Queridísimo Mayor:
Esta semana cumples 9 años y me siento vieja. Es tu último año con una sola cifra en la edad y todos los anteriores se me han pasado en un suspiro. Recuerdo el día en que naciste, con esos ojos tan abiertos, todo espanzurrado, estirándote a tus anchas al fin. Recuerdo lo que sentí cuando te vi por primera vez, ese inmenso amor y esa sensación de que, efectivamente, por fin ya estabas allí, con nosotros.
Tu olor, tu mirada, tu tacto… ¡era todo tan nuevo! Recuerdo que la talla de recién nacido te quedaba pequeña y que, aún en el hospital, tuve que ponerte la talla de 3 meses que me había llevado por si acaso. Yo y mis «y si…», ya ves. Recuerdo también el miedo a llegar a casa y estar solos, sin enfermeras que nos ayudaran o nos indicaran cómo hacer las cosas. Pero ¡qué ganas de estar al fin los tres juntos! Tras meses soñándote ya estabas allí.
Y, ¿sabés qué? Desde entonces has crecido feliz. Sigues siendo ese pequeñajo curioso por todo que pregunta y pregunta hasta que consigue entenderlo todo. Hemos pasado juntos la época de la lactancia, del chupete, de los primeros pasos, del primer día de colegio, de aprender a montar en bicicleta y en patines, de aprender a leer y a escribir, de las rabietas, de los primeros chapuzones con y sin manguitos…
Ahora estamos en otra fase. En la de las palabrotas, en la de las contestaciones, en la de creerte mayor de lo que eres, en la de querer ser un youtuber de videojuegos… Pero también es la época en la que se puede razonar contigo, en la que haces tus propias elecciones totalmente consciente de que no se puede tener todo, en la que empiezas a apreciar el trabajo que hacemos Papá³ y yo, en la que ves el peligro…
Hoy te miro y me parece mentira que hayas salido de mí, que hayas crecido y que me sigas llamando «mamá». Yo te habré enseñado muchas cosas, pero no te imaginas lo mucho que me has enseñado tú a mí y la mejor persona en la que me has convertido.
Te quiero hasta donde acaban los números… y un poquito más.
Me encantan tus cartas abiertas. Cuando los peques las lean en unos años será un momento mágico. Felicidades al grandullón y a su mama!!!!
Muchas gracias, Marrod 🙂
Pues sí, la idea es, dentro de unos años (quizás para los 16 o 18), imprimirlas y hacer un libro o un álbum con todas las cartas abiertas y regalárselas. Espero que les haga tanta ilusión a ellos recibirlas como a mí escribírselas 🙂