Queridísimo Mediano:
Este mes te has plantado en tu primera decena y, aunque te suene a lo de siempre, es cierto que el tiempo ha volado. De aquel bebé que llegó al mundo a mediodía aún conservas tus preciosos y grandes ojos negros, la sonrisa y la curiosidad de quien va descubriendo el mundo sin prisas. También sigues siendo igual de inquieto y no paras de moverte ni mientras duermes. Y me alegra muchísimo que seas tan cariñoso como cuando eras más pequeño.
Me encanta ver cómo eres un buen amigo para tus amigos y un defensor de tus hermanos. Todo te lo tomas con humor y creo que tengo mucho que aprender de ti. Pero también eres muy sensible y a veces te veo sufrir por cosas que no tienen solución y se me parte el corazón, aunque sé que esto se va a convertir en una de tus fortalezas cuando seas un poco más mayor.
Ojalá siempre conserves la dulzura que ahora tienes. Ojalá el entusiasmo que demuestras por ciertas cosas te ayude a conseguir tus sueños. Ojalá que el tesón que ahora pones en conseguir lo que quieres te acompañe toda tu vida. Porque te mereces lograr todo lo que te propongas y que te pasen cosas buenas porque eres un niño que va sin maldad por el mundo.
Me encantaría seguir haciéndote cosquillitas toda tu vida porque es uno de nuestros mejores momentos juntos y, cuando pienso en cómo serás cuando seas mayor, solo puedo desearte que seas feliz y que te rías mucho.
Felicidades, Mediano, porque has superado estos primeros diez años de cambios con buena nota; espero que los cambios que se avecinan también logremos superarlos juntos, de la mano, como siempre. No puedo prometerte que todos estos cambios vayan a ser estupendos, pero sí te prometo estar a tu lado para ayudarte con los menos buenos.
Queridísimo Mediano, estoy deseando verte crecer y ver la persona en la que te estás convirtiendo. Que sepas que soy tu mayor admiradora por siempre jamás.
Te quiero tres mil y un poquito más. Muy feliz cumpleaños.