Para inaugurar septiembre con las entradas de publicidad gratis, hoy te vengo a presentar la historia de Joaquín, que seguro que no podrás dejar de leer hasta el final. Y, después de leerla, seguro que te enamorarás de sus complementos y del cariño y el trabajo que pone en cada uno de ellos. Ya verás 😉
Bisutería Pretty Chic
Soy Joaquín y haciendo bisutería llevo 4 años. En febrero, si sigue la cosa bien, haré los 5 años. Soy un gran apasionado de la moda y, por supuesto, los complementos y los accesorios siempre desempeñan un papel muy importante para nosotros, para nuestros looks y para lo que queremos decir a los demás con lo que nos estamos poniendo.
Cansado de complementos masificados y de ver siempre lo mismo por todas partes, un día entré en una tienda de abalorios y empecé a admirar todas y cada una de las piedras que había: ágatas naturales, cuarzo rosa, amatista, jaspe, ojo de tigre y un muy largo etcétera. Piedras que gozaban de una belleza espectacular y que, combinada con cristales, era todavía más potenciada. Y, en ese momento, mientras tenía un cuarzo rosa en la mano y una pieza de malaquita en la otra, no me puedo resistir a preguntarme: ¿qué hago yo con esto?
Como no soy un experto en el tema, no quise empezar trabajando piedras naturales porque, para mí, merecen todo el respeto del mundo y, en ese momento, yo era una persona primeriza que no sabía bien ni cómo montar ni cómo hacer un cierre ni nada por el estilo. Por lo cual, yo seguía admirando toda la piedra desde donde cada una estaban situadas. Ya era una persona incapaz de pensar en otra cosa que no fuera en dar forma a ese cuarzo rosa en algún collar o en alguna pulsera bonita, en algo que hiciera destacar. Un día con un dinero ahorrado que tenía decidí tirarme a la piscina y, como comencé en febrero y la temporada aquí de feria en Sevilla es en abril, sin pensarlo ni un solo momento me animé a hacer mi primeros pendientes de flamenca.
Los pendientes eran sencillos porque eran un aro de acetato y una base dorada que tenía como una especie de árbol, los pendientes pesaban y las fotos no era de las mejores. Fue lo primero que hice y no se vendió. De momento claro. Dado que no se vendían, decidir donarlos a una subasta porque la feria estaba cada vez más cerca. Apenas quedaban dos semanas para que comenzara y yo quería que, aunque yo no los hubiera vendido, alguien lo disfrutara, ya que, al fin y al cabo, estas cosas las hacemos para que las disfruten los demás. Así fueron a una subasta benéfica para una hermandad de Sevilla. Yo a los pendientes les sacaba muy poco porque tenía marcado muy poco margen, dado que era la primera creación que hacía y quería vender. Quería que alguien los pudiera disfrutar y que el precio no fuera el problema.
La subasta se realiza y, sin esperármelo, una señora me llamó por teléfono para preguntarme si he hecho yo unos pendientes en estos colores y en esta forma de flamenca y los había donado a tal causa. Estaba muy interesada y quería hacer unos regalos. Así que me pidió por favor si cabría la posibilidad de hacer el mismo pendiente pero en varios colores. A pesar de que el pendiente era muy bonito y de que no era mucho lo que le ganaba, decidí, ya que los iba a mandar, que fueran todavía más espectaculares combinando una base en color rojo y la del árbol dorada, que siempre queda espectacular (mucho más para la feria ).
Esta mujer me pide un total de cinco pares de pendientes, eligió colores y me pagó por adelantado. Yo todavía no tenía ni idea de cómo se nos iba a presentar, si en una caja o si en una bolsa. Cada vez eran más las dudas que yo tenía, pero toda mi ilusión era poder le dar a esa clienta el gusto de estos bellos pendientes que tanto le habían gustado.
Al final, la presentación fue sencilla y ella quedó encantada. Y, por ser la primera clienta en confiar en mí, le regalé a ella otro par en color negro. El dinero de esta mujer que pagó por los pendientes de flamenca fue un impulso total para mí, un verdadero soplo de aire, un empujón a seguir hacia delante y al no volver nunca la vista atrás. Yo seguía trabajando y, a la vez, seguía creando. Entonces me animé a crear la página de Facebook y para publicitar en ella todo lo que he creado, intentando hacer fotos bonitas lo mejor posible para que atraigan al público.
Todas las piezas que creo tienen nombre de mujer. Son nombres latinos, griegos, alemanes, de origen celta o marroquí, nombres de todo tipo, pero siempre de mujeres.
CONTRAS:
-
La deslealtad de otros compañeros que también son artesanos, que saben perfectamente por ejemplo por lo que paso cuando elijo una piedra o cuando la monto y que, aún así, intentan imitar al máximo mis productos. Antes me molestaba mucho, ahora no tanto. Sobre todo, me da muchísima pena porque detrás de un collar hay muchas horas para pensarlo, probarlo y montarlo definitivamente. Y hay personas que, porque anden en momentos bajos o no dispongan de la misma creatividad, decidan copiar. Pero bueno, que le vamos hacer.
PROS:
-
Es muy difícil quedarse con uno porque, al fin y al cabo, esta profesión tiene muchas cosas buenas. Pero me voy a quedar con la satisfacción de la persona que luce con toda su ilusión lo que te ha comprado tras decidir confiar en mí en ese caso, bien para un evento especial o no, o bien para regalárselo a sí misma u a otra persona. Es un accesorio que he creado yo y en el que ella se ha visto identificada.
Sigo recogiendo solicitudes, así que, si quieres participar, solo debes ponerte en contacto conmigo. Toda la información sobre esta iniciativa de publicidad gratis para artesanos, pequeñas empresas y emprendedores en general la encontrarás en esta entrada de aquí.