El otro día te contaba que el Mayor ya va solo a por el pan. Esto implica que tiene que cruzar una carretera donde solo hay un paso de cebra. Me pone nerviosa, la verdad. Pero cuando hay que cruzar por un semáforo, veo cosas que tampoco me tranquilizan. Siempre les digo que hay que cruzar en verde, pero, incluso así, tienen que asegurarse de que los coches se paran en el semáforo.
Les repito hasta la saciedad y el aburrimiento que, aunque el semáforo les dé a ellos la preferencia, no hay una barrera que hace que el coche se pare. Y, si no lo hace, entre un coche y una persona, esta última siempre lleva las de perder.
Pero entre toda esta preocupación de madre, hay una nota graciosa. Yo les digo que tienen que cruzar en rojo y ellos me responden que no, que hay que cruzar en verde. Y no es que les quiera gastar una broma, qué va, cuando digo que esperen a que esté en rojo para cruzar lo digo muy en serio.
¿Por qué? Pues porque, cuando yo era pequeña, no había los muñecos en rojo y verde que tienen ahora prácticamente todos los semáforos. A mí en el colegio y también mis padres me enseñaron a cruzar en rojo porque la de los coches era la única luz que había. ¡No había para los peatones! Ya puedes llamarme vieja, jajajaja…
La señal para los peatones vino después. Pero a mí lo que me sale a mis Tratos es decirles que tienen que esperar a que la luz (de los coches) esté en rojo para cruzar de forma segura la carretera. Afortunadamente, ellos siempre están dispuestos a corregirme y no tardan en decirme que a lo que hay que esperar es a que la luz (de los peatones) se ponga en verde.
Como ves, las dos partes, ellos y yo, tenemos razón. Solo que nos referimos a cosas distintas y estoy segura de que más de una vez alguien se ha reído de mí por la calle al oírme decir que se cruza en rojo y ver a mis hijos replicarme que me equivoco porque hay que cruzar en verde. ¿Seré la única a la que le pasa esto?
CONTRAS:
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Muchas veces me temo que puedo estar confundiendo a mis Trastos. Así que ahora le pongo «apellido» a las luces del semáforo: la luz de los coches y la luz de los peatones. Me cuesta más, es cierto, pero creo que así les queda más claro a mis hijos.
PROS:
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Cuando me olvido de especificar a qué luz me estoy refiriendo, me alegra que mis Trastos me corrijan. Me consuelo pensando que eso es que me estaban prestando atención y que la teoría se la saben bien.
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En este aspecto estoy tranquila, pues también saben hacerlo bien. No es la primera vez (y tristemente creo que no será la última) que estamos esperando en el semáforo a que la luz de los peatones cambie a verde cuando llega otra persona y cruza, sin esperar. Entonces mis hijos me han dicho que esa persona lo estaba haciendo mal. Y tienen razón.
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Por esto creo que es tan importante que todos contribuyamos a dar buen ejemplo. Yo soy madre y, vaya sola o con mis hijos, cruzo cuando el muñeco están en verde. Pero he visto muchos adultos cruzar con el muñeco en rojo cuando van solos e incluso yendo ellos mismos con niños también. Quizás sean esos mismos los que pongan el grito en el cielo cuando van conduciendo y se les cruza un chaval por donde no debe.
¿Sueles dar buen ejemplo cuando vas sola o solo cuando vas con tu peque?
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¡ay madre, nunca había oído esa confusión! yo con mi hija, en verde siempre, ya estemos en el desierto esperando que pasen un par de pelusas gigantes… y cuando voy sola, en el color que me pille el semáforo (los coches, intento que no me pillen en ningún color.. 😉 ).. salvo si veo otra madre con hijos en pleno aleccionamiento, que espero al verde por no tirar teorías abajo.. ¡besos!