Os presento a Anna. Conocida en el mundo entero. Es la muñeca de Frozen. Y, contra todo pronóstico, es la muñeca del Peque. Cuando trajo a casa la muñeca del famoso libro viajero y vi cómo jugaba con ella, ya me imaginé que acabaría comprándole una muñeca. Con todo lo que eso conlleva.
¿Un niño con una muñeca? Pues sí, mira. Al parecer está mejor visto que una niña juegue con un balón. Las niñas que hacen cosas de niños ahora son las mujeres del futuro, las que tendrán los mismos trabajos que ellos, las que serán fuertes, triunfadoras… Pero curiosamente, si un niño juega con cosas de niñas, parece que está abocado a ser sólo una cosa. ¿En serio depende de eso? ¿En serio?
Luego está la otra parte, quienes te aplauden por tener el “valor” de comprarle a un niño un juguete que no va con su sexo. ¿Valor? Pues tampoco, mira, yo sólo le compré algo que él quería. Si hubiera querido un coche, se lo habría comprado de la misma forma.
Ya pasé por esto con el Mayor, que estaba encandilado con la princesa de Disney Ariel. Él quiso una muñequita pequeña que vio en el supermercado. Y también se la compré. Aún andará por casa. Y las miradas y comentarios velados eran los mismos que ahora con el Peque.
Y luego está el gran debate, ese que siempre sale en Navidades, época de regalos a los peques por antonomasia. ¿Hay juguetes sexistas? ¿O la sexista es la publicidad de los juguetes? Porque, claro, poner a una niña jugando con una cocina de juguete y a un niño con una pista de coches es sexista. Yo creo que cubre una cuota de mercado porque, nos moleste más o menos, los niños tiran más a los coches y las niñas más a las cocinitas. Y de eso se aprovecha la publicidad. Pasa lo mismo en la publicidad dirigida a adultos: la madre siempre es la encargada de preparar la merienda de los niños. ¿Esto significa que los padres no lo hacen? Pues no. De igual manera que aunque a la gran mayoría de niños les guste jugar con coches, también habrá niños que prefieran una muñeca. O, más novedoso incluso (leáse con ironía), jugarán con ambas cosas. En el caso de los juguetes, refleja una realidad. Creedme, al menos mis hijos no eligen sus juguetes en función de si en la caja aparece un niño o una niña jugando con él.
No entro aquí, porque no viene al caso, en otros ámbitos de la publicidad:el que muestra como norma cosas que no son (por ejemplo, mujeres siempre delgadas, sean abuelas o hijas, madres o profesoras) o el que muestra a la mujer como objeto de deseo (la gran mayoría de anuncios de colonias y perfumes “para ella”) y que creo que sí que habría que cambiar para ayudar a descartar determinados roles sociales.
Veréis, lo que trato de decir es que creo que los niños y niñas deberían jugar con lo que quisieran. El juguete no es sexista y la publicidad es oportunista. Ahora bien, el comentario que hagamos los adultos al ver al niño o a la niña con determinados juguetes sí que es sexista (Pepito, ¿seguro que quieres esa mochila? Mira que es rosa…, por poner un ejemplo). Porque yo no voy a obligar a mis hijos a jugar con balones ni con muñecas, pero la realidad es que si les das a elegir, ellos eligen el balón y los coches y ellas seguramente elegirán la muñeca.
CONTRAS:
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Como he dicho, aguantar determinadas miradas y comentarios al ver a un niño con una muñeca. Ya sé que puedo hacer oídos sordos o contestar, pero cada uno es libre de dar su opinión. Aunque no le importe darla delante del niño y ponerle en entredicho.
PROS:
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Darles a mis hijos la oportunidad de elegir sus juguetes. Como dejarles elegir otras tantas cosas (la ropa que se han puesto hoy, de qué quieren el bocadillo, qué película quieren ver…).
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Ver a mis hijos felices con el juguete que ellos querían, porque así lo eligieron sin imposiciones de ningún tipo.
Cuando está en casa, el Peque ahora lleva siempre a Anna, un perrito de peluche y un coche. Mientras come, mientras ve la tele… Yo no le obligo a nada de eso. Son los juguetes que ha elegido él. Sin embargo, es cierto que a Anna se la deja olvidada en más de un sitio. Al perrito menos veces. Y jugar a echar carreras con el coche le encanta, sobre todo si juegan sus hermanos con él. A mí sólo me preocupa que juegue con lo que quiera y sea feliz. Por mí, como si lo hace con una caja de cartón (que también lo ha hecho).
Totalmente de acuerdo contigo.
Mi peque (de ahora tres añitos y medio) hace dos me pidió un cochecito de muñecas, y se lo compré. A partir de ahí lo que él ha querido porque lo deseaba lo ha tenido, álbumes de princesas, libros y cuentos de la doctora juguetes, cocinita y todos los cacharros para usarla…. y la gente me dice «si es de niña!».
Es de ‘niño feliz’ y punto 🙂
Eso de «es de niño feliz y punto» me ha encantado. ¡Lo resume todo! 🙂
A mis hijos también les gusta la Doctora Juguetes y también han visto My Little Pony y Tarta de Fresa (de la que tuvimos también hasta álbum). Y de juguetes tienen la casa de My little Pets, y siempre hay alguien que dice aquello de «si es de niña». A partir de ahora, les diré lo mismo que tú 🙂
¡Gracias por comentar!
😉
A mi me pasa lo mismo que a ti… yo quiero que jueguen con lo que ellos quieran y me da igual el tipo de juguete que sea.. bueno no, las armas no entran en casa por muy de juguete que sean. Así que, antes de que naciera mi hija, en casa ya había carritos de bebés con sus correspondientes muñecos y es que mi hijo adoraba empujarlos y ahora juegan los dos indistintamente con unos u otros juguetes aunque se va notando la influencia externa de los amigos que le dicen a mi hijo que eso es de niñas y que si juega con esas cosas es que es una niña… claro, lo que aprenden de los mayores… una pena
¡Yo con las armas tampoco puedo! Yo no sé qué pasaría si hubiera una niña en casa, pero es cierto que han jugado con carritos y muñecas de mi sobrina alguna vez. A mí me da igual que jueguen con muñecas o balones, lo que no quiero es que piensen que serán niñas si cogen una muñeca…
Los míos también juegan con lo que les apetece, en casa hay de todo, aunque pocas muñecas eso es cierto. Pero Niño juega con el carrito o con la Minnie y Niña desde luego juega con coches y muñecos de acción. Pero de todas maneras a ella lo que le tira es dar de comer a los peluches y pasear el carrito y a él le encantan los coches y su buzz lightyear!
Pues es justo eso, que al final tienen a determinados tipos de juguetes, pero no creo que haya que hacer, decir o comportarse de forma distinta si deciden coger otro tipo de juguetes 😉
Mi hijo de 5 años, sale de paseo con sus muñecos todos a bordo del cochecito de las muñecas, les da el biberón o la teta según la edad de cada uno de ellos, su gatito es el mimado de su cama y con el comparte sus inventos.
Pero su colección de coches y dinosaurios no para de crecer, Darth Vader y Luke son lo más de lo más en su mundo.
Como ha dicho Marta García sus juguetes «son de niño feliz» y por eso me da igual que me digan «esas cosas son de niñas» Mi hijo esta feliz y eso es lo que importa.
¡Dí que sí! Yo también me quedo con la frase de Marta porque es cierto, mientras sean felices ¿qué más da con qué jueguen? Pero vamos, que aquí la colección de coches, balones y dinosaurios también va en aumento, jejeje…