… de tener un blog desde hace tiempo

Tener un blog desde hace tiempo

Hace poco he caído en la cuenta de que tengo un blog desde hace tiempo. Y esta afirmación, aunque puede parecer una perogrullada, no lo es en absoluto. Resulta que hace ya casi diez años que publiqué mi primera entrada por aquí. Y desde entonces ha llovido mucho, es verdad, pero es que resulta que he perdido el foco y, aunque suene raro, creo que me he olvidado de que lo tenía.

En aquellos primeros años, me dedicaba a crear contenido para el blog y a pasarme por Twitter y Facebook a ratitos. Allí hablaba con otras madres y blogueras y compartía lo que publicaba por aquí, entre otras cosas. Al poco, debido a las recetas y manualidades que hacía, también decidí abrir un canal en YouTube. Pero hacer y montar vídeos me llevaba bastante tiempo, así que empecé a publicar por allí cada vez menos. Y luego estaba mi querido Pinterest, donde empecé incluso antes que con el blog, donde sigo y donde mejores resultados obtengo.

Y entonces llegó Instagram. Otra red social que al principio no me convencía, por lo que tardé en abrirme allí un perfil. Pero bueno, no parecía muy complicado: se trataba de hacer una foto y compartirla. Y con el algoritmo cronológico, al principio todo parecía ir más o menos bien. Pero, ay, Instagram no se ha quedado quieto ni un momento desde entonces y ha estado constantemente cambiando el algoritmo e incluyendo novedades. Y, ojo, que esto no es malo en sí, pero yo empecé a centrar todos mis esfuerzos (y mi tiempo) en intentar tener presencia y crecer allí.

Y claro, yo (como tú), tengo el tiempo que tengo. Además de que el blog y sus redes sociales nunca han sido un trabajo remunerado. Lo que significa que yo siempre he tenido otras cosas que hacer (a veces, muy a mi pesar). Así que he leído mucho sobre Instagram todos estos años para aprender. Pero nada me funcionó. Y así, mientras yo pasaba el tiempo pensando y haciendo fotos, pensando en el texto, intentando aprender a usar Instagram para no perder visibilidad y poder crecer un poco más… mientras hacía todo esto, dejaba este blog de lado.

Por consiguiente, las visitas al blog empezaron a caer y mucha gente que me leía por aquí dejó de hacerlo. Y yo me frustraba porque perdía lo que tanto me había costado conseguir con mi blog y, además, no avanzaba mucho en Instagram. Aunque, para ser justa, mi ansiedad también tuvo bastante que ver con mis no publicaciones en el blog. Entonces, hace poco leí una publicación de Madres cabreadas en Instagram en las que decía que se negaba a bailar para Instagram (haciendo alusión a la prioridad que daba esta red social a los reels en detrimento de las imágenes) y que volvía al blog.

Espera, espera… ¡eso mismo me pasaba a mí! Lo siento, pero yo no soy de mostrar mi día a día casi al instante. Yo soy más de compartir mis experiencias por si ayudan a otras madres como tú y como yo. Yo no soy de las que están en la sala del médico y te cuentan casi allí mismo que mi hijo tiene un problema y le van a operar.

Yo soy más de pasar por el trance y después, cuando todo ha vuelto a la calma, contarte qué le ha pasado, por qué le han operado y cómo ha salido todo. Con calma, para que lo tengas todo a un solo clic por si caes aquí buscando respuestas o esperanzas a tu problema. Tampoco soy de mostrar mi cara y contarte mirando a la cámara de mi móvil que estoy en un atasco. Y mucho menos soy de hacer bailes «en tendencia» para conseguir más visibilidad para mi cuenta.

A mí lo que se me da bien (y con lo que disfruto) es escribir contándote cómo es para mí esto de la maternidad confiando en que contarte mi experiencia me sirva de desahogo para mí y de ayuda para ti. Vamos, que resulta que tengo un blog abandonado (por el que además pago por el hosting y por el dominio) que es lo que a mí me llena y estoy dedicando todos mis esfuerzos a Instagram, que no me da los resultados esperados.

Pues resulta que yo, como Madres cabreadas, también me planto y vuelvo a mis orígenes. Tengo el firme propósito de volver a dedicarle más tiempo al blog (aunque los blogs estén de capa caída, me da igual). No es que vaya a descuidar Instagram (ni las otras redes sociales asociadas a él), pero le voy a dar un cambio de rumbo. Para empezar, voy a compartir por allí más frases para madres y no voy a agobiarme tanto si no tengo algo que publicar o no sé hacer reels o historias que enganchen. No todo el mundo puede ser bueno en todo.

Así que vuelvo por aquí. Y esto también es complicado ahora. Primero porque mis hijos han crecido y ya no hacen manualidades o disfrutan con mis imprimibles. Me dirás que comparta mis experiencias de su adolescencia. Y esto es genial, pero ellos ya no son pequeños y compartir sus cosas sin exponerles demasiado es difícil. Pero yo lo voy a intentar porque de verdad que quiero volver al blog.

CONTRAS:

  1. No sé cómo enfocarlo. Esto de la adolescencia es algo complicado y, aunque me gustaría contarte muchas cosas al respecto, también tengo que pensar en mis hijos y en su privacidad y sus vergüenzas.

  2. Si al final esta vuelta no funciona, pues puede que este sea el último año que mantengo el blog. Pero no adelantemos acontecimientos. Por ahora, quiero volver a centrarme en hablar contigo por aquí.

PROS:

  1. Mi blog, mi casa. Aquí siempre me he sentido a gusto. He podido escribir de lo que me apetecía, sin fijarme en algoritmos ni nada parecido, y he ido creciendo solo con mi constancia y tu apoyo.

  2. Aunque le estoy agradecida a Instagram porque ha vuelto a despertar en mí el gusanillo de las fotos, la verdad es que Contras y pros es, en esencia, un blog. Todas las cuentas en redes sociales las creé para apoyar al blog, no para acabar olvidándome de él.

  3. Aunque la adolescencia tiene una fuerte presencia en mi casa, lo cierto es que el Peque solo tiene 10 años. Y aunque la sombra de la preadolecencia está ahí, creo que su edad aún puede darme pie a compartir alguna manualidad o algún imprimible por aquí (aunque me temo que serán menos que hace tiempo).

  4. Por favor, no te tomes esto como una queja ni como un ataque a Instagram o a cualquiera que haya logrado triunfar allí. Esto es, por encima de todo, una declaración de intenciones para que sepas que estoy decidida a estar más aquí y una promesa que dicha en voz alta  me obligue en cierta manera a cumplirla.

Tu turno. Dime, ¿me acompañarás por aquí o prefieres verme por las redes sociales? ¿Qué te gustaría ver por aquí?
[Foto de Christin Hume.]
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4 comentarios en «… de tener un blog desde hace tiempo»

  1. Pues yo te aplaudo, amiga mía. Precisamente le estoy dando una vuelta al blog para recuperar los Post antiguos, esos que llevan mi esencia, por lo que la gente me leía, y por lo que ayudaba a otras madres. Creo que los olvidé por el camino y es hora de volver a casa. Enhorabuena! Las viejas blogueras nunca mueren 😂

    1. Muchas gracias. Tu reflexión me sirvió de inspiración y me animó a volver a mis orígenes. Empezamos un camino y nos desviamos de él. Sí, ya es hora de volver a casa y dejar los bailes para quien se sienta cómodo bailando 😉 ¡Vivan las viejas blogueras! Yo te seguiré leyendo 😊

  2. Pues yo también te aplaudo y empezaré a seguir a madres cabreadas. Yo no soy de redes sociales. No tengo. Uso las de mi marido para estar en el mundo pero no me gustan! Me gustan leer cuando me apetece y poder ir y volver y buscar lo que me interesa.

    Me interesa todo lo de la adolescencia. Yo estoy empezando, el mayor tiene 12 y me está costando un mundo dejarle volar solo. Y eso que este es el bueno y el más responsable de los 3. Nunca lo pensé pero soy muy mama pollo. Así que todo lo que nos cuentes lo leeré con ganas.

    También por darte un tema me interesa todo lo que tenga que ver con educación. Cada día me tiene más alucinada el nivel tan bajo que hay, el pasotismo de padres y profesores, etc…

    Muchas gracias por seguir por aquí!

    1. Muchas gracias a ti por seguir por aquí leyéndome. Madres Cabreadas también tiene adolescentes en casa, así que te ánimo a leerla también 😊

      Las redes sociales tienen su lado bueno, pero tienen el riesgo de que nos podemos perder en ellas (en muchos sentidos). A mí a veces también me sobrepasan, pero con el blog muchas veces siento la obligación de estar ahí. Y, mira, ya no. Quiero ser yo quien marque mi propio ritmo.

      Ay, la adolescencia. No es que no tenga de qué hablar sobre esta etapa. Es que es complicado encontrar el equilibrio entre mi visión como madre y la intimidad de mis hijos. Pero lo intento. Hablaré más de esta fase. Por cierto, yo también me he sorprendido siendo más mamá pollo de lo que pensaba 😅

      Y sobre la educación, lo tendré en cuenta también. ¡Todas las propuestas son mucho más que bienvenidas!

      Muchas gracias otra vez.

¿Tienes algún contra o pro más? ¡Cuéntamelo! :)

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