No, esto no es un dejà vú. Aunque yo pensé que el Mediano volvía a cumplir 4 años, pero no. Lo que pasa es que, en su sexto cumpleaños, quiso de nuevo una tarta de dinosaurio. Pero esta vez, para variar, no quería conformarse con la cabeza. Esta vez quería un T-Rex de cuerpo entero.
Mis tartas de fondant son resultonas, pero no son profesionales. Así que yo era consciente de que no podría hacerle el dinosaurio que él esperaba. Así que le enseñé el que viene en el libro de Debbie Brown y coló. Lo malo es que, de nuevo, yo no disponía de un molde semiesférico. Así que tuve que hornear dos bizcochos redondos (de chocolate, por supuesto) y, una vez superpuestos, recortarlos para darles la forma. Y, a ver, medio esféricos perfectos no me quedaron, pero se daban un aire. Y a partir de ahí, continué.
Mi idea inicial era hacer un Devil’s food cake bastante alto, para lo que usé un molde redondo de unos 18 cm de diámetro al que le puse papel de horno en las paredes para hacerlo más alto. La idea era que el bizcocho pudiera crecer y así conseguir cierta altura. Y, la verdad es que sí que creció. Pero luego se hundió como un sufflé.
Así que tuve que hornear otro igual. Al que, por cierto, le pasó lo mismo: se hundió. Pero, como digo, decidí tirar hacia delante y no hundirme yo también como mis bizcochos. Con la lira (¡menudo invento!) recorté lo que estaba hundido, obteniendo dos bizcochos normales. Ni rastro del desastre anterior. El más finito lo usé de basé y, colocando el más grueso encima, empecé a recortar.
El Mediano tenía claro que su bizcocho tenía que ser de chocolate. Además, también quería sabor a fresa y a limón. Personalmente, no veo que al chocolate le vaya muy bien el limón, así que decidí que el relleno sería de mermelada de fresa y que dejaría el limón para las galletas que hice para acompañar a la tarta. Éxito total.
CONTRAS:
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Hay formas que son más fáciles que otras a la hora de recortar. La media esfera no es lo mío. Pero al fondant pongo por testigo de que algún día (no muy lejano, espero) me compraré este molde semiesférico que lleva en mi lista de deseos casi un año. No es que yo sea mucho de recomendar comprar moldes (a parte de uno redondo, otro cuadrado y uno rectangular), pero es que aquí Debbie lo usa mucho y, como yo tiro mucho de su libro, creo que me va a venir muy bien el molde.
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A parte de darle forma a los bizcochos, el otro gran tema de la tarta era cómo hacer para que el cuello del dinosaurio de fondant no se rompiera y aguantara el peso de la cabeza. Y, para eso, decidí recurrir al truco de las tartas de varios pisos. Aunque modificado, pues lo que iba encima era una cabecita de fondant y no otra tarta. Pero eso mejor lo ves en el vídeo. Ya sabes, una imagen vale más que mil palabras 😉
PROS:
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Este año he ido más tranquila y con menos agobios. En parte porque ya estoy cogiendo confianza en la cocina y no me achanto por cosas como un bizcocho hundido.
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La cara de mi hijo al ver aparecer su tarta de dinosaurio no tiene precio. Esos ojos grandes y esa boca abierta de asombro es impagable.
Y ahora ya te dejo con el vídeo del paso a paso de la tarta de dinosaurio de fondant (de cuerpo entero) que ya está disponible en el canal de YouTube del blog (no me digas que aún no te has suscrito).
Ole! Que artista!! Alucino contigo. Ahí van kilos y kilos de fondant azul. No? Te quedó impresionante
Por cierto, a mí también se me hunden los bizcochos. Los saco monísimos del horno y en segundos plufff jajaja
¡Muchas gracias, Dácil! Pues la verdad es que el fondant no llegó al kilo, jejeje… Pero no veas lo que me cuesta teñirlo porque tengo brazos enquencles 😀
A mí no se me suelen hundir los bizcochos, la verdad es que es algo que afortunadamente no me pasa habitualmente… pero esta vez me pasé de lista y se me hundió. Pero, vamos, ya ves que todo se arregla y no se nota 😉