En plenas vacaciones escolares y en medio de la Semana Santa es posible que te estés quedando sin ideas para hacer con los peques. Salir al parque o irse a algún sitio (un rato, un día o toda la semana) está muy bien, pero en algún momento hay que parar en casa. Seguro que tú estás cansadísima y los peques, nadie sabe cómo, siguen con ganas de marcha. En mi casa esto pasa bastante a menudo. Por eso hoy te propongo una manualidad fácil y rápida para hacer con niños: pintar con ceras blandas.
Cuando a los niños les da por colorear, suelen usar ceras duras, las blandas son un universo completamente desconocidos para muchos. Cuando yo era pequeña e iba al colegio, hacíamos muchas cosas con las ceras blandas. Las conocía. Por eso, cuando las saqué hace unas semanas en casa, me quedé sorprendida cuando mis Trastos me dijeron que no las habían usado en clase.
Así que pensé que con esta manualidad tan fácil seguro que triunfaba en casa. Y, en efecto, así fue. Es algo que yo hice en el colegio y curiosamente aún me acordaba. Era perfecta: un montón de colores, un palillo, un poco de imaginación y… ¡magia! El resultado no puede ser más llamativo.
Se puede hacer con un folio o con una cartulina blancos. Yo no recomiendo usar papel de colores oscuros porque, si no, el color de las ceras blandas no se verá bien. Para mí, el papel blanco es el mejor, pero un amarillo suave o similar también valdrá.
Después, hay que ir pintando el papel con varios colores (sirve cualquiera menos el negro, un poco más adelante verás por qué). No hay que seguir ninguna regla, para mí lo mejor es irlos poniendo un poco al tuntún. Aunque, claro, se puede hacer varios cuadrados de colores, pero a mí me gustan más los pegotes o manchones. Lo hagas como lo hagas, lo importante es colorear todo el papel, no dejar ningún hueco.
Después viene la parte que a mis Trastos más les aburrió. Consiste en coger la cera blanda de color negro y pintar todo el papel, encima de los colores que ya están. Como solo se usa un color, es cierto que esta parte es un poco menos amena. Y además, los niños no entienden muy bien por qué hay que tachar (así lo decían los míos) los colores de antes. Pero todo sea por la magia.
Al final, con paciencia, se consigue tener el papel pintado de negro. Y entonces es cuando yo saqué unos palillos y les dije a mis Trastos que imaginasen que era un lápiz y, el papel pintado con cera blanda, un folio en blanco para hacer un dibujo. Imagínate su sorpresa cuando empiezan a hacer trazos y entonces, como por arte de magia, empieza a verse un dibujo lleno de colores. Lo que yo te diga, todo un alucine para ellos.
CONTRAS:
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Las ceras blandas, por aquello de que son blandas, manchan más que las duras. Pero no te apures, no manchan tanto como si fueran témperas o similares. Un buen lavado de manos después y aquí no ha pasado nada.
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Al pasar el palillo, se arrastra la cera blanda de color negro. Es el truco para que el dibujo final quede tan llamativo. Pero esto implica que la mesa se llena de virutitas negras. Pero, descuida, también se limpian fácilmente.
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La parte de pintar con el color negro es cierto que es la más aburrida. Si les explicas a los niños por qué hay que hacerlo, el resultado final pierde un poco de su efecto sorpresa. Así que intenta que tus peques intenten terminarlo sin descubrir el pastel.
PROS:
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Si tus peques, como los míos, no han usado este material en clase, les vas a descubrir no solo una manualidad, sino otro tipo de pintura.
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Es una manualidad perfecta para hacer en un ratito. No se tarda mucho en hacer ni hay que esperar a que se seque la primera capa para pasar a la segunda. Todo se hace de seguido.
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Engancha. Una vez que empezaron con el palillo, a los míos les encantó tanto que no hacían más que poner detalles y detalles en sus dibujos. ¡Todo con tal de verlo lleno de colores!
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No hace falta saber dibujar porque también se puede escribir. Fue básicamente lo que hizo el mayor. Escribió algo como una pequeña historia. No te la puedo enseñar porque hablaba de su colegio y sus compañeros de clase, pero seguro que te imaginas cómo quedó.
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Las ceras blandas son tan blandas que hasta los niños más pequeños pueden usarlas sin problemas. Yo al Peque le ayudé a pintar con los primero colores y con el negro, pero lo del palillo se las apañó perfectamente solo. Según él, hizo una tela de araña 🙂