Queridísimo Mediano:
Esta semana cumples ocho años y yo aun estoy asimilando lo rápido que pasa el tiempo. Apenas ayer eras un bebé con unos ojos oscuros y grandes que no le quitaba ojo a su hermano Mayor. Un bebé que me cabía en el regazo.
Y unos segundos después, tienes ocho años y rizos indomables en el pelo. Te gusta el fútbol, los puzzles y los juegos de mesa. Afortunadamente para mí, aún te gusta acurrucarte conmigo y darnos besos entre risas.
Eres como una pluma que se deja llevar por el viento para vivir aventuras intrépidas y descubrir maravillas escondidas debajo de las piedras y las hojas. Saltas muy alto y me temo que algún día tu salto te llevará lejos de mí. Y yo, como siempre, cruzaré los dedos para que no te hagas daño mientras espero tu regreso.
Eres muy noble, aunque los dos sabemos que tienes un pronto que hay que saber manejar. Eres rápido y travieso y la mayoría de las veces me das mil vueltas. Sin embargo, me encandilan tu locura y tus respuestas lógicas. Estaría escuchando tus historias toda una vida.
Queridísimo Mediano, esta semana es tu cumple y, mientras tú no dejas de hablar de fútbol, amigos, tarta y pokèmons, mi mente pasa de puntillas por estos últimos ocho años. Notando cómo se me ha escapado el tiempo entre los dedos.
Ojalá la alegría, la inocencia y las ilusiones de estos días te acompañen toda tu vida.
Muy feliz cumpleaños, Mediano. Te quiero.
[google-translator]