Si tenéis un hijo de la edad del mío Mayor, seguro que os sonará el videojuego de los bloques. Así que este año, cuando le pregunté que de qué quería su tarta de cumpleaños, lo tuvo claro: nada de coches, ni de camisetas de equipos de fútbol. Este año tenía que hacer una tarta Minecraft. Y ahí que me fui yo, más dispuesta que todas las cosas, a hornear bizcochos cuadrados y hacer que parecieran… ¡cualquier cosa del juego!
La forma estaba clara: cuadrada. Tengo un par de moldes cuadrados, aunque uno es un poco más grande que el otro. Así que pensé en usarlos y recortarlos para que ambos tuvieran la misma medida. La otra opción era hacer el bizcocho en una placa o bandeja y después recortar cuadrados. Pero se me hacía que esto iba a ser más complicado. Así que me decidí por los moldes cuadrados.
Vale, y ahora, ¿qué iba a hacer? ¿Un paisaje en plan lo de arriba verde y lo de abajo marrón? ¿La cara de Steve, el que va picando y matando monstruos? ¿Un monstruo? ¿Qué monstruo? Bueno, pues la decisión vino marcada por el cubo de Rubik. Sí, el que tiene un montón de colores que hay que poner cada uno en una cara. Visité Pinterest y, cómo no, ahí había un montón de tartas basadas en la misma idea.
Así que decidí hacer la cara de un creeper con bizcochos cuadrados y cuadraditos de fondant en varios tonos de verde. Miré entre mis cortadores y, esta vez sí, tenía uno con forma de cuadrado pequeño. Menos mal, porque me veía con la regla haciendo los cuadraditos de fondant a mano.
Pero, como me parecía que iba a quedar un poco simplón (ejem), di un paso más. ¿Por qué conformarme con dos bizcochos si podía partirlos a la mitad, obtener cuatro y así hacer un hueco en el medio de la tarta que podría rellenar con lacasitos? Pues eso mismo. Al final me salió una tarta Minecraft con forma de creeper y con sorpresa en el interior.
CONTRAS:
-
Al hacer sólo dos bizcochos, y aunque luego corté cada uno en dos horizontalmente, la tarta no resultó un cubo perfecto.
-
Los bizcochos, al dividirlos, resultaron demasiado finos para el hueco del interior. Así que tuve que echar más lacasitos para hacer altura y que mantuvieran el peso del bizcocho superior y que no se me hundiera la tarta.
-
Teñir el fondant. Con el añadido de que tenía que ir aumentando la cantidad de colorante para obtener un verde claro, uno medio y otro más fuerte.
PROS:
-
Si con la tarta búho me dediqué a hacer círculos de fondant, con esta fueron los cuadrados. Y, la verdad, tener un cortador de esa forma me facilitó mucho las cosas porque fui bastante rápida. Aunque, como he dicho antes, no es imprescindible, yo pensaba hacerlos a mano, pero con la ayuda de una regla (los cuadrados deben todos iguales para que luego se puedan poner juntos sin espacios indeseados entre ellos).
-
Como se trata de ir poniendo cuadrados por toda la superficie de la tarta, no hay que estirar todo el fondant para cubrirla. Esto significa que el estirado es más fácil y hay menos riesgo de que se rompa o se agriete.
-
Aunque el creeper del juego tiene más tonos de verde, la verdad es que con solo tres se consigue el mismo efecto. Sólo hay que cuidar de ir alterándolos por toda la tarta.
-
El efecto sorpresa de los lacasitos fue un éxito rotundo. No se lo esperaba nadie, ni niños ni mayores.
Pues a pesar de mis ideas de última hora, el Mayor estuvo encantado con su tarta y su sorpresa. Y, a pesar de todo, ver su cara al sacar la tarta y darle el primer corte hace que la del año que viene también quiera hacérsela yo 🙂
Y ahora, os dejo el vídeo con el paso a paso de la tarta Minecraft (ya disponible en el canal de YouTube del blog) para que veáis cómo lo hice. Como siempre, más fácil verlo que contarlo 😉
Queda verdaderamente genial y tiene que estar riquísima!!
Muchas gracias, Joaquín. Rica sí que estaba y la sorpresa del interior fue todo un éxito 😉
Eres una artista!!!!!! Pedazo de tarta y lo de la sorpresa un puntazo 😉