Hace un par de semana se alinearon los planetas. Sin comerlo ni beberlo, se nos presentó la ocasión de ir al teatro. Como tengo ya cierta inercia, lo primero que pensé es que era muy tarde para ir con los niños, ¿a quién se le había ocurrido poner una obra infantil después de las ocho de la tarde? Hasta que me di cuenta de que la obra no era para ellos, sino para nosotros. Papá³ propuso quedarnos a cenar. Total, un día es un día. Y así, como quien no quiere la cosa, nos montamos un “plan de novios”, solo nosotros, sin los Trastos.
Ay, los niños. Se quedaron con la abuela más encantados que nada. Hasta el Peque, que siempre pone pegas cuando yo no estoy, dice mi suegra que sólo se acordó de mí un par de veces. Vamos, que para ellos fue también una fiesta quedarse a dormir en casa de los abuelos.
Por mi parte, he de reconocer que disfruté como una enana lo de salir en plan novios. Esos escasos ratitos que pasamos a solas Papá³ y servidora me encantan. Vamos, que disfruto hasta el camino hasta el colegio los días que hay alguna tutoría. Así que si el plan no es diez minutos en coche, sino toda una tarde y parte de la noche, pues ya ni os cuento.
La obra que fuimos a ver en el Teatro de Bellas Artes era De mutuo desacuerdo de Fernando J. López, dirigida por Quino Falero e interpretada por Toni Acosta e Iñaki Miramón, que hacen unos papelones increíbles. ¿Y de qué va? Pues de un matrimonio que, tras doce años conviviendo y con un hijo de casi nueva años en común, se separa.
Aunque la situación es un drama, la obra está presentada en forma de comedia. Y te ríes. Vaya que si te ríes. Toda una terapia anti-estrés. Pero reconozco que yo estuve a punto de llorar en al menos dos ocasiones. Es que hasta Toni Acosta suelta la lagrimilla. Y cómo no te va a enternecer si es que nos podría pasar a cualquiera. Afortunadamente, lo que se ve en la obra no es mi caso, pero no puedo dejar de identificarme con la protagonista: una mujer que se busca a sí misma. ¿Es esposa, es madre, es trabajadora… qué es? Y eso seguro que a todas os suena.
El fin de fiesta fue la cena. No nos alejamos mucho del Bellas Artes y acabamos en el restaurante Lobby Market. Sólo por leer la carta merece la pena ir: burrata ahumada al momento con compota de tomate casera y albahaca y pan de nueces, torrija de pan con tumaca con sardinas curadas en humo, chips de berenjenas con alioli y miel de caña, tartar de salmón con aroma de trufa blanca y aguacate… Y lo mejor de todo, los postres. Si os animáis a ir, no dejéis de probar el helado artesano de cerezas o la ganache de chocolate blanco con fruta de la pasión y mango. Salivando estoy solo de recordarlo.
Me lo pasé como una niña, disfruté cada minuto. Hacía mucho tiempo que Papá³ y yo no hacíamos una escapada así. Y lo del volver al teatro me encantó. Creo que la última vez que fuimos aún no había nacido el Mayor. Lo que es muy curioso porque nuestra historia empezó yendo a ver obras de teatro.
CONTRAS:
-
Hubiera sido la velada perfecta si Papá³ no hubiera tenido que trabajar al llegar a casa…
PROS:
-
Tengo muy claro que esto hay que repetirlo de vez en cuando. Por nuestra salud mental (que no se puede estar siempre pensando en el trabajo y los niños) y por nosotros como pareja, que al fin y al cabo hemos decidido recorrer este camino juntos.
Nosotros no hemos vuelto a salir en plan de novios desde que nació mi bichilla. A veces pienso que me haría falta hacer algo así, cambiar un poco la rutina, pero como no quiero dejar a la niña con nadie ¡manías de primeriza!
Yo también soy reacia a dejar a los peques, pero a ellos les encanta estar con los abuelos. Y, la verdad, ahora me cuesta menos que antes. Es más, lo necesito para mantener cierta salud mental 😉
¡Lástima que estas escapadas en plan novios no podamos hacerlas más a menudo!
Yo lo veo complicadisimo, xq dejar dos bebes de la misma edad a una sola persona me da apuro, mas otra niña, claro… Así que hace siglos que no salgo sin ellas y el futuro pinta complicado…
Eso sí, lo veo muy necesario para la salud mental de la pareja.
Nosotros lo hemos hecho una vez después de ¡años! Y eso porque el Peque ya tiene 3 años, que si no, nada. Cuando tus bebés sean algo más mayorcitas ya verás como todo cambia… Y sólo hará falta que se presente la oportunidad como a nosotros 😉
Ahora, a ver cuando podemos repetirlo… Espero que no pase otra pila de años, jejeje…
Es muy necesario salir de vez en cuando en plan novios pero… del dicho al hecho hay un buen trecho y en nuestro caso ya ni recuerdo la última vez que salimos así. Es cierto que pasamos mucho tiempo juntos al trabajar los dos en casa pero… es trabajando y no de relax… pero los abuelos viven lejos y con los yayos solo un ratito que se cansan enseguida así que… toca esperar un poco más para poder disfrutar de una salida de novios…a ver si la semana que viene que están aquí mis padres podemos escaparnos un rato 😉
Pues a ver si con tus padres podéis escaparos un ratito. A nosotros nos sirvió para reconectar porque, aunque nos vemos todos los días (aunque poco), siempre vamos corriendo y pensando en otras miles de cosas. Es difícil y no sé cuándo podremos volver a repetirlo nosotros, pero después de la experiencia, lo vamos a intentar 🙂
¡Ya me contarás si os podéis «escapar» un ratito!