Queridísimo Mediano:
Esta semana cumples nueve otoños y, simplemente, estoy alucinada. Te has hecho tan mayor en tan poco tiempo… Eres un niño sensible con las ideas claras, amable y muy sociable. Quién lo hubiera imaginado viendo al tímido niño de tres años que no salía de la cocina en Nochebuena porque había demasiada gente en la casa o al de cinco que se tapaba los oídos cuando iba a algún sitio con mucho ruido.
Sé que en esto han tenido mucho que ver tus hermanos, que sin saberlo han tirado de ti. Sois una piña increíble. Cada uno a su manera, con vuestras peleas y vuestras diferencias, sí, pero también defensores uno de otros. Y ahí estás tú, justo en medio, haciéndote notar también a tu manera. Pero más allá de tus hermanos, tienes increíbles amigos a los que quieres con locura y por los que te desvives cada vez que puedes. Me alegra verte tan feliz en esta otra faceta de tu vida.
Estás haciéndote muy mayor a pasos gigantes. Me da vértigo porque pronto tú también serás un preadolescente y eso me pone los pelos de punta. Pero esta semana, «solo» cumples nueve años y lo más importante para ti es poder celebrarlo con la gente importante de tu vida: tu familia y tus amigos. ¡Quién necesita más!
Y, a pesar de todos estos cambios, sigues acurrucándote conmigo en el sofá, buscando mis besos y mis abrazos. Tan mayor para unas cosas y para otras, sin embargo, sigues siendo mi pequeño aventurero. ¿En qué momento decidiste que ibas a crecer tanto? Te veo trepar muros, saltar cinco escalones a la vez, dar volteretas, correr a toda velocidad y, a pesar de tener mi corazón en un puño, te veo libre y feliz, sin límites y sin más preocupaciones que sobrepasar el siguiente obstáculo. Y quiero ver de lo que vas a ser capaz.
Me encanta que me cuentes cosas porque, más allá de las palabras, veo tu emoción en cada músculo de tu cara. Esa naricilla que no puede ocultar lo que verdaderamente te ilusiona cuando hablas y el leve temblor en tu voz cuando la emoción te desborda. ¿Puede haber algo mejor que sentir la felicidad en cada poro de tu piel cuando solo tienes nueve años? Quizás sí: la emoción de verte crecer.
Queridísimo Mediano, en este cumpleaños, tu último de una sola cifra, solo tengo un consejo para ti: sigue viviendo la vida exprimiéndola al máximo. Se aproximan nuevos retos y estoy convencida de que estarás a la altura de cada uno de ellos porque tienes una gran determinación y una familia que te quiere más que a nada en el mundo y que siempre estará ahí para ti. Disfruta de tu tarta, de tus amigos, de tu familia y plántale cara al mundo con la alegría y la bondad de la que solo tú eres capaz.
Te quiero hasta donde acaban los números.
Feliz noveno cumpleaños.