Hace años hablaba aquí de la pre-preadolescencia por la que pasaba el Mayor. Pues bien, creo que es el momento de actualizar la historia y hablar un poco de los pros y contras de las adolescencia, tal como la estamos viviendo en casa. Lo aclaro porque, de igual manera que hay etapas comunes a todos los niños, es cierto que no todos los niños pasan por esas etapas de la misma manera. ¡Ni siquiera en la misma familia!
Como he tardado tanto en hablar por aquí de la adolescencia, resulta que ahora puedo hablar del Mayor pero también del Mediano. Y, como insinuaba antes, los dos están pasando por esta etapa pero de maneras algo distintas. Hay cosas que les pasan a los dos, como el famoso «pavo». Y es que hay que ver qué pavo tienen los dos. Es la evolución del caca-pedo-culo-pis de cuando eran pequeños. Tienen las hormonas en plena ebullición y están trabajando a máximo rendimiento. Pero tiene su gracia cuando vamos por la calle y veo cómo se les van los ojos cuando pasamos junto a alguien de su agrado…
Pero tienen sus diferencia. El Mayor, con la edad del Mediano, pasó por una etapa en la que era él contra el mundo. O, mejor dicho, el mundo contra él. Porque todo hacia él le parecía injusto y todos estábamos en su contra. No había manera de hacerle ver que estaba equivocado o que las cosas no eran como él las pintaba. Se enrocaba y de ahí no salía. Con el consiguiente enfado por su parte al sentirse discriminado.
Por su lado, el Mediano está en una fase de enfado continuo. Él dice que no le pasa nada, pero tiene casi todo el día cara de cabreo y su comportamiento y sus contestaciones hacia los demás van en esa línea. Pero él lo niega, él no está enfadado, ni siquiera le ha sentado algo mal. Sin embargo, aunque lo niegue, así actúa la mayor parte del tiempo. Lo que no sé es si esto es así solo cuando está en casa o el comportamiento se repite cuando está con sus amigos (cosa que dudo, la verdad).
Así que, como te imaginarás, en casa todo es muy divertido. Entre en el que se siente blanco de todas las injusticias habidas y por haber y el que dice que no le pasa nada pero actúa como si hubiera sufrido el mayor de los agravios, nunca sabes por dónde te va a salir un simple comentario.
CONTRAS:
Cuando los dos tienen un mal día, es mejor ponerse a cubierto. Tomar parte por uno de ellos es poco más que desencadenar una guerra civil.
Como siempre, no pueden tener adolescencias similares. Más que nada para que Papá³ y yo podamos formarnos en esta nueva etapa. Pues no, al parecer vamos a probar todas las caras de la adolescencia.
Dicho todo esto, comprenderás que miedo me da comprobar cuál va a ser la faceta que nos muestre la adolescencia el Peque. Adolescencia que, por cierto, está al caer porque el año que viene este pequeñajo cumplirá 12 años y ya empieza a vislumbrarse en el brillo de sus ojos.
PROS:
Agradezco que, cuando esta adolescencia del Mediano está en plenos auge, la del Mayor parece haber bajado de intensidad. Ahora ya podemos razonar con él y muchas veces ve que estaba equivocado. Aunque, cuando no lo está y los que nos hemos equivocado somos Papá³ y yo, nos lo hace saber la mar de bien.
Con suerte, la del Mayor habrá pasado cuando suframos llegue la del Peque. Pero la gente se empeña en quitarme esta idea de la cabeza, no entiendo bien por qué…