Vértigo, así te lo digo, me da vértigo que ya vaya a cumplir 38 años esta semana. Dentro de un par de años me planto en los cuarenta. Y, aunque aún puedo considerarme una treintañera (voy a exprimir estos dos años al máximo), ya empiezo a considerarme una señora.
Para empezar, no me gusta mojarme el pelo en la piscina si me lo he lavado el día antes. Los niños empiezan a llamarme de usted (¡a mí!) y ya no miro hacia atrás buscando a la señora, ahora la señora soy yo. Confieso también que paso un poco de la moda, siempre lo hice, esto no es ninguna novedad, nunca he sido una fashion victim, pero es que ahora muchísimo menos. Me conformo con que no me apriete la ropa y no parezca un saco de patatas andante. Además, me he dado cuenta de que ahora estoy más cansada. Podría echarle la culpa a mis Trastos, pero creo que tiene que ver más con mi cuerpo.
Y, hablando de mi cuerpo, estreno mis 38 años con muchos kilos de más. Nada de «me sobran unos kilillos», no; ¡me sobra más de una decena de estos malditos ocupas! Pero esta historia da para dos temas en los que no voy a entrar ahora. Pero resulta que, aunque salvo en mis embarazos jamás pesé tanto como ahora, sorprendentemente lo llevo mejor que cuando estaba en la veintena. Podría decirte que he aprendido a amar mi cuerpo, pero no sería del todo cierto; en realidad, me preocupan más otras cosas (la mayoría relacionada con la salud, mi casa y mi familia). He adquirido un poco de perspectiva.
Pero, si me pongo un poco seria, tengo que recordar que, cuando cumplí los 37, sentía que había perdido un año de mi vida. Pues bien, este último año ha sido de muchísimos cambios en casa y se me ha pasado todo a una velocidad de vértigo. Aún estoy digiriendo algunas cosas, me siento feliz por otras y sigue habiendo algunas que me dan miedo. Así que espero que los 38 años que estreno esta semana sean más tranquilos y que yo pueda disfrutarlos más.
CONTRAS:
-
Sigo arrastrando inseguridades (mi peso y mi forma de ejercer la maternidad son dos de ellas), pero voy aprendiendo a convivir con ellas.
-
Me parece que este último año he ido un poco con el piloto automático puesto. En parte me ha venido bien para afrontar tanto cambio en casa, pero ahora siento que debo pararme un poco.
PROS:
-
En mi cumpleaños, todos los años, hago una especie de examen de conciencia para ver en lo que puedo mejorar. Este año me alegra decir que he mejorado bastante respecto al año pasado. Sin embargo, soy consciente de que debo seguir esforzándome.
-
Uno de mis propósitos todos los años es aprender a manejar mi cámara réflex, soltarme un poco en esto de la fotografía. Pues bien, llevo desde diciembre practicando, haciendo algún que otro curso y practicando aún más. Así que ahora lo que me queda es seguir practicando porque me encanta todo lo que he progresado en este tema.
-
Me encanta cumplir años y, desde hace varios cumpleaños, lo celebro con una tarta de tres chocolates que me sale espectacular (me da igual si está mal que lo diga yo, jeje…). Solo la hago una vez al año y es en mi cumpleaños.
¡Feliz cumpleaños a mí!
[google-translator]