El otro día me sorprendí a mí misma mirando a mis hijos cómo manejaban esto de las nuevas tecnologías. En un momento de lo siento, no puedo más; necesito un descanso, por favor no se me ocurrió otra que dejarle al Mayor jugar con la consola, al Mediano la tablet y al Peque el móvil. Fue mi momento de paz. Y de caída al vacío también.
Ya no lo digo por el hecho en sí de que jueguen con estos nuevos aparatos, que el tiempo y los juegos dependen de cada niño y de cada casa. Me refiero más bien a la cantidad de puertas que se abren ante sus ojos: que si instalar aplicaciones, que si juegos online, que si conectar una cuenta de determinada red social para obtener más vidas…
Lo primero que he hecho yo tanto en la tablet como en el móvil es “caparlos”, es decir, para instalar o eliminar una aplicación hay que introducir un código. Y para realizar compras, en principio, también. Pero luego, cuando ya creía que lo tenía todo bajo control, llega el Mayor, con sus 7 años, y me suelta que, en el juego de la consola, se pueden jugar varios, aunque cada uno esté en su casa. Y que, por favor, se lo ponga porque un amigo suyo del colegio quiere jugar con él.
No es que desconfiara del niño en cuestión, que sé quién es, es que ante mí se abría otro sitio donde mis hijos podían ser vulnerables en Internet. Llamadme paranoica, pero en estas cosas soy muy mal pensada. Así que ahí me veis dándole vueltas a cómo hacer seguro un acceso a Internet que, por definición, no es nada seguro. Para ellos es un juego más, pero yo sé lo que hay detrás. Al menos una parte. Y esa parte no me gusta nada.
Con esto de tener un blog, he aprendido que todo deja una huella digital, ya sea tu nombre, tu IP, el famoso Whois para sitios web… Luego oyes las noticias y te tiembla el pulso de las cosas que dicen (que si han copiado claves bancarias, que si hay gente haciéndose pasar por quién no es y con la edad que no tienen, que si… que si…). Ya no hablo sólo de niños, sino de adultos también. Vamos, a todos en alguna ocasión nos ha llegado un correo diciéndonos que había millones de euros esperando sólo para nosotros o pidiéndonos que volvamos a introducir nuestras claves del banco… Yo no les doy crédito, pero ¿y mis hijos? ¿Y los vuestros? Si en vez de un pin bancario es la contraseña de la cuenta asociada al juego online, ¿desconfiaríais? ¿Desconfiarían vuestros hijos?
CONTRAS:
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Yo antes pensaba que el peligro estaba solo en el ordenador, pero no. El peligro también está en los móviles y tablets.
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A veces ni yo misma sé lo que me están contando, imaginaos un niño.
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Cuanto más al alcance están las nuevas tecnologías, más peligro hay de caer en timos.
PROS:
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Hay que ocuparse (más que preocuparse). Hablar con los niños nunca viene mal. Hay que explicarles que en Internet hay gente buena, como en la calle, pero también gente mala que quiere engañar a los demás. No se trata de alarmarles, creo yo, sino de que sean conscientes.
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También muy importante es hacerse con un buen antivirus. Afortunadamente todo evoluciona en todos los sentidos y ahora los hay que controlan distintos dispositivos.
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Y, por supuesto, no hay que olvidarse del control parental en Internet, que también es una opción que existe hoy en día.
A pesar de todo esto, nunca hay que dejar solos a los peques con estos aparatos. Al menos no hasta que tengan cierta edad o comprensión para saber qué no hay que hacer. Vamos, como en otros aspectos de la vida. Los padres también lo somos de cara a Internet, lo que pasa es que nosotros somos la primera generación, aprendemos sobre la marcha sus bondades y peligros. Y somos responsables de hacérselos llegar a nuestros hijos.
¿Vuestros hijos ya empiezan también a trastear con estas cosas? ¿Y cómo hacéis en casa para protegerles?
sí, tenemos que tener cuidado con las nuevas tecnologías porque nuestros hijos las dominan con facilidad y no ven los peligros.. un buen control y educación sobre el tema creo que son básicos para que puedan usarlas sin peligros 😉
Totalmente de acuerdo contigo, controlar los juegos que usan y cómo juegan con ellos, además de una buena educación al respecto para mí son algo básico. Sobre todo teniendo en cuenta que quizás dentro de pocos años ellos nos den mil vueltas a nosotras en este tema…