Cuando comencé a hacer mis propias tartas, como no tenía ni idea (yo sólo sabía que quería una buena tarta de chocolate, jejeje…), empecé mirando por Internet. Encontré muchas páginas en inglés y algunas en español (nada que ver con la cantidad que hay ahora). La mayoría, tenían una “ayudita” en la cocina que les hacía más fácil aquello de hacer merengues o buttercreams, mezclar los ingredientes del bizcocho o hacer una buena cantidad de glasa para las galletas. Esta ayudita era la famosa máquina KitchenAid. Y yo quise tener la mía.
Pronto descubrí que no iba a poder ser. Aquel robot de cocina era muy caro para mí. Incluso los que eran modelos más viejos. Así que, tras el chasco inicial, me hice a la idea de que tendría que seguir haciendo a mano todas las recetas que iba encontrando. Pero la idea no se me iba de la cabeza. Cuantos más vídeos veía, más que gustaba aquel cacharro.
La verdad es que a este tipo de electrodomésticos no sé muy bien cómo llamarlos. Creo que en España nadie lo sabe. Se suelen catalogar como “robots de cocina”, pero para mí, un robot de cocina es otra cosa. Es un artefacto que pica, ralla, corta… también bate y monta, pero no principalmente. Por eso siempre acabo llamándoles “máquinas” o “robots para repostería”, pero estos son términos míos.
El caso es que, buceando un día hace unos cinco años por Internet, encontré a alguien que decía que había otras marcas en el mercado. No eran KitchenAids, pero sí se parecían bastante. Y ahí volvió a picarme el gusanillo de las ganas… con muchas ganas. Pasé horas mirando marcas, accesorios, precios… y, al final, aprovechando que era verano, decidí pedirme una para mi cumpleaños.
La que yo elegí fue de la marca Kenwood (aunque podría haber sido otra). Esta traía las mismas varillas que la KitchenAid: unas varillas para montar, un gancho para amasar y una pala (en forma de K) para mezclar ingredientes. Además, el cuenco venía con una tapa, cosa que la KitchenAid no tiene (por eso siempre hay que taparla cuando se mezcla azúcar glas).
Me costó mucho, muchísimo convencer a Papá³ de que ese era el regalo que yo quería de verdad. Él se negaba en redondo a regalarme algo para la cocina. Decía que eso no era un regalo. Y yo venga a que sí, que sí que lo era, es más, que ese era el regalo que me encantaría tener. A regañadientes suyo y con albaricias mías, fuimos al Media Markt y allí la compramos. No era el último modelo, sino uno anterior, lo que significaba que nos salió aún más barato de lo yo pensaba.
Además, la Kenwood venía con una batidora americana como accesorio y nos dijeron que, por separado, se podían comprar un montón más (rallador, picador de carne, accesorio para hacer salchichas, heladora, etc.). Recuerdo haber pensado que con el rallador me bastaba y que ya lo buscaría en otro momento porque en el Media Markt, a pesar de vender la Kenwood, no vendían ninguno de sus accesorios. Lo que, si lo pienso, no deja de parecerme ilógico.
El caso es que conseguí mi máquina repostera. Llevo cinco años considerándola mi tessssoro en la cocina. Y cada vez que la uso, le doy las gracias a Papá³ por el fantástico regalo 😀
CONTRAS:
-
El cuenco es de metal, no recuerdo si es acero inoxidable o no, por lo que yo siempre lo lavo a mano.
-
Aunque es cierto que existen un montón de accesorios para la Kenwood, son bastante difíciles de encontrar. No se venden en tiendas normales, hay que buscarlos por Internet. Hace un par de años me metí en su web para ver dónde los vendían. Llamé a un par de tiendas relativamente cercanas a mi casa y me dijeron que ya no comercializaban accesorios Kenwood porque tenían poca demanda. He visto que en Amazon hay algunos. Pero yo ya no estoy interesada. Me vale tal cual.
PROS:
-
Como he dicho antes, el cuenco viene con una tapa. Muy útil para evitar salpicaduras de harina, azúcar o cacao. Creedme.
-
Trae las mismas varillas que una KitchenAid, así que cualquier receta que encontréis que se haga con ella se puede hacer también con una Kenwood.
-
Aunque sean difíciles de encontrar, hay accesorios que se pueden acoplar a la máquina. Esto no lo permite la KitchenAid.
-
La Kenwood es bastante más barata que la KitchenAid. Para que os hagáis una idea, yo la compré por menos de la mitad. Recordad que, además de que no era la famosa KitchenAid, tampoco era el último modelo de la Kenwood.
Y si habéis llegado hasta aquí, seguro que os preguntaréis si éste es un post patrocinado. Bueno, pues no. Así que supongo que la siguiente pregunta que os estaréis haciendo es el porqué de esta entrada. La razón es bien simple. Con el auge que está teniendo la repostería últimamente, me consta que hay mucha gente interesada en la KitchenAid, como lo estuve yo. Y estoy segura de que, al igual que me pasó a mí, su precio está fuera del presupuesto.
Con esta entrada sólo quería mostraros que hay otras opciones en el mercado que funcionan igual de bien. La KitchenAid es genial y tiene mucha fama, pero eso no significa que el resto de máquinas que hacen lo mismo sean peores. Yo estoy muy contenta con mi Kenwood, la uso siempre que puedo y sigo tan encantada con ella como el primer día. Seguro que hay otras marcas que hacen la misma función 😉
Gracias por decirnos los pros y los contras de ese robot de cocina. Tomo nota de todo!!! 🙂
¡Estupendo! Me alegro de que te haya gustado 🙂
¡Besotes!
tengo un análisis completo en mi web, pasaos !!
gracias.. la verdad es que no hago más repostería por la falta de un aparatito de estos pero claro.. los precios no me lo permiten.. haré como tú y navegaré un poquito a ver si encuentro un chollo y lo amortizo tan bien como tú .. un besazo
Te advierto que engancha. Empiezas a ver las recetas de otra manera. El otro día hice un Pannetone riquísimo y, quizás si la máquina, no me hubiera lanzado.
¡Ya me contarás! 😉
¡Besotes!
La verdad es que es un artículo muy completo, aunque en nuestra opinión, la KitchenAid es la madre de todos los robots de cocina 🙂
Muchas gracias, agradezco mucho vuestro comentario.
No le quito mérito a la KitchenAid porque no tendría sentido. Solo quería transmitir que, si se quiere un robot de cocina y el presupuesto no nos llega, hay otras opciones 😉
¡Besotes!
¿No suena mucho? Quiero decir, si es muy ruidoso. ¿Y para que le sacas más partido? Masas, glasas… Es que es mi regalo desde hace tiempo, pero no me decido…
Ruth, no he mencionado nada del ruido porque más o menos es el mismo en ambas marcas. Pero ya que preguntas, te diré que sí que hace, pero también depende de lo que estés haciendo (montar, mezclar o amasar).
Yo suelo usarlo más para masas y montar claras. La glasa, como con una clara puedes decorar muchas galletas, suelo hacerla a mano.
Si te decides a darte el capricho, dedícame tu primera receta 😉
¡Besotes, perraca! 😀
Gracias, me has ayudado muchísimo pues me encuentro en tu misma situación y si ya estaba medio decicida a adquirir una Kenwood, ahora lo tengo clarísimo.
Hace ya tiempo que pienso que en la KitchenAid estás pagando la marca, no olvidemos que hoy en día el marketing lo es todo…
Genial. Yo encantada de haberte ayudado.
Como digo en la entrada, la KitchenAid está muy bien, pero es muy cara si tenemos en cuenta que en mercado hay opciones más baratas que realizan la misma función.
Me alegro mucho, de verdad. ¡Besotes!