, me lanzo yo. Que ya te vale, guapa, que mucha receta italiana y no hayas publicado una de pizza :-P, jajaja…

Pues la receta de la masa de pizza que os traigo hoy la he sacado del genial Jamie Oliver (libro La cocina de Jamie Oliver. Recetas frescas de un joven chef). Como no soy mala y, aunque me consta que todos manejáis el inglés a la perfección, voy a dejaros la receta en español.

Ingredientes:

  • 25 g de levadura fresca de panadero o 3 sobres de levadura seca de panadero (creo haber hecho bien la proporción, pero generalmente en los sobres pone a cuándo equivalen de la fresca).

  • ¼ de taza de miel o azúcar (yo prefiero la miel).

  • 600 ml de agua templada (fría no vale).

  • 500 g de harina de fuerza.

  • 500 g de harina blanca (o integral).

  • 1 cucharada de sal.

  • Opcional: hierbas, especias, semillas…

Preparación:

  • Disolver la levadura y la miel/azúcar en la mitad del agua (recordad: tiene que estar templada).

  • En un cuenco, mezclar las dos harinas con la sal. Hacer un agujero en el medio a modo de volcán.

  • Echar poco a poco el agua e ir mezclando con la harina.

  • Después, añadir el resto del agua también muy poco a poco (podéis necesitar más agua o menos, por eso hay que ir poco a poco). Si vais a hacer pan de semillas o especias, éste es el momento de añadirlas.

  • Amasarlo todo 5 minutos. La masa resultante ha de ser elástica y algo pegajosa (pero no mucho).

    Todos los pasos anteriores se pueden hacer con el accesorio triturador de las batidoras eléctricas o en un robot de cocina.

  • Enharinaros las manos y la superficie de trabajo . Volcar la masa y darle forma redondeada.

  • Dejar reposar la masa. Debe levar y multiplicar su volumen inicial por dos.

  • Una vez doblado su volumen, volver a amasarla y darle la forma deseada (panecillos, barra, pizza…).

  • Colocar en la bandeja del horno y dejar levar de nuevo. Si es para pizza, con 20 minutos es suficiente. Si es para pan, hay que esperar que suba algo más para que la miga esté esponjosa.

  • Hornear a 200-220º C (según vuestro horno) unos 20-30 minutos (los panecillos menos tiempo). Si es pizza, poner los ingredientes y hornear igual.

CONTRAS:

  1. Hay que esperar. El tiempo de levado es imprescindible. Si no, os quedará una piedra con sabor a pan.

  2. Si os animáis a hacer el pan, es posible que no os salga bien a la primera. A mí me costó algunos intentos.

  3. Si os pasa el contra 2, teniendo en cuenta que éste no es un blog de recetas ni yo soy panadera o similar, es posible que no pueda solucionaros las dudas. Sin embargo, como ya digo que me costó varios intentos que me saliera bien, no dudéis en preguntarme si queréis. Intentaré ayudaros en todo lo que pueda.

PROS:

  1. Se puede hacer con los niños. A los míos les encanta sobre todo la parte de amasar con las manos y el rodillo.

  2. Para hacerla no es necesario usar masa madre ni nada parecido.

  3. Sirve tanto para hacer pizza como pan.

  4. Como la masa la hacéis vosotros, podéis optar por hacer mini pizzas de varios tipos en vez de una más grande de un solo tipo. Además, las mini pizzas son ideales para los niños, que suelen apañarse mal con las raciones de las pizzas grandes. Y, si hacéis pan, también podéis hacer pancecillos variados en vez de un pan grande. ¡A vuestro gusto!

  5. Podéis añadir a la masa semillas o ajo para hacerla de otra manera. En casa hemos probado a hacer el pan de ajo y está de rechupete. Y a los Trastos les encanta el de semillas.

  6. Puede hacerse una versión integral sustituyendo la harina blanca normal por una integral.

  7. Se puede congelar y usar otro día. Si congeláis la masa, os recomiendo que lo hagáis antes del segundo levado, aunque a mí lo que mejor me funciona es seguir todos los pasos y hornear sólo la mitad del tiempo. Una vez fría la masa medio horneada, se congela. Cuando la vayáis a comer, se mete directamente del congelador al horno y termináis de hornearla.

  8. Aquí os pongo la receta original con las cantidades originales, pero se puede hacer menos. Simplemente dividís todos los ingredientes por el mismo número.

  9. Sale igual con levadura fresca que con la seca (siempre y cuando ambas sean de panadería). En los sobres de la seca pone a cuánto equivale de la fresca.

  10. No me digáis que hace calor en verano para encender el horno. Sí, efectivamente es así, pero, por contra, los tiempos de levado se reducen considerablemente. Además, no hace falta que estéis en la cocina mientras se hornea :).

Pizza casera.No dejéis de probar esta receta. Luego os pasáis y me decís qué tal os ha salido ;). Para que os entren ganas, aquí os dejo la pizza hecha con esta masa que nos zampamos el otro día.

 

17Jun/13

… de la tarta camiseta

Tarta camiseta Real Madrid

El 7 no se refiere a los años, sino al número que viste Cristiano Ronaldo. Y, para preservar la intimidad del Mayor, he borrado su nombre (confío en que lo comprendáis).

Hace poco fue el cumple del Mayor, 6 añazos cumplió el señor, así, sin pedirle permiso a nadie. Y, como siempre, la tarta de cumpleaños se la hace la menda. Hace unos años descubrí el fondant y ante mí se abrió un nuevo mundo de posibilidades. Esta masa de azúcar os podrá gustar más o menos y podréis considerarla más o menos empalagosa. Lo que no me podéis negar es que resulta ideal para darle forma a las tartas, quedando así más vistosas.

Cuando cumplió 4 años, quiso a Rayo MacQueen. Y se lo hice. Fue mi primera tarta con fondant y, no es por echarme flores, pero me quedó bastante resultona y mi hijo alucinó en colores. Los 5 años los estrenó con una tarta de El Rey y también fue todo un éxito. Así que este año me esperaba otro coche, en concreto a Chick. Yo quería hacer otra cosa, así que le pregunté si no le gustaría una tarta como la de su hermano. Me contestó con un tajante no. No le insistí más en vista de que lo tenía muy claro.

Sin embargo, un rato después me preguntó si yo podía hacer una tarta con la cara de Cristiano Ronaldo. No soy tan buena (os recuerdo que no soy pastelera ni repostera). Pero no se dio por vencido y me preguntó si entonces podría ser una tarta de la camiseta del Real Madrid. ¡Eso es otra cosa! ¡Ésa sí! Y encima la camiseta es blanca, lo que significa que no necesitaba fondant de colores. Me lié la manta a la cabeza y así la hice.

Bizcochos tartaPrimero horneé dos bizcochos rectangulares, que serían el cuerpo de la camiseta. Recortados los bordes una vez fríos, los rellené y cubrí de nata montada con sabor a frambuesa. Después me dispuse a hacer las mangas. Para ello usé un truco que me vino muy bien cuando le hice la tarta del barco pirata al Mediano el año pasado por su cumpleaños. En un cuenco grande, desmigué todos los recortes que me habían sobrado del bizcocho y lo mezcle con queso de untar (el light del Mercadona, que aún me sobra un kilo y medio ;)). Luego sólo hay que darle la forma que se quiera (en mi caso, las mangas de la camiseta). ¿Que he dicho queso y aborrecéis el queso? No os preocupéis, os puedo asegurar que no se nota. Y estoy tan segura porque el Tripadre y mi suegro odian el queso en los postres y se lo di a probar sin decir ni mu y ni se enteraron (sólo cuando hubieron tragado el último bocado les confesé el secreto del bizcocho tan rico que acababan de zamparse ;)).

Fondant

Como no soy experta en tartas de fondant, fui por el camino fácil. Una vez untadas con la nata los exteriores del cuerpo y mangas de la camiseta, los forré con fondant por separado. Y luego los detalles. Las líneas rojas (al menos intenté que fueran rojas) son chocolate blanco derretido y mezclado con colorante rojo. Las líneas negras son chocolate negro derretido. Para ello, metí en bolsas de congelar con cierre zip tres o cuatro cuadraditos del chocolate que necesitaba y después corté un poquito la punta de la bolsa. Y ¡a escribir y dibujar!

Escudo tartaEl escudo me trajo de cabeza, pero tenía guardados unos rotuladores de tinta apta para comer (en fondant, galletas, etc.). De no haberlos tenido, hubiera impreso el escudo en color y lo hubiera puesto encima del fondant. Por supuesto, lo hubiera retirado antes de comernos la tarta, que el papel no se come ;).

CONTRAS:

  1. Para hacer este tipo de tartas, me gusta organizarme por días. Empiezo contando hacia atrás: el día del cumple monto la tarta, el día anterior horneo los bizcochos (así les doy tiempo a reposar y enfriarse porque de esta manera es más fácil cortarlos para darles forma)… así que tengo que tener todos los necesarios comprados de antes. Es una semana agotadora.

  2. Con el Peque en casa reclamando mi atención a cada momento, es complicado poder concentrarme.

  3. Siempre hay algo que me lleva de cabeza, esta vez fue el escudo. Siempre intento pensar la opción más simple para no perder demasiado tiempo con el resto de la tarta.

  4. Son días en los que no paro de fregar cacharros.

  5. Para forrar toda la tarta necesité un kilo de fondant. No os imagináis lo que costó amasarlo. Vaya dolor de brazos, no hace falta ni ir al gimnasio.

PROS:

  1. He de reconocer que disfruto como una niña pequeña montando la tarta.

  2. La tarta es única y personal. Eso sí, siempre a gusto del cumpleañero. Es una forma de no caer en la típica tarta comprada o encargada a una pastelería.

  3. Es un trabajo, no puedo negarlo, pero la cara y la ilusión con que espera su tarta hace que todo valga la pena.

A parte de esto, sólo me queda deciros que la tarta estaba riquísima, que el Mayor alucinó y a sus tíos futboleros les encantó tanto que a punto estuvieron de pedirme una igual para sus respectivos cumpleaños. ¡Así da gusto meterse en la cocina!

23Abr/13

… de la tarta rana

Tarta rana Juana.

Dos aclaraciones antes de empezar con la entrada de hoy. Una: para que no haya confusión en el título, la tarta no fue rana, vamos que no salió mal, era una tarta con forma de rana, tartarrana Juana, a partir de ahora :-D. Dos: no soy repostera ni tengo pastelería ni este es un blog de cocina o dulces ni vendo nada. Y, ya que estamos, disculpad también la calidad de las fotos, tampoco soy fotógrafa :-).

Y ahora sí, empezamos con la entrada de hoy. La semana pasada fue el cumple del Peque, sé que lo sabéis porque fuisteis muchos los que le felicitasteis su primer cumpleaños. También os conté las peculiaridades de su nacimiento, razón por la que quería hacer algo especial en su día. La economía doméstica no está para grandes alardes, así que todo quedó en casa. Y todo es todo, la comida, los bocadillos… hasta la tarta.

Lo que no os conté es que una de las pocas cosas que recuerdo del paritorio es que el gorro del anestesista tenía dibujos de rana. Así que me lié la manta a la cabeza y empecé a investigar tartas con forma de rana. Y así nació Juana. La idea no es mía, está sacada del libro Debbie Brown’s 50 easy party cakes, que aunque está en inglés, es fácil seguir por las imágenes.

Los pasos a seguir, según este libro, son:

  • Hornear dos bizcochos. Pueden ser del mismo sabor o de sabores distintos. Para el bizcocho blanco, yo usé una receta de bizcocho básico de yogur. Para el de chocolate, el Devil’s food cake de El rincón de Bea, pero sólo la receta para el bizcocho.

  • Como molde, hay que usar cuencos grandes aptos para el horno.

  • Uno servirá para el cuerpo, el otro para la cabeza.Bizcochos para hacer la rana.

  • Se juntan como en la foto y se ponen dos bolas para los ojos encima del bizcocho de arriba. 

  • Se les pringa con ganaché de chocolate, leche condensada o similar.

  • Se pone fondant bien estirado y coloreado sobre ambos bizcochos.

  • Se añaden los detalles, como el color de los ojos, la línea de la boca, los agujeros de la nariz…

Y, así, nos sale la forma de la rana. Pero mi Juana no está hecha así exactamente. He aquí los contras y pros que me encontré al hacer la tartarrana:

CONTRAS:

  1. Bizcochos para la cabeza.Nunca había horneado bizcochos en cuencos, así que hasta que conseguí ajustar la temperatura (160º C), se me quemó un poco la superficie. Luego tuve que cortarla para que el sabor a quemado no estropeara el resto de la tarta. Como resultado, me quedó un cuerpo bastante más pequeño del que pensaba y no me dio para hacer la cabeza con un solo bizcocho. Así que tuve que hornear otro. Junté los dos y así salió la cabeza.

  2. Eso de poner los ojos encima del bizcocho y cubrirlo todo con el fondant se me antojaba muy complicado. Ya veía toda la cabeza llena de arrugas, grietas o, lo que es peor, de agujeros. Así que opté por cubrir la cabeza y después poner encima los ojos. Mucho más fácil. Lo que sí hice fue poner una tira de fondant, un rulito, para la boca antes de cubrir la cabeza.

  3. Lo de poner el fondant por encima de la cabeza y el cuerpo, todo a la vez, también lo veía complicado porque, como dije antes, no soy experta en fondant ni nada, lo poco que sé lo he aprendido cotilleando por Internet. Así que me decidí a forrar primero la cabeza y después el cuerpo. Después junté ambas partes y, para que no se viera la unión, le puse un collar a mi Juana. Ya estaba lista para la fiesta.

  4. Al recortar los bizcochos, sobran trozos. ¿Adivináis quién se los comió? ¡A la porra la dieta!

PROS:

  1. Me encanta hornear y con esta tarta aprendí otra forma de darle forma redonda a un bizcocho, sin utilizar el cuchillo.

  2. Conseguí, no sé cómo, un ratito para mí sola, sin interrupciones. Así que pude concentrarme en cómo hacer la rana porque, al final, poco seguí las directrices del libro.

  3. Parte de los trozos que sobraron al recortar la cabeza se lo comieron mis Trastos mayores. Bizcocho casero de chocolate, ¡les encanta! Y, como lo he hecho yo, sé exactamente qué lleva y qué no lleva.

  4. Mi Peque es aún muy pequeño para entender qué era esa tarta. Pero para eso están las fotos.

  5. La cara de mis Trastos mayores y de mis sobrinos bien valen el rato que pasé en la cocina con las manos entre bizcochos y fondant.

Gallegas del nº 1.

Bueno, pues así nació Juana. Aunque la pobre duró un suspiro porque, a parte de la forma que tenía, los bizcochos estaban riquísimos. El fin de fiesta llegó de mano de estas galletas que hice con forma de uno y con unos fideos de colores por encima. También volaron. Así da gusto meterse en la cocina ;-).