Queridísimo Peque:

Hace unas semanas cumpliste 9 años, tu último cumpleaños con una sola cifra. El año que viene pasarás a las decenas y esto te hace sentirte muy mayor. Todo el mundo dice que eres un niño muy despierto y que parece que tienes más edad de la que tienes. Es verdad, desde que entendiste que eras el pequeño de la familia, no has dejado que eso te haga quedarte atrás. Ni con tus hermanos ni con nadie.

Sigues siendo el pequeñajo que se aún se acurruca conmigo en el sofá si tiene ocasión, aunque te encanta hacer todo lo que hacen tus hermanos y eso a veces no pasa por los brazos de mamá. Pero te sigue gustando nuestro juego de besos flojos y fuertes y eso reconforta mi corazón no te haces una idea de cómo. Saber que bajo esa capa de niño mayor aún sigue mi último bebé es una sensación que me hace sentir bien.

Este año, de nuevo, hemos tenido que celebrar tu cumple nosotros cinco, pero como esta vez sí que había colegio, lo has podido disfrutar más que el año pasado. Has tenido tu tarta y tus regalos y sigues teniendo esa ilusión en los ojos al soplar las velas. No la pierdas al creer. Ya fantaseas con el cumple del año que viene, que serán diez años y esperas que la situación te deje hacer una fiesta de pijamas como hicieron tus hermanos.

Como dice tu profe, eres el alma de la fiesta. Contigo las risas están aseguradas. Siempre tienes algo que contar y siempre lo haces de la manera más graciosa. Pero a veces te enfadas mucho y dices cosas que no sientes. Eso también es hacerse mayor, hijo, saber que hay cosas que no hay que decir o pedir perdón después. Todos vamos aprendiendo juntos en este camino. Eso también es la familia.

Queridísimo Peque, ojalá siempre seas tan alegre como ahora. Guárdate bien tus ganas de aprender y descubrir la vida, tus ganas de ayudar a los demás y de intentar comprenderles. Prométeme que siempre vamos a jugar al juego de los besos y pidiéndome que te haga cosquillitas en la espalda.

Muy feliz cumpleaños, hijo. Te quiero hasta donde ni te puedes imaginar.