Hoy no sabía si publicar una receta dulce o una receta salada. Así que me he decidido por la receta de las espirales de hojaldre rellenas, que se pueden rellenar de lo que prefieras, según tengas el día. Verás que son muy fáciles de hacer y muy agradecidas. Y te aseguro que sorprenderán. ¡A los peques sobre todo les encantan!
Para empezar, vamos a partir de una lámina de hojaldre ya hecha. Las encontrarás fácilmente en supermercados, refrigeras e incluso congeladas. Yo lo que suelo hacer es extender la lámina y cortarla a la mitad para que las espirales no me queden demasiado largas.
En esas dos mitades hay que extender el relleno, pero solo hasta la mitad. Si tienes un antojo dulce, nada mejor que untarlas de crema de cacao (tipo Nocilla o Nutella), azúcar y canela o mermelada y, si lo que te apetece es un bocado salado, puedes optar por paté, queso, jamón…
Una vez puesto el relleno, se dobla la mitad en forma de libro, de manera que el relleno quede tapado. Y entonces se corta en tiras. Después solo hay que enrollar cada tira y hornear a 180 ºC unos 12 minutos. Pero más que mirar los minutos que han pasado, lo mejor es ir mirando el horno. Cuando las espirales empiecen a coger color dorado es el momento de sacarlas y dejarlas enfriar.
Estas espirales de hojaldre rellenas son una merienda riquísima, pero también quedan muy bien como aperitivo en una comida o en una fiesta (como, por ejemplo, en el cumpleaños del Peque).
CONTRAS:
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La primera vez que las hagas, tendrás que estar pendiente del horno para que la masa de hojaldre no se tueste demasiado o incluso se queme un poco. Pero a la segunda vez, ya sabrás más o menos el tiempo que necesitan en tu horno para estar en su punto.
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Hay que tener también un poco de cuidado al poner el relleno y cortar las tiras. Con las cremas (de cacao, queso, paté…) es fácil porque solo hay que untarlas, pero si te decides por trocitos de queso o jamón ten en cuenta que luego hay que cortar las tiras. Así que yo te recomendaría cortarlo a parte en tiras y después poner esas tiras sobre el hojaldre porque, a la hora de cortar y enrollar las espirales, te va a resultar más cómodo.
PROS:
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Una vez que empiezas con los rellenos no podrás parar. Estoy segura de que harás uno y, mientras te comes la espiral, ya estarás pensando en otro relleno que también le vendría muy bien. ¡A mí me pasa!
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No manchas nada, salvo un cuchillo. Puedes usar el papel vegetal que trae la misma masa para preparar y hornear las espirales.
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Si no sabes por cuál relleno decidirte, haz lo que yo: unta una mitad con un relleno dulce y la otra mitad con uno salado 😉
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Se hacen rápidamente, sobre todo si te gustan jugosas por dentro. Si esperas demasiado, el interior del hojaldre puede quedar demasiado seco. Por eso yo las retiro cuando empiezan a dorarse, cuando el exterior está crujiente pero el interior es aún suave y la masa ya no está cruda.
Pero, oye, como siempre, no tienes por qué creerme. Mira el vídeo con el paso a paso para hacer espirales rellenas que ya está en el canal de YouTube del blog. Hazlas un día con el relleno que prefieras y luego me cuentas 😉