Pues sí, señoras y señores, eso mismo es lo que me ha pasado y la razón por la que me he apartado un poco de todo lo tecnológico (Twitter, Facebook, blog, whatsapp…) tanto en lo personal como en todo lo relativo al blog. Salvo mi querido Pinterest, no os voy a engañar.
Me han pasado varias cosas que no sé muy bien cómo contarlas sin desvelar mucho de mi vida privada. Vamos, que nunca sabes quién te estará leyendo al otro lado de la pantalla y yo aún no estoy preparada para dejar atrás mi “anonimato”. El caso es que me ha dado un bajón.
Os aviso desde ya que la entrada de hoy es más larga de lo habitual… quizás para compensar la última semana 😉
Virus y otras historias para no dormir
La primera razón que ha contribuido a ello ha sido el mes lleno de virus que estamos pasando. Empezó el Peque estando malillo (bronquitis creo que fue lo primero que tuvo, con sus fiebres y todo), mejoró y empeoró otra vez. A esto hay que sumarle la gastroenteritis que nos afectó a los cinco (aunque a algunos más que a otros). Recuperados todos, el Peque cogió una faringitis que se tornó en bronquitis de nuevo, aunque ya parece que va dejándola atrás. Entre unas cosas y otras, el pobre pasó tres semanas seguidas con antibióticos por tres razones distintas. Estas dos últimas semanas ha conseguido pasar sin él. Y a mí nadie me quita de la cabeza que en parte ha sido culpa mía por no tener en casa el jarabe del osito. Se nos acabó y, con tanto médico y tantos virus, no pude ir hasta donde lo venden por aquí.
Entre tanto, yo he cogido faringitis también. En mí es algo normal en primavera y otoño, pero no se me suelen complicar… salvo esta vez. Estuve una semana con faringitis llamémosla normal. Y esta semana se me ha complicado con una infección.
Enfrentamiento virtual
Otra razón ha sido que he tenido un roce virtual con una madre del colegio. Ella expuso su opinión sobre un tema escolar, yo traté de darle otro punto de vista (ya sabéis, contras y pros) y ella se defendió atacándome. Yo no le he vuelto a dar más coba, hay gente que parece escucharte sólo para poder enfrentarse contigo en vez de para entender lo que le estás diciendo. Yo paso de gente así. La cosa no fue a más, pero que me ataque alguien sin conocerme, sólo por exponer mi opinión (como hizo ella), me ha hecho mella. Sobre todo si tenemos en cuenta que tengo un blog donde expongo mi opinión con cada entrada.
El blog
Así que, hilando pensamientos, hemos llegado al blog. Estoy muy contenta con él, pero siendo sincera, después de año y medio largo, las visitas aún siguen siendo pocas. Estoy feliz porque han aumentado y se han mantenido, señal de que hay nuevos seguidores fieles por aquí. Pero algunas visitas más al mes, después de todo este tiempo y después de tanto arañar minutos para poder sentarme a escribir, se agradecerían. Yo lo siento mucho, pero no me sale escribir entradas llenas de humor (más o menos sutil) ni sumarme a la noticia que esté de moda en ese momento ni reivindicar nada sólo para conseguir más público. Para eso ya hay otros blogs y otras webs que lo hacen genial. No es lo que yo busco cuando sigo un blog, así que no es lo que yo escribo en el mío.
Asuntos laborales
Otra cosa que ha influido en este bajón ha sido el tema de un trabajo. Cuando decidí quedarme en casa para cuidar a mis hijos, jamás dije que sería algo permanente, aunque tampoco le puse una fecha límite. Sin embargo, el Peque va camino de los tres años y empiezo a notar cierta presión social. Es decir, más de la normal.
El otro día, como puse en las redes sociales, una persona que tiene varias pastelerías me preguntó si vendía mis galletas y tartas porque tenían un acabado muy profesional (sic). Yo no las vendo, pero no puedo negar que alguna vez lo he pensado. En plan abrir una pastelería yo misma. Sin embargo, esta persona me abrió un mundo nuevo en el que los distribuidores se ponían en contacto conmigo para llevar mis galletas a las tiendas. Vamos, que yo no tendría que estar de cara al público, por decirlo de alguna manera.
El caso es que, por lo que he leído, no es un trabajo que se pueda hacer desde casa. Aunque no fuera una pastelería tal cual, necesitaría un local. Con lo que ello conlleva: hacer obrar, preparar permisos, acondicionarlo según la normativa alimenticia, etc. En fin, mucho trabajo, mucho papeleo y mucho dinero sólo para poner en marcha el negocio. El otro día, en una reunión familiar, dejé caer el comentario de esta persona. Y todo fueron pegas. Estaría bien oír de vez en cuándo un simple y por qué no.
Otra idea es dedicarme a escribir o corregir textos. Ya lo hice una vez. Para ese tipo de trabajo también tendría que darme de alta como autónoma, no puedo hacer un trabajo de colaboración. Y ya os conté aquí cómo fue esa experiencia la última vez. Así que, de momento, no me planteo. Sin embargo, dejo la idea en un cajón. Quizás el año que viene, cuando los tres vayan al colegio con el mismo horario, tenga tiempo para dedicarme en serio a ello y me compense darme de alta.
Los Trastos
Y ya, para acabar de contaros el porqué de este bajón mío os contaré que el Peque está en plena fase pegona. Ninguno de sus hermanos pasó por ella, al menos no de esta manera. Y estoy cual madre primeriza. El juega a darse, algo normal en los niños, y, para seguir con este juego, a veces pega a los demás. Da igual lo que hagamos o digamos, él pide perdón y al rato lo vuelve a hacer. A mí me tiene desesperada y llena de moratones. Como les tengo dicho a los Mayores que no le respondan, me dicen en la guardería que a lo mejor se aprovecha de esa situación. Pero sigo sin saber qué hacer.
Si a esto sumamos la cabezonería infantil propia del sector masculino de esta casa y de que yo, por mucho que me gustaría, no tengo el don de la ubicuidad ni el del desdoblamiento, la situación a veces se hace frustrante para mí.
Para poner la guinda al pastel, el otro día el Mediano me pidió jugar a la consola. Aquí hay una regla muy clara: el día que hay cole, no hay consola (salvo los viernes, que es casi fin de semana). Era lunes. Así que le dije que no. A los pocos días me encontré que, en su frustración, había escrito en el suelo debajo de la mesa del salón “mamá mala”. Con bolígrafo. Y, después de todo lo que os he contado, la verdad es que así me sentí.
CONTRAS:
-
Entre idas y venidas al médico, niños enfermos, mi faringitis y el mal tiempo (que más que llover, hay días que parece que diluvia), llevo dos semanas sin salir a correr. Y lo estoy notando. Y no me gusta. Quién me iba a decir a mí que lo echaría de menos.
-
A veces parecen que las cosas se suceden con el único objetivo de hundirnos. Yo no creo que esto sea así, nuestro estado de ánimo influye mucho en ese aspecto. ¿Nunca habéis tenido un día de esos en los que parece que todo os sale mal? Yo creo que muchas veces es nuestra propia actitud hacia lo que nos pasa la que nos da esa falsa sensación de mala suerte continua. Tenemos que saber sobreponernos a todo eso con una actitud más positiva. Pero siendo realistas, no siempre es posible ni tenemos la fuerza para ello. Pero hay que intentarlo. Siempre.
PROS:
-
Con tanto andar con Pinterest, se me ha ocurrido una idea. Tengo que darle un par de vueltas, pero creo que os gustará. ¡Espero que tengáis perfil en esta red social!
-
En mi opinión, creo que tener bajones de vez en cuando está bien. Siempre que no sea algo habitual ni un estado de ánimo duradero. A mí me sirven para coger un poco de perspectiva sobre el día a día o plantearme nuevas posibilidades.
Hoy escribo esta entrada en parte para desahogarme y en parte para deciros que sigo aquí. Que estoy barajando ideas y entradas nuevas para el blog. Que sólo necesitaba un poco de aire para volver con las pilas cargadas. Gracias por vuestra paciencia.
Ais… Te entiendo tanto………. Se que no es consuelo decir que en un momento u otro todos nos hemos sentido así.
Yo a diferencia del resto te diría que tírate a la piscina, triunfa y que se jo….an. Si tu crees en tu proyecto, si vas a aser capaz hazlo….. Yo soy de las que prefiero hacer y no quedarme pensando que hubiese sido si yo……..
Muchos animos…. Yo sigo leyendote……
Beaos
Intentalo, si tu crees en tu idea y tu proyecto, salta!! Si no sale ien tienes experiencia y si sale bien una satisfaccion enorme personal y profesional. Y porqué no, un ‘lues parece q si se puede’ a todos los q te han echado abajo el animo.
Un besazo!
Me alegra mucho que hayas vuelto. Se te echaba de menos. Mi peque tambien esta en fase pegon y no se que hacer porque el mayor no la tuvo. Espero que se pase pronto, jeje. Un besazo y bienvenida.
Ah!! Y respecto al trabajo, yo te diria que si realmente te apetece y te ilusiona, adelante. El que no arriesga no gana.
Nena, primero… Sabes que estoy por aquí para lo que quieras y que soy la reina de idas y venidas con respecto a lo que a estabilidad emocional se refiere, ¿no? Por lo que te puedo entender perfectamente.
No te voy a decir mucho más… Ya sabes que te tengo en un pedestal por todo lo que tienes encima. Que te de un bajón de vez en cuando es lo mínimo que me pasaría a mí.
Sólo hay una cosa que me ha indignado mucho… El tema laboral.
NO DEJES QUE NADIE TE DIGA QUE NO SE PUEDE.
Siempre se puede, siempre. (Voy a ser mala y mal pensada… A todos les viene muy bien que te quedes en casa, pero tu también cuentas, antes de madre eres mujer)
He dicho.
Oye, si es por los comentarios de la gente que te quiere obligar a trabajar, pasa de todo y sigue como hasta ahora. Pero si de verdad quieres intentar lo de la repostería y te hace ilusión ¡el mundo es tuyo! Hazte una de tus listas de contras y pros y lánzate a cumplir con tus ilusiones.
La familia no te diría nada pero …. tú si quieres puedes con lo de la pastelería y más. Tienes mucha mano y arte con la repostería y proponérselo es querer.
Por lo del bajón… todas hemos pasado por ellos y lo que dices… tomar aire es necesario y ya sabes que estaremos aquí esperándote para cuando vuelvas…
Un besazo guapísima
Hola Arusca!
Estoy intentando ponerme al día con todas tus entradas que tenía sin leer desde el verano… y como te escribo varias semanas después de este post, espero que estés mucho más animada, que los virus os hayan abandonado definitivamente, y que la fase pegona de tu niño haya pasado. Los tres míos también tuvieron esa fase, y a día de hoy no pegan a nadie, ni siquiera para defenderse del pedorro de turno al que le da por sacudir y morder 🙁 Del trabajo qué te voy a decir, que es muy triste que no te apoyen, pero como te han dicho en los comentarios anteriores, a por ello!!! No dejes que nadie te hunda, y que nadie te diga cómo vivir. Si tienes que quedarte en casa o trabajar fuera, será decisión tuya! Sobre el enfrentamiento con la otra madre, ya sabes que hay gente muy envidiosa y acomplejada que se crece en las discusiones y las broncas, y como el cerebro no les da para un razonamiento apropiado, recurren al ataque y al insulto. Y respecto al blog, te diré -y no es por pelotear, ni muchísimo menos- que con todo lo que te lo curras, deberías poder vivir de él, como hacen algunas otras «blogstars» que andan sueltas por ahí, pero a corto plazo es difícil cuando no ofendes a nadie, ni generas polémicas ni das titulares. Pero a largo plazo, te veo triunfando! Tienes que publicitarte y venderte más!!! (y aprovecho para felicitarte por tu libro!!)
Bueno, fin del rollo. Muchos besos de una de tus seguidoras incondicionales 🙂