Cuando nace tu bebé, estoy segura de que todos son fotos. Que si esa manita, ese piececito, qué preciosidad cuando duerme y cuando come… y si ya consigues una foto mirando a cámara y sonriendo, eso ya es lo más. Pero luego tu bebé crece, pero tú sigues con las fotos. Hasta cuando hace payasadas es adorable. Pero llegan los 5 o 6 años y las caras graciosas se transforman en caras haciendo el payaso pero de verdad. No hay foto en la que salga bien. Y, cuando se plantan en los 8 o los 9, directamente te dicen aquello de «fotos no». Me ha pasado. Me está pasando. Mis hijos no quieren hacerse fotos.
No es que no quieran nunca, es que ahora, a veces, dicen que les da vergüenza. Curioso porque si les digo que voy a hacerles una foto con cara tonta allá que se me plantan haciendo tonterías a más no poder. Pero no les gusta que les haga fotos, por ejemplo, leyendo o haciendo los deberes. Y, si están jugando a la consola, nada de fotos. Ellos quieren un vídeo porque, me dicen, que así son youtubers, como Vegetta y compañía. ¡Lo que hay que oír!
Hace poco, al Mediano se le cayó un diente. Está súper gracioso y mi primer impulso fue hacerle una foto. «No quiero fotos, mamá», me dice, «que me da vergüenza». Lo que le da vergüenza es la foto en sí, no el hueco que tiene en la boca por el diente que le falta. No tiene reparo en enseñárselo a cualquiera que le pregunte, pero en persona, eso sí. Él pasa de fotos.
El otro día, el Mayor estaba leyendo y, tan concentrado le vi, que cogí el móvil para hacerle la foto. Pues tampoco hubo forma. En cuanto me vio que le estaba encuadrando, me soltó otra vez el «no quiero que me hagas una foto, mamá» y yo, por supuesto, respeté su decisión.
A esta moda también se ha unido el Peque, por imitación, me temo. Y, cuando ve que le voy a hacer una foto, se pone las manos delante de la cara mientras me dice que no quiere fotos.
Afortunadamente, esto no es así cada vez que saco la cámara. Otras muchas veces sí quieren la foto, pero me ponen caras intentando asustar o caras absurdas porque luego les gusta verse en la foto con esas caras raras. Y, hay otras pocas veces en las que consigo hacerles una buena foto. Sin caras raras, a gusto, dejándose querer por la cámara como diría un fotógrafo profesional. ¡Menos mal!
CONTRAS:
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Quiero pensar que esta es otra etapa más porque no entiendo muy bien eso de la vergüenza. Como ya dije el otro día, yo no publico fotos de mis hijos en Internet. Al menos no fotos en las que se les pueda reconocer y de las que ellos algún día puedan avergonzarse. Me imagino que irá junto con la edad y la etapa esa de la pre pre-adolescencia. Al menos en el caso del Mayor. Y que el Mediano y el Peque, una vez más, repiten por imitación.
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Si ya es complicado para mí hacerles fotos a mis hijos (siempre hay alguno que se mueve y eso de pillarles a los tres bien es casi imposible), últimamente es aún peor. Así que, cuando las abuelas o las tías me piden alguna foto, me es muy complicado enviarles una decente. No es que yo no quiera, es que ¡ellos no se dejan!
PROS:
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Siempre me gustaron los robados, esas fotos donde el sujeto de la misma no se entera de que está siendo fotografiado y, por tanto, su pose, sus gestos y su expresión no son forzadas, sino completamente naturales. Pues bien, son este tipo de fotos las que hago ahora más a mis hijos. Sí, tengo pocas fotos en las que se les ve de cara, pero menos es nada. Aunque eso sí, tengo que ser rápida porque si me ven, muchas veces ya no me dejan hacerles la foto.
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Tengo claro que nunca voy a obligar a mis hijos a hacerse una foto, salvo las que son para el DNI y demás temas similares 😀 Me encantaría tener más fotos de ellos, claro, sobre todo desde que me he dado cuenta de que, gracias a los móviles, se pueden retratar aspectos del día a día que me gustaría no perder. Pero si ellos no quieren, no se sienten cómodos o les da vergüenza, tampoco les voy a obligar a salir en la foto.
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Afortunadamente, cuando solemos ir a algún sitio, parece que se dan cuenta y, en esas fotos, sí que se animan a salir.
¿Tu peque tampoco quiere fotos o le encanta posar y verse después?
Es un tema..porque ellos no quieren pero una quiere tener recuerdos, aunque supongo que esas fotos con cara de payaso son tambien un recuerdo de la etapa. A mi aun no me ha pasado con decisión, es decir que en algun momento no quiere pero por lo general me deja o me pide que le haga una, pero es bueno hacerse a la idea de que esa etapa llegará. Coincido contigo,las fotos desprevenidas son mis favoritas, aunque cueste un mundo que alguna parte no salga borrosa por los movimientos 😁😁
Sí, nos movemos entre el querer tener ese recuerdo y sus vergüenzas o estados de humor. Que, oye, a mí tampoco me apetece a veces que me hagan fotos.
Las fotos en plan payaso son muy divertidas, es verdad, pero de vez en cuando, también gusta tener una con una cara normal, jejeje…
Así que, de momento, nos quedan las fotos donde están desprevenidos, que, quizás porque son las que más les hago, cada día me gustan más 😉
Sobre lo borrosas de algunas fotos, mejor no hablo, ¡es imposible hacer una sin que el Peque no mueva alguna parte de su cuerpo! Así que siempre sale medio borroso 😀