… de que mi adolescente no quiera hacer cosas conmigo

mi hijo adolescente ya no quiere hacer cosas con nosotros

Qué difícil es poner un título manteniendo el juego de «contras y pros de… (introduzca aquí su frase)». Lo que yo quería decir es que mi hijo adolescente ya no quiere hacer cosas con nosotros, el resto de su familia. No siempre, es cierto, pero sí que ya hay veces en las que no se apunta al plan familiar. Y eso, a mi corazoncito de madre, pues qué quieres que te diga, le duele un poco.

A ver, que yo asumo que el Mayor ya tiene una edad en la que los chicos de su edad empiezan a hacer más planes de amigos que familiares, pero eso no quita para que deje a la familia un poco de lado, ¿no? Ya, ya sé que esto es típico de la edad, pero es que el Mayor es el primero y yo aún me estoy acostumbrando a estos cambios adolescentes.

Hasta hace nada, que uno de mis hijos tuviera un cumpleaños con sus amigos del cole era casi una celebración por parte de sus hermanos. Llevar a uno a un cumple implicaba, casi siempre, que el resto pasaría una buena tarde en algún sitio fuera de casa y, con suerte, se nos haría tarde para cenar en casa y acabaríamos picando algo en algún sitio. Y este plan medio improvisado siempre les ha gustado a mis hijos. A todos.

Pues desde hace un tiempo a esta parte, cada vez que el Mediano o el Peque tienen un cumpleaños, el Mayor empieza a resoplar y a pedir quedarse solo en casa. Ni que vayamos a un centro comercial que no conoce, ni que haya plan a la vista de quedarnos a cenar fuera ni nada. Él está más a gusto en casa, jugando con sus amigos en línea a poder ser. Que él es ya mayor para pasar la tarde esperando que uno de sus hermanos salga de un cumpleaños, ¡hombre ya!

Y lo peor del asunto es que la mayoría de las veces acaba viniendo (medio obligado, eso sí, tengo que confesar) y resulta que hasta se lo pasa bien. Le gusta pasarse por las tiendas y comprarse algo con su dinero si le gusta. También le gusta que nos sentemos a tomar algo si hay posibilidad. Si hay un cine cerca, intenta arrastrarnos al resto de la familia a ver una peli y, aunque no suela conseguir su objetivo, acaba disfrutando el resto de la tarde. Vamos, que tampoco es un suplicio salir de casa.

No obstante, el Mayor se obstina en que ir de cumpleaños ya no forma parte de su idea de pasar una tarde de fin de semana. A menos que el cumpleaños sea de uno de sus amigos o hayan decidido quedar por su cuenta en algún centro comercial y nos arrastre con él al resto de la familia. Que, oye, sus hermanos encantados con tener una tarde fuera de lo habitual, pero la verdad es que a veces a Papá³ y a mí nos apetece tan poco ir como supongo que le apetece a él venir con nosotros en algunas ocasiones.

Pero esto no se limita solo a los cumpleaños a los que invitan a sus hermanos. Qué va. Cada vez me es más complicado encontrar un plan al que llevarles a los tres y que lo disfruten. Salvo cualquier plan que implique ver a sus primos, que ya les puedes llevar a un desierto a contar granos de arena que mis hijos, el Mayor incluido, no pondrán ninguna pega e irán encantadísimos. Pero todo lo demás, da igual el plan que yo proponga, le aburre, así a priori. Aunque luego no le quede más remedio que venir y hasta se lo pase estupendamente.

El verano pasado fuimos a una exposición sobre videojuegos y todos mis hijos me pusieron pegas. Ni siquiera Papá³ estaba convencido. Pero gané yo y allá que nos fuimos los cinco. La exposición era interactiva y, ¡oh, sorpresa!, les acabó gustando a todos. Pero no siempre es así. En otoño yo me moría de ganas de ir a un campo de calabazas y solo me apoyó el Peque. Así que, estando en minoría, no hubo plan. Y el Mayor encantado, por supuesto. Aquella vez se salió con la suya y vaya que si disfrutó su victoria…

CONTRAS:

  1. Salir de casa para hacer algo diferente es complicadísimo. Primero que los gustos de mis hijos y los míos no son iguales, no te digo ya nada los de Papá³; pero es que al Mayor nunca le acaban de convencer los planes, sean del tipo que sea.

  2. Total, que normalmente acabamos quedándonos en casa o saliendo pero para hacer las mismas cosas. Si es que ya casi no se apunta ni a venirse al parque o a la piscina si es verano con sus hermanos y conmigo.

PROS:

  1. Aunque ponga muchas pegas, siento como una victoria personal cada vez que consigo que salga de casa con nosotros y acabe disfrutando la salida. Aunque se empeñe muchas veces en negarlo, se le nota cuando disfruta de algo.

  2. No te pienses que siempre le obligamos a hacer cosas que no quiere, también le preguntamos qué quiere hacer él. A veces gana el Mayor y otras veces nosotros, lo que es seguro es que nuestros planes en familia están cambiando.

  3. No sería del todo sincera si no dijera que el Mayor también se apunta a algunos planes, como ir al partido de fútbol de sus hermanos los fines de semana. Solo que ya no va a todos los partidos como antes. Ahora él decide cuándo quiere ir y cuándo prefiere quedarse en casa.

¿Tu adolescente también se ha vuelto más reacio a hacer planes familiares?

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2 comentarios en «… de que mi adolescente no quiera hacer cosas conmigo»

  1. Yo tiro mucho de los planes sorpresa. Muchas veces no saben a donde vamos. Como tú dices al final se lo acaban pasando bien en todos los sitios y si no saben donde van, no ponen pegas 😂. El otro día fuimos a un parque de bolas que el pequeño entre pandemia y demás no lo había pisado y disfrutaron como enanos. Pero si les digo q vamos a ir a las bolas ya les tengo que oír antes de salir. Así q aunque llegaron y pusieron cara rara… ya estábamos allí. Y se lo pasaron bomba !

    1. Pues oye, no es mala idea esa del «plan sorpresa» 😄. Si es que muchas veces se creen más mayores de lo que son y rechazan planes porque les parece de pequeños, pero luego los disfrutan un montón. ¡Gracias por la idea!

¿Tienes algún contra o pro más? ¡Cuéntamelo! :)

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