
Algunas de nuestras piedras pintadas.
Este año no nos hemos traído conchas de la playa. No. Este año nos hemos traído piedras. Negras y blancas. Grandes, medianas y pequeñas. Ya en la playa se me ocurrieron varias manualidades para hacer con los niños y DIY para hacer en casa. Estos últimos tendrán que esperar un poco más, pero las manualidades ya las hemos empezado.
La semana pasada nos pusimos a pintar las piedrecitas y piedrezotas. Para ello, compramos pinturas acrílicas porque me imaginaba que las témperas que teníamos en casa se borrarían con el agua. ¿Y por qué no quiero que se borre la pintura con agua? Pues porque tenía el pensamiento de poner las piedras decoradas en las plantas que tenemos en casa. Al menos la mayoría de ellas.
Como siempre, compré los tres colores básicos (amarillo, azul y rojo) más el blanco y el negro. El blanco para las piedras más oscuras y el negro para detalles, contornos y letras. A partir de ahí, logramos hacer el verde, pero el violeta nos salió un morado muy oscuro. Para entonces, no nos quedaban muchas más piedras que pintar, así que no insistí en conseguir mi ansiado violeta o morado algo más claro…
Aprovechamos la siesta del Peque para que no nos pintara toda la casa. El que más cosas pintó fue el Mayor: un balón de fútbol, una atardecer con el mensaje “me encanta”, una mariquita, la lluvia… y hasta un “I’m happy” que nos llenó de inmensa felicidad a su padre y a su madre (por saber que él se siente feliz y por haberlo escrito perfectamente en inglés). Y, cómo no estando en pleno mundial de fútbol, banderas de España. El Mediano también lo intentó, pero al final acabó pintando piedras enteras de uno o varios colores. Cuadros abstractos, para quien no entienda de arte 😉
Yo también hice mis pinitos en la pintura de piedras: un mar, un paraguas con su lluvia, una mariquita, un caracol, unos bichitos simpaticones, algunos mensajes y, aprovechando las piedras del Mediano, los nombres de nosotros cinco. Ya puesta, decidí hacer también unas piedras de rojas y otras verdes para jugar al tres en raya.
Como veis, las piedras pueden dar mucho de sí con un poco de imaginación. Aunque no os penséis que usamos todas ellas. Algunas, las más pequeñas, me las guardé para hacer otra cosa que no tendrá nada que ver con los niños y que, en cuanto consiga hacerla, vendré a contárosla por aquí 😉
CONTRAS:
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Hay que tener cuidado con la pintura acrílica. Pero si mancháis algo, como por ejemplo, no sé, unas cortinas, os aseguro que si lo limpiáis rápidamente antes de que se seque la pintura con algo de agua o un paño húmedo, la mancha sale. Comprobado.
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Aunque acaba saliendo, cuesta más trabajo de quitar de las manos si os mancháis que las témperas.
PROS:
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Lo de siempre, pasáis un rato divertido con los niños.
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Fomentáis la creatividad.
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Las obras de arte de los niños sirven para decorar la casa, la terraza o el jardín.
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Les ayudáis a descubrir nuevos colores (verde, morado, naranja…). ¿Recordáis la ruleta de los colores primarios y secundarios? Pues eso 🙂
Nosotros usamos las piedras que nos trajimos de la playa pero, obviamente, cualquier piedra que tenga una superficie lisa, que veáis que se puede pintar sin problemas, os sirve. Y da igual el color de la piedra, con algo de imaginación, puede convertirse en parte de lo que queráis pintar 😉
Que buena idea esto de pintar piedras, los peques pasan un rato creativo y divertido!!
Sí y, además, luego les encanta verlas por la casa y se las enseñan a todo el que viene… ¡No veas qué orgullosos están de ellas! Incluso hay quien les ha pedido que le pinten alguna para su casa 😉
Ara, me encanta pintar piedras!! El año pasado lo hicimos con temperas y algunas de ellas acabaron dentro de la piscina, tiñendo el agua de un precioso verde…
Así que he comprado unos rotuladores especiales, de la marca Alpino (imagino que habrá otros). No se van y queda muy bien!!
Besos!
Yo también pensé en rotuladores, pero creo que exigen un nivel de detalle o no-guarreo que mis hijos aún no han alcanzado, jajajaja… Por eso me decidí por la pintura acrílica y, la verdad, de momento aguantan muy bien cuando regamos las plantas. Pero tomo nota de los rotuladores, para otro año 😉
¡Besotes!
¡que idea tan chula!!! es genial que los peques aprendan tantas cosas fuera de la rutina de siempre… genial!
¡Gracias! Pintar es muy divertido pero no siempre hay que pintar en el papel, claro que en las paredes tampoco, jajajaja… Tengo pendiente otra entrada sobre pintar unas… bueno, tendrás que leerla 😉
Uno de los contras para mí es lo de acumular las piedras en casa. Me da pánico que el control se nos desboque con la bichilla y que tengamos la casa atestadas de cosas de la niña, siempre mal ordenadas. Y como las piedras son baratas y podríamos acumular muchas…
Por eso mismo las tengo yo fuera, dentro de casa, cuantas menos cosas que puedan ser lanzadas, mejor. Ya conté la experiencia con la tele y el ordenador… y he aprendido de ella. Curiosamente, a las macetas no les hacen mucho caso, de momento no les ha dado por coger ninguna de las piedras pintadas que hay en ellas, jejeje…
El caso que tengo una bolsa llena y nunca se me había ocurrido 🙁 pero creo que esperaré un poquito más porque me da a mi que P puede llegar a ser como tu peque y salir con el pincel a decorar la casa entera 😉 En cualquier caso, apuntado queda 😀
Jajajaja… Si P es como los míos (y yo creo que sí), será mejor que esperes porque los míos es ver un pincel y emocionarse al máximo… Al menos durante 15 minutos 😉
¡Besotes!