Queridísimo Peque:
Esta semana cumples cinco años. Un lustro que se ha pasado en un suspiro. Fuiste mi último bebé y de aquel pequeñín ya solo quedan las fotos y algún gesto en tu cara. Hoy ya eres un niño mayor que se viste y desviste solo, que juega al balón y que tiene muy claro lo que le gusta y lo que no.
No paras quieto y te unes a tus hermanos siempre que puedes. Ahora ya sí, eres uno más de ellos. Me encanta verte formar parte de sus juegos. Es como si siempre hubieras estado aquí y no puedo imaginar una vida sin ti.
Me haces reír, me haces enfadar, me haces ver el mundo de otra manera pero, sobre todo, me haces quererte cada día un poco más. Cómo no hacerlo si tu risa en contagiosa y tu mirada contiene la magia del universo.
Cada día doy gracias por ser tu madre, por poder abrazarte, por darte un beso de buenas noches y otro de buenos días, por arroparte en tu cama… por tenerte a mi lado. Viniste a poner aún más patas arriba mi mundo, a demostrarme que no sabía nada de ser madre a pesar de serlo ya. Y me encanta este caos. He aprendido a vivir en él junto a ti y tus hermanos.
En tu quinto cumpleaños solo puedo comerte a besos, como hacemos los dos tantas veces, pedirte que soples las velas y confiar en que seguirás creciendo hasta convertite en lo que tú quieras ser. A mí me tendrás siempre a tu lado. Persigue y alcanza tus sueños sin temor.
Muy feliz cumpleaños, Peque. Te quiero hasta la luna y un universo más.
[google-translator]