Con esta entrada doy el pistoletazo de salida para Halloween en el blog este año. Se trata de una manualidad que les ha gustado mucho a mis Trastos, a pesar de que cada vez les atraen menos las manualidades (qué le vamos a hacer). Se trata de una corona, un adorno para puerta de Halloween que se hace con unos cuadritos pequeños que seguro que encontrarás sin problema.
Estos que hemos usado nosotros los compré en un bazar (unos chinos), pero también los he visto en Carrefour y Lidl los saca a la venta de vez en cuando también. El tamaño da un poco igual (siempre que sean pequeños), pero deben ser cuadrados y de la misma medida. Todos iguales. La disposición también puede ser la que más te guste, pero yo creo que en vertical queda mejor.
Ahora hay que elegir qué monstruo irá en cada uno de los cuadros. Nosotros elegimos una araña, un monstruo de Frankenstein, un fantasma y una calabaza. Estos cuatro son muy fáciles de hacer. Verás, para el fantasma nada más fácil que dejar el lienzo en blanco (o pintarlo de blanco) y luego dibujar unos círculos a modo de ojos y boca. Para la calabaza se pinta el cuadro de naranja y, cuando esté seco, se le dibuja una especie de flequillo en verde, unos triángulos en negro que harán las veces de ojos y nariz y, también en negro, una boca. El monstruo de Frankenstein sigue la misma técnica, solo que se pinta entero de verde y después, siempre cuando este color ya haya secado del todo, unos ojos blancos y todos los demás detalles en negro.
La araña también es muy fácil, pero necesitarás algún material más a parte de la pintura. Para empezar, el cuadro hay que pintarlo entero de negro. Cuando esté completamente seco, se le dibuja una boca con color blanco. Seguramente necesites un par de manos de blanco para que te quede bien. Los ojos son dos pompones en blanco a los que les pintamos con pintura negra unos círculos (se quedaron pegados con la misma pintura negra del lienzo). Y las patas son cuatro limpiapipas negros que van pegadas por detrás de lado a lado (así, de frente, obtendrás las ocho patas).
Luego hay que pegar todos los cuadros. Con silicona, cola blanca o pegamento fuerte se mantienen perfectamente, pues apenas pesan. En cuanto al orden de los cuadros, yo puse primero la araña porque, gracias a los pimpiapipas, se agarra muy bien a donde lo quieras colgar. Los demás ya a tu gusto. Sobre cómo colgar este adorno en la puerta, yo usé un colgador de puertas individual aunque, debido a lo poco que pesa, también aguanta con la masilla de la que te hablé aquí.
CONTRAS:
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Aunque es una manualidad rápida, hay que esperar un ratito a que se seque la pintura.
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Si no encuentras los limpiapipas negros para la araña, puedes no usarlos o utilizar hebras de lana negra. En este segundo caso, prueba a mojarlos en cola blanca (al secarse debería quedar transparente) para que se sequen y queden rígidas.
PROS:
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Realmente es una manualidad que queda muy bien con muy poco trabajo (solo un par de ratitos).
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Yo la pensé para decorar la puerta de la entrada a casa, pero también la puedes poner en cualquier otra puerta (la del salón, por ejemplo) o incluso (usando la masilla) en la puerta de un mueble.
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Cuando pase Halloween, no te deshagas de la corona, guárdala y úsala el año que viene también.
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Yo usé cuatro cuadros, pero puedes hacer una de tres o de cinco. El número máximo dependerá de cuántos aguanten pegados, je, je, je…
Si quieres qué preparamos años anteriores, como imprimibles y otras manualidades fáciles y divertidas para los peques, clica aquí.
Que chula y que´fácil Hay que hacerla 😀
Tan fácil que no se puede no hacer, je, je, je… 😉
Yo este año usaré las láminas de Halloween !!! Siempre tienes unas ideas estupendas
Muchas gracias, qué ilusión que te gusten mis ideas 🙂