Como ya saben las suscriptoras del boletín mensual, al menos durante este mes, las entradas de la iniciativa de publicidad gratis van a pasar de los viernes a los sábados. Creo que me va a venir mejor a la hora de publicar en el blog. Pero aún tengo que comprobarlo. En cualquier caso, esta entrada de hoy va a solucionar la vida a más de una. Si estás harta de la ropa interior de abuela, tienes que conocer el proyecto de Raquel.
Gran Lencería
Soy Raquel y trabajaba como coordinadora de puntos de venta para un distribuidor de telefonía, me quedé embarazada y empecé a dar vueltas a mi futuro. Mi trabajo requería disponibilidad 24 horas y no quería ser una madre ausente. Además, vivimos en una ciudad diferente a nuestras familias, con lo que tampoco teníamos un plan B en caso de que la nena se pusiera mala y no pudiera ir a la guardería. Necesitaba sí o sí teletrabajar y marcarme yo misma los horarios en función de la nena y los turnos de mi marido.
Fui valorando distintas opciones hasta que llegó el verano y me tocó comprar bikini. Si eso siempre había sido una tortura para mí, ahora que tengo el pecho aún más grande con la lactancia ya era el infierno más absoluto. Empecé a buscar tiendas online y acabé comprándolo en una inglesa, ninguna de las españolas me convenció lo suficiente.
En ese momento se me encendió la lucecita y empecé a buscar proveedores, condiciones y valorar los requisitos que debería cumplir mi tienda. Soy una gran compradora online y tengo muy claro lo que sí me gusta en una ecommerce y lo que hace que cierre la pestaña del navegador sin haber comprado nada.
Una vez tuve esa información, valoré si podía montar o no lo que estaba imaginando y creo que ya sabes la respuesta. Organicé en un segundo una brainstorming por Whatsapp con la familia hasta que salió el nombre de Gran Lencería. Quería algo sencillo de recordar y que dejara claro lo que uno se iba a encontrar al visitarnos. Empezamos con la web y el 1 de noviembre de 2015 lanzamos la tienda. Por ahora estoy encantada con la acogida de las españolas, creo que no era la única que estaba cansada de los sujetadores de abuela y quería lencería bonita aunque la talla de mi copa sea la i.
CONTRA:
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Hay más de 100 tallas de sujetador diferentes, con lo que es imposible tener stock de todo. Así que, al tener que pedir a fábrica, el tiempo de entrega que barajo es de 10 días. Me encantaría que mis clientas recibieran sus compras en 48 horas, pero no puedo.
PROS:
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Me dirijo a un nicho muy concreto con un producto de calidad del que hay poca oferta y espero que bastante demanda.
Si Raquel te ha convencido como a mí, puedes seguirla también en Twitter y en su página de Facebook.
Sigo recogiendo solicitudes, así que, si quieres participar, solo debes ponerte en contacto conmigo. Toda la información sobre esta iniciativa de publicidad gratis para artesanos, pequeñas empresas y emprendedores en general la encontrarás en esta otra entrada de aquí.