… de tener la varicela estando vacunado

Tener la varicela estando vacunado

 

El mes de julio nos ha traído alguna que otra sorpresa en casa. Quizá la más llamativa ha sido que al Mediano les dio por tener la varicela estando vacunado. El tema se las trae porque, como imaginarás, nos pilló completamente desprevenidos. Pero, claro, no quedó ahí la cosa. ¿De qué sirve tener la varicela si no se la contagias a tus hermanos? No veas el panorama que se nos presentó en casa.

Voy a ponerte en antecedentes: el Mediano tiene piel atópica y, ahora en verano, con el calor y el sudor, no es de extrañar que suela tener granitos por todo el cuerpo. En esas estábamos cuando un viernes se levantó y me dijo que tenía un granito que le picaba mucho. Mi primer pensamiento fue que le habría picado un mosquito. Para calmar el picor, le di árnica (que he comprobado que, además de para los golpes y moratones, también alivia el picor). Según fue pasando el día, le vimos más granitos. Seguí pensando que el dichoso mosquito se había puesto las botas a costa del Mediano.

El mismo viernes por la tarde le dio fiebre al pobre. Pero, la verdad, tampoco le di mucha importancia porque no tenía ningún otro síntoma: ni dolor en ninguna parte, ni toses, ni mocos. Y alguna vez mis Trastos han tenido episodios de fiebre que han durado 24 o 48 horas y, tal como vinieron, se fueron. Al principio les llevaba al pediatra, pero siempre me mandaban Apiretal y a casa, a esperar que la fiebre remitiera o que aparecieran otros síntomas. Así que ya no salgo pitando al médico por fiebres si no tienen otra cosa.

El sábado por la mañana tenía algún que otro granito más, pero pensé que se debería a su piel atópica. No sería la primera vez. A la mente me vino la imagen de cuando era un bebé de apenas un mes con el cuerpecito lleno de granos. Reconozco que también se me pasó por la cabeza que podría ser varicela, pero, como estaba vacunado, descarté la idea inmediatamente. Ese fue mi error. Bueno, no sé si «error» sería la palabra adecuada porque yo estaba convencida de que, al estar vacunado, era imposible que tuviera varicela. Si lo hubiera sabido, no habría descartado esa idea.

Resumiendo, el Mediano pasó todo el fin de semana con fiebre hasta el domingo por la tarde y con picores. Todo ese tiempo le dábamos la crema que nos mandó el médico para sus granos de piel atópica. Y el lunes le llevamos al pediatra. Al haber pasado ya «lo gordo», no pudo confirmarnos que fuera varicela, pero nos dijo que, por la pinta que ya tenían los granitos que se habían secado, tenía toda la pinta. Imagínate cómo nos quedamos con el posible diagnóstico.

Pero claro, ahí no iba a quedar la cosa. A los 15 días el Mayor empezó con sus picores también. Con el primer granito también se lo adjudiqué a un mosquito, pero al tercero, al estar ya prevenida, le llevé al pediatra pensando en que podría ser varicela. Y, efectivamente, lo era. A pesar de, como el Mediano, estar vacunado. Nos mandó un jarabe para los picores y polvos de talco para los granos. Afortunadamente, el Mayor no tuvo fiebre. Así que salí de la consulta mirando de reojo al Peque y esperando que él fuera el siguiente en la lista.

Pero, a día de hoy, el Peque se ha librado de la varicela. Según el pediatra, esto podía pasar ya que era el Peque quien tenía la vacuna más reciente y, por tanto, más anticuerpos (o anticuerpos más fuertes) para hacer frente al posible contagio. Ha pasado ya casi un mes desde que el Mayor tuvo la varicela, así que, de momento, descarto que el Peque vaya a tenerla ahora. Pero, igual que no sabemos dónde se contagió el Mediano (en nuestro entorno no había nadie con varicela), tampoco podemos saber si el Peque se contagiará en un futuro (en el cole, por ejemplo).

CONTRAS:

  1. El hecho de no saber que estar vacunado no implica que no fueran a coger la varicela.

  2. Además, la confusión con la piel atópica del Mediano. Él tiene granitos bastante a menudo, así que un granito más, especialmente en verano con los mosquitos, no me llamó la atención.

  3. Que la varicela se manifestara en fin de semana. Tuvimos que esperar al lunes para poder ir al pediatra y, para entonces, ya se le habían pasado todos los síntomas.

PROS:

  1. Ya nos pusimos en alerta con los otros dos. Por eso llevamos al Mayor inmediatamente al tercer granito.

  2. También hemos aprendido que las vacunas no eximen de contraer alguna enfermedad.

  3. Lo que sí hace es, en este caso, que la varicela fuera más ligera y no se presentara tal como la pasábamos cuando yo era pequeña. Sí, es cierto que al Mediano le dio fiebre, pero al Mayor no. Además, aunque los dos mayores tuvieron granos, solo fueron unos pocos en comparación con la varicela que pasé yo a los 16 años (tuve todo el cuerpo plagado de granos con un picor insoportable).

¿Sabías que tu peque podría tener la varicela estando vacunado?


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