Jamás me lo hubiera imaginado, pero hace poco me he dado cuenta de que soy una persona controladora. Afortunadamente, no soy una obsesiva del control. Pero sí que me gusta tener algunas cosas controladas. Creo que antes ya era un poco controladora, pero desde hace unos meses, lo soy aún más. Y no me gusta.
Ser una persona controladora últimamente está rayando una línea que no quiero cruzar: la de la obsesión. Siempre digo que la organización es mi medio de vida en casa. Me ayuda a no perder la cabeza con tres Trastos pululando la mayor parte del día en casa y yo sola con ellos. Necesito organizarme para tener tiempo a casi todo. Aunque ese todo no esté completo.
Siempre me gustó dejarme sorprender, sobre todo, por Papá³. Pero ahora ya no. Si nos levantamos un fin de semana y yo tenía pensado quedarnos en casa ese día, que él proponga salir a cualquier sitio me pone nerviosa. Mucho. No es que no quiera salir, es que quiero saberlo antes. Las sorpresas han empezado a no gustarme.
Y lo peor de todo es que me está afectando como madre. Siempre he dicho que no hay que comprarar a los niños, ni aunque estos sean hermanos. Y últimamente estoy comparando a mis propios hijos con otros niños. Pero no con niños normales, sino con esos niños idílicos que siempre saben comportarse bien dentro y fuera de casa, que no se pelean entre sí (esto te lo contaré en una próxima entrada), que no dicen ni una palabrota ni gritan y que se pasan el día dibujando, leyendo y jugando a juegos tranquilos.
Y sé que hago mal. Es algo ilógico y nocivo. Soy consciente de ello. Pero no sé cómo frenar mi querer tenerlo todo bajo control. Sé que es absurdo, que la vida es imprevisible y que ellos son niños comportándose como niños. Pero, como yo soy su madre, no puedo evitar preguntarme si lo estoy haciendo bien (hablaré más a fondo de este tema en otra entrada).
Si se comportan así en casa, me pongo nerviosa. Pero si lo hacen fuera, donde todo el mundo puede vernos (y juzgarnos), me crea hasta ansiedad. Y, al final del día, lo que me queda es una sensación de frustración y fracaso.
Siempre me ha dado más o menos igual lo que pensaran los demás. Entonces, ¿por qué este cambio en mí? Bueno, algo ha pasado en mi vida que me ha hecho cuestionarme todo lo que soy y todo lo que hago. Pero no te lo puedo contar aquí. Y lo estoy pagando con quienes menos culpa tienen: mis hijos.
CONTRAS:
-
No hay nadie que me cuestione, al menos no que yo sepa. Pero me siento así. Mis pensamientos van por ese camino. El famoso ¿lo estaré haciendo bien? de la maternidad se ha convertido en una pregunta vital para mí, que me obsesiona y me lleva a querer controlar el comportamiento de mis hijos.
-
Todo lo que hago, no solo como madre, sino también como persona, me lo cuestiono mil veces en mi cabeza. Y yo, que siempre he sido algo insegura, me he vuelto controladora. Si lo tengo todo controlado, me siento más segura. Pero como es imposible tenerlo todo bajo control, me angustio.
PROS:
-
Como soy consciente del problema que tengo y que de que no quiero que vaya a más, estoy trabajando en solucionarlo. Pero no es fácil. Cuando te sientes insegura, vulnerable y cuestionada (con o sin razón), todo se hace muy cuesta arriba. Cambiar esos pensamientos nocivos no es fácil.
¿Tú también eres algo controladora? ¿Alguna vez te has sentido como yo? ¿Cómo lo manejas? Me encantará oír tu consejo.
Mucho ánimo preciosa. Para entender bien a fondo habría que saber qué ha sido eso que te ha cambiado, pero con que lo sepas y analices tú es suficiente. Pero ser madre no es fácil, mas cuando casi todo te toca a ti sola durante muchas horas, lo se por experiencia, pero también se que la maternidad se compone de muchas rachas, tanto de los peques como nuestra, y es normal (que idílico) que lo pagues con ellos. Al fin y al cabo son tu compañía diaria en el camino. Pero ánimo, frena un poco, dejarte caer y pedir ayuda no es malo,y lo agradecerás en el futuro. Lo estas haciendo genial y este bache es solo una prueba mas que vas a solucionar, ya lo verás. Te mando un abrazo gigante y toda mi energía positiva. Para lo que necesites aquí estoy. ❤❤
Ojalá sea como tú dices y un día te pueda decir que tenías toda la razón del mundo. Esta racha que estoy atravesando dura ya más de lo que imaginaba al principio y no le veo el final. Pero quiero pensar que sí lo hay y, cuando llegue, saldré más fortalecida como persona y mucho mejor madre.
Mil gracias por tu apoyo ❤️❤️
Lo que te pasa es lo que al resto que no somos perfectas. Ni nuestros hijos lo son. A veces nos agobiamos y lo pagamos con quienes están cerca y luego nos sentimos peor y esto entra en una rueda agotadora. Yo lo que suelo hacer es poner en mi cabeza una imagen de mis hijos o lo que me agobia en una situación idílica. Por ejemplo durmiendo de mis hijos, el único rato del día en que son angelitos jejeje. Y así siempre sacas esa sonrisa. Animo 😘
Me siento como un hámster en esa rueda, es agotador. Me voy a apuntar tu truco porque es cierto que hay momentos en que disfruto de ellos un montón, pero ahora me cuesta más verlos. Quizás debería centrarme más en visualizarlo en los momentos más difíciles.
Muchísimas gracias por tus palabras, tus ánimos y por el consejo. Lo voy a poner en práctica desde ahora mismo 🙂 ❤️