Bueno, pues ya está aquí la famosa decena. Esta semana me planto en los cuarenta veranos casi sin darme cuenta. La verdad es que siempre me gustaron los cumpleaños pares y, si además son redonditos, pues mejor. Y, en contra de la opinión popular, no estoy nada deprimida por cumplir 40 años.
Este año, como te podrás imaginar por la situación actual, va a ser un cumpleaños algo atípico. Pero no te vayas a pensar que digo esto con pena, qué va. Mira, te voy a contar un secreto: el año pasado sudé mucho para poder celebrar mi cumpleaños con toda la familia posible y, aún así, faltó gente. Esto no es nuevo, es lo que tiene nacer en agosto, sobre todo a mediados. Es algo que me ha pasado desde pequeña: todo el mundo está de vacaciones y cuesta celebrarlo en fecha. Sí, puedo celebrarlo después, pero confieso que celebrar un cumpleaños de verano en septiembre pierde gracia.
Pero a lo que iba, el año pasado tuve claro que este año quería un cumpleaños más tranquilo, solo nosotros cinco (no quería volver a hacer la cuadratura del círculo). La verdad es que pensaba más en una escapa de fin de semana a una casa rural, con los niños y la perra. Pero el destino me entendió mal y ahora mismo en Madrid solo podemos juntarnos diez personas a la vez. Así que, para celebrar mi cumpleaños con toda la familia, tendría que hacerlo en varios días. Y solo de pensarlo, me agoto.
Así que, como ya pasó con el Peque primero y después el Mayor, vamos a celebrar mi cumpleaños nosotros solos. Que, al final, resulta que fue lo que yo quería. Se me viene a la cabeza aquella frase que dice: «cuidado con lo que deseas, pues podría hacerse realidad» porque, cuando dije que este año quería un cumpleaños tranquilo, te aseguro que en ningún momento tenía en mente una pandemia mundial que nos obligara a ello. ¡Lo prometo!
Y, respecto a la dichosa cifra que todo el mundo parece temer, pues la verdad es que no estoy triste por ello ni me siento más vieja que con mis treintaytodos. Me encanta cambiar de decena, es como si empezara una etapa nueva de mi vida. Aunque bien sé que la vida no te cambia ni de un día para otro ni de una cifra a otra. Pero es como en Año Nuevo, que parece que el momento se presta más a ello. Y yo voy a seguir trabajando en conseguir una mejor versión de mí.
CONTRAS:
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Sí, ya se puede decir que soy una cuarentona. Pero no es algo que me haga sentir peor conmigo misma 😀
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Arrastro cosas desde hace años (ahí sigue latente mi ansiedad) y ojalá los cuarenta sea un año para poder soltar lastre.
PROS:
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Aunque no vaya a celebrarlo como otros años, la tarta de tres chocolates no me va a faltar. Solo por ella merece la pena seguir cumpliendo años, pues solo la hago para cumpleaños (el mío y ahora el Mayor también se la ha pedido como tarta de cumple). Y voy a coronarla con esta vela tan chula.
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Como regalo estrella de cumpleaños, me he pedido no hacer la comida ese día, ni recoger ni nada que tenga que ver con la casa. Y me han dicho que sí. ¡Toma!
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Aunque no vaya a celebrar mi cumpleaños con el resto de la familia como en otros años, sé que lo entienden y yo se lo agradezco mucho.
Me encanta cumplir 40 años, ¿ a ti te gusta cumplir años?
Foto de Annie Spratt.