Vuelvo al blog con un truco para esos peques ya acaban de pasar a su cama de mayores. A parte de la diferencia obvia que hay entre la cuna y la cama, yo me encontré con un problema cuando mis peques empezaron a dormir en su cama de mayores. Aunque había pegado la cama a la pared por un lado, entre el colchón y la pared había un hueco por donde a mis Trastos les encantaba colar coches, además de que no les gustaba nada. Hoy te cuento mi truco³ para tapar el espacio entre la pared y la cama de los niños.
Habrá peques que este espacio no les afecte. A los míos sí, lo veían, en el mejor de los casos, como un precipicio divertido por donde colar pequeños muñecos y juguetes. Pero, por otro lado, no poder arrimarse completamente a la pared no les gustaba absolutamente nada. Y eso sin contar quealgunas habitaciones tienen una llave de la luz a la altura de la cama. Genial si son peques más mayores, pero es un cachondeo para uno de 3 o 4 años. Te aseguro que puede pasarse una noche entera encendiendo y apagando la luz. Así que empecé a rellenar ese hueco con cojines, pero aquello era un desastre porque los cojines rara vez amanecían en su sitio.
Y una vecina, que con el tiempo se convirtió en una gran amiga (lástima que se mudara), me dio la clave. Una esponja. Obviamente no de las de baño, sino una esponja como las que se usan para hacer asientos. Lo más difícil del asunto fue encontrar dónde se vendían esas cosas porque «tiendas de esponjas» me llevaba siempre a los baños.
Al final di con el sitio: las colchonerías. Parece ser que muchas tiendas que venden colchones también venden esponjas cortadas a medida. Solo tuve que medir el largo y el ancho del espacio entre la pared y el colchón. Y darle una altura. Con estas medidas fui a una colchonería y pedí una esponja de dureza media (sí, existen varios tipo de dureza) echa a medida. Para la cama del Peque, que tiene una esponja que va desde el cabecero hasta los pies, es decir, toda la largura de su cama de 90, no pagué más de 10 €. Así que no es algo caro.
Lo siguiente que se me ocurrió fue forrar la esponja con una tela de algodón. La del Mediano es a dos colores y va con cremallera. Así puedo lavar la funda. La del Peque es una sola tela y va cerrada por el lado más estrecho con velcro. Ambas formas funcionan muy bien. Y la diferencia está en que una la cosió mi madre con máquina de coser (la del Mediano) y la otra la cosí yo a mano (la del Peque).
La esponja se puede lavar en lavadora si cabe o directamente en la bañera. Luego hay que dejarla secar muy bien antes de ponerle la funda. Y ambas fundas se lavan perfectamente en la lavadora. Pero lo más importante es que cumplen su función: tapan el hueco entre la pared y el colchón. Y mis Trastos la usan a modo de mesita de noche, ya que no tienen por las literas. Allí ponían el vaso antigoteo con el que dormían por la noche (ahora ya se levantan a beber ellos solos sin llamarme) y siguen poniendo coches, muñecos pequeños y, a veces, ¡hasta el diente para el Ratoncito Pérez!
CONTRAS:
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Por lo que tengo entendido, no todas las tiendas de colchones venden estas esponjas. Pero también es cierto que se pueden encontrar en otro tipo de tiendas (de tapicería, me han dicho).
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Si, como yo, optas por ponerle una funda (te lo aconsejo), tendrás que coser, pero ya te digo que puedes hacerlo con máquina o a mano. O pedírselo a alguien 😉
PROS:
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He comprobado en mis propios hijos que, cuando pasan de la cuna a la cama, con esta esponja se sienten más seguros y protegidos. Además de que notan algo blandito cuando se arriman a la pared.
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La esponja también mantiene la sábana o la manta a raya. El Mediano se mueve un montón y pocas veces consigue sacar la ropa de cama por el lado de la esponja.
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Puedes poner la funda a juego con las cortinas, un cojín, el color de las paredes o los muebles… es otra opción más para decorar. O dejarte de combinaciones y, si a tu peque le gustan los búhos, busca una tela de búhos. ¡Verás qué alegría le das!
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Por mi experiencia, diré también que he lavado más veces las fundas que las esponjas. Así que esto no te eche para atrás.
¿A tu peque le gusta el espacio entre su colchón y la pared?
Ay, a mi me pasa algo similar porque la pared donde va el lado largo de la cama, tiene un radiador en medio. Entonces, parte de la cama se queda lejos de la pared y me pasaba igual, me molestaba y el niño podía caer. En mi caso no podía poner algo muy largo porque a final de cama está el radiador, pero di con la solución de casualidad. La caja de la hamaca es justo de esa medida y queda a la altura del colchón, la rellené con una manta gorda, la metí en el hueco y encima le puse cojines. Perfecto! jaja
¡Qué gran idea esa también! A mí no se me habría ocurrido, pero hay que ver lo que se nos ocurre a las madres cuando hay que buscar una solución 😀 ¡Y lo de rellenarla con la manta ya es lo más! Aplaudo tu idea 🙂
Tengo una duda sobre este truco porfa Escríbeme
¡Hecho! 🙂