Queridísimo Mayor:

Esta semana cumples 13 años, ahí es nada. Si te digo que se me han pasado volando y que hasta hace tres días eras un bebé, seguro que vas a pensar que me pongo muy cursi y quizá hasta te dé vergüenza que te lo diga si hay alguien más escuchando. Así que me conformaré con mirarte y preguntarme cómo es posible que ya seas un adolescente.

Sigues teniendo cosas de niño, pero quieres hacer cosas de más mayor. Te encanta hacer payasadas para que los demás se rían y además estás contento porque solo te queda un año para poder abrirte una cuenta en Instagram. Tienes cosas así. A veces parece que no quieras crecer y otras te mueres de ganas por tener más años. Supongo que esto también es parte de la adolescencia.

Ay, la adolescencia… qué bonita es con sus cabreos tontos, sus malas contestaciones y con la seguridad de que todo lo que te afecta es tremendamente injusto. Menos mal que aún sigues siendo cariñoso y aún nos colmas de besos, abrazos y te quieros. Vas adquiriendo cierta madurez y eso lo noto sobre todo en las series que ves ahora en la tele y en que te interesan más las noticias.

Este año te toca celebrar tu cumple en la fase 1 de esta cuarentena. Te lo has tomado tremendamente bien eso de no poder soplar las velas junto al resto de la familia y no poder hacer otra fiesta de pijamas. Pero tú tienes recursos para todo y ya has montado una fiesta virtual con tus amigos y ninguno se la quiere perder. Aun así aseguras que, cuando todo esto pase, quieres celebrar la fiesta de pijamas. Y es que los 13 son muchos 13.

En tu decimotercer cumpleaños solo tengo un deseo para ti: que sigas siendo tan feliz, tan buen chico y tan amigo de tus amigos como hasta ahora. Y que sigas dándome achuchones y besos, por favor. Hijo, ¿en serio cumples trece? Hay que ver cómo han pasado estos años y qué ganas tengo de seguir viéndote crecer…

Muy feliz cumpleaños, Mayor.