Nos acercamos al mes de junio. No sé vosotras, pero a mí este último esfuerzo me está costando una agenda. Como os lo cuento. Estamos dejando atrás un tranquilo mayo para empezar un junio lleno de ropas que vienen y van. Me estoy refiriendo, obviamente, a las excursiones escolares. Por la edad, el Mayor se va a ir a una granja escuela algunos días. Pero es que el Mediano también se me va, aunque en su caso sólo es una noche.
Las excursiones de los niños
Cuando el Mayor se fue la primera vez, se me cogió un nudo en el estómago que me duró hasta que volvió. Aunque él vino encantado con la experiencia. Lo pasamos peor nosotras que ellos. Y digo “nosotras” con toda la intención porque Papá³ estaba súper tranquilo. Que vale que van con la clase y sus profes, que vale que están súper controlados (sobre todo a estas edades), que vale que tampoco se van tan lejos y que en coche te plantas allí rápidamente si pasara algo. Que sí. Que vale. Pero yo no puedo evitar ponerme nerviosa.
Porque ya no es que no duerman en casa, es que duermen fuera sin ningún familiar (ni padres, ni abuelos, ni tíos). Van solos. Con los profes, sí, pero yo creo que no tienen la misma confianza. Afortunadamente, ellos disfrutan la experiencia como lo que son, niños. Y yo no es que quiera mandarles allí sí o sí. Nosotros siempre les preguntamos a ellos qué quieren hacer. Pero es que ellos lo tienen clarísimo: quieren ir y quieren repetir al año siguiente. Así que me esperan unas semanas de preparar ropa y cosas que tienen que llevarse. Y cruzar los dedos para que todo vuelva a casa sin extravíos.
Las pegatinas Petit-Fernand
El otro día me llegó a casa un paquete genial gracias a Petit-Fernand. Se trataba de las pegatinas para la ropa y otras cosas. Y ¡me han encantado desde el primer momento! Para empezar, vienen presentadas como si fueran un talonario, lo que viene genial para tenerlas todas ordenadas y no perder ninguna. Pero es que además, como hay de varios tipos (tanto etiquetas para marcar ropa como auto-adhesivas), también vienen ordenadas por categorías.
El pack que yo tengo es el de campamento de verano y viaje escolar y es súper completo. Consta de un montón de etiquetas para la ropa (que viene además con un papel especial para pegarlas con la plancha) y también de otras tantas para marcar cualquier otra cosa que se os ocurra o podáis necesitar porque hay varios tamaños. Vamos, que se pueden poner tanto en una gafas de sol como en un neceser. Pero es que además, consta también de pegatinas para el calzado y estas vienen con protecciones para que duren aún más. Y otro tipo de pegatinas que viene en este pack son en las que puedes incluir la dirección. Son geniales para ponerlas en maletas o mochilas.
CONTRAS:
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Yo siempre me agobio haciendo maletas (mías o ajenas). Pero es que en el caso de las excursiones de los niños, el agobio es doble: primero que no se me olvide nada que meter de lo que tienen que llevar (el primer año del Mayor, con el Peque recién nacido y mi considerable cansancio y falta de sueño, me olvidé de meterle en la mochila su pijama… no me enorgullezco de ello, pero me pasó) y lo segundo que vuelva todo lo que se va. Por eso siempre es preferible que todo vaya marcado.
PROS:
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Hacer el pedido en la web de Petit-Fernand es súper fácil y se tardan apenas unos minutos.
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Podéis personalizar todas las pegatinas. Yo incluí un dibujito de un balón de fútbol y el apellido de mis hijos (así les sirven a los tres 😀 ), pero es que luego, según el tipo de pegatinas, se puede elegir color de fondo, color de la letra y su tipo.
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Algunas pegatinas dan la opción de incluir algún dato más. Yo puse mi teléfono, pero también podrían incluirse alergias, por ejemplo.
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El pedido te lo confirman en un par de días y, una vez enviado, tarda menos de una semana en llegar a tu casa.
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Aguantan muy bien en ropa y otras cosas. Y las de la ropa, no se despegan ni en la lavadora ni en la secadora.
Este año tengo claro que voy a marcarlo todo, la ropa y ¡hasta el cepillo de dientes! Vamos, que si hay algo que no vuelve a casa será por la mala cabeza de mis hijos. Y espero que no se me olvide incluir nada… La verdad es que, salvo aquella vez, nunca se me ha vuelto a olvidar el pijama porque ahora es lo primero que meto en la mochila que se tienen que llevar, jejeje…