… de estrenar cama de mayores

cama, mayores, bebé, cuna

El Peque, siguiendo los pasos del Mayor, ha decidido que ya no va a dormir en la cuna. ¿Y cómo nos lo ha hecho saber? Pues encaramándose a la barandilla de la cuna y amenazando con saltar desde ahí al suelo. Ante este ultimátum, nos nos ha quedado otra que salir pitando a buscarle una cama de mayores. Vamos, lo que viene siendo una de 90 cm.

Aunque yo quería litera para aprovechar el espacio de la habitación a lo alto (por si alguien quería quedarse a dormir, que no estoy pensando en más Trastos 😉 ), al final nos decidimos por una cama nido.

El paso a la cama fue relativamente fácil, pues, aunque la cuna sigue en la habitación (encajonada entre el armario y la cama esperando ser desmontada), el Peque no ha hecho en este mes y medio ningún amago de pasarse de la cama a la cuna. Ya no la quiere para nada.

Al principio pasó una semana durante la que lloraba de noche, pero dormido. Descartados otros motivos, llegamos a la conclusión de que lo que le pasaba era que él notaba demasiado espacio. Al Peque le gustaba dormir con los pies para arriba, en los barrotes de la cuna, cosa que en la cama ya no puede hacer. Aunque de vez en cuando se arrima a la pared o a las barreras que le hemos puesto y ahí los sube de nuevo.

Pasada aquella fase, hubo un par de semanas en las que durmió de maravilla. Casi no podía creerme lo fácil que había sido la transición. Para qué diría yo nada… llevamos dos semanas en las que le ha dado por levantarse de la cama. ¿Por qué? Pues simplemente porque puede hacerlo. Ya no hay nada que se lo impida, pues las barreras de la cama no abarcan todo el perímetro.

Y estos levantares que tiene el Peque pueden ser varios seguidos. Y da lo mismo que sean las 9 de la noche, las 3 de la madrugada o las 6 y media de la mañana. Él se despierta y se baja de la cama. Va a la puerta, la abre y entonces dice un sutil “maaaamiiii” que a mí me suena a pitorreo, todo sea dicho.

A esta “costumbre” se le suma ahora que ha descubierto que hay una llave de la luz en la pared a los pies de la cama. Y le da por encenderla. Igual que le da por dormir con la cabeza en los pies de la cama.

No quiero decirlo muy alto, pero llevamos cuatro días en los que se acuesta y no se levanta. Se queda y se duerme en la cama. Lo que sigue manteniendo es el madrugón. Ha pasado de levantarse a las 10 de la mañana a hacerlo sobre las 8. Dos horitas que se levanta antes. Y, claro, llega la hora de la siesta y, si le dejamos, se echa siestas de 3 horas y, cuando vas a por él, el señor se cabrea porque le tenemos que despertar. Es como si quisiera recuperar las dos horas que se fuma por la mañana en la siesta. Y, claro, no puede ser, que luego se levanta para cenar.

Con el Mayor nos pasó algo parecido. Le dio por levantarse porque podía hacerlo. Tenía yo una barrigota enorme del Mediano y me tocaba sentarme en un taburete en la puerta para asegurarme de que no se levantaba. Pasada la novedad inicial, volvió a dormir tan bien en su cama como lo hacía en la cuna. Y seguro que con el Peque nos pasa igual.

CONTRAS:

  1. Ya no habrá más cunas en casa. Se acabó la época de bebé y, aunque esto siempre me ha entristecido, esta vez, sabiendo que no vendrán más detrás, me pone bastante melancólica.

  2. La lámina del cumpleblog (“tengo un trastorno del sueño, los doctores lo llaman niños”) ha estado muy presente en mi cabeza estas últimas semanas. He dormido fatal con tantos despertares nocturnos a los que se les ha unido un insomnio pasajero. Lo que ha provocado que estuviera más cansada durante el día, lo que ha originado que tuviera muy mal humor.

PROS:

  1. Aunque la cama es alta, el Peque ya sabe subirse y bajarse perfectamente de ella. Así que el temor al porrazo ha desaparecido.

  2. Ha sido genial que no echara de menos su cuna en ningún momento.

  3. Ya estoy curada de espanto y sé que todo esto es una fase, lo que me ayuda a sobrellevarlo mejor. Y digo esto porque con el Mayor no veía la luz al final del túnel y me ponía de los nervios. Quizás el embarazo y las hormonas me ayudaron a sacarlo todo un poco de madre…

Respecto a su manía de dormir del revés, supongo que se le pasará en invierno, cuando haga más frío y empiece a arroparse.

Para solucionar el problemilla de que encienda la luz, he hecho lo mismo que con la litera de los Mayores. He comprado una esponja a medida y una tela para forrarla. Irá entre el colchón y la pared. Así evitamos tentaciones y no podrá encender la luz… a menos que se levante y dé a la llave que está junto a la puerta, claro… Pero, shhhhh, no le digáis que hay otra ahí 😉

12 comentarios en «… de estrenar cama de mayores»

  1. A mi hija mayor le encantó dormir en su cama des de el primer día, la verdad es que no me puedo quejar por que en este tema se porta super bien. Pero claro, eso de que no se levante ni una sola vez es imposible… Poco a poco!

    1. Ufff… Veo que no soy la única con hijos aventureros en sus camas, jejeje…
      Habrá que tener paciencia y esperar a que aprendan a no bajarse por la noche 🙂
      ¡Besotes!

    1. Sí, la verdad es que es un poco alta para mi gusto. Pero teniendo en cuenta que tiene cajones y dos colchones, menos no había, jejeje…
      Y, bueno, yo sí creo que es una suerte que haya aprendido a subir y a bajar, así al menos no se escuerna… Ahora sólo tiene que aprender a pasarse la noche entera sin levantarse 😉
      ¡Besotes!

    1. ¡Exacto! La litera de los otros dos mayores también tiene cajones y es genial para guardar sábanas, mantas y edredones. Por eso la cama del Peque la quería con sus cajones también.
      ¡Besotes!

  2. Justo asi es la de mi Jamonete. Una pregunta, que es lo que has puesto tanto a los pies como en el cabecero?? una baranda pequeña?? yo es que le temo que se caiga por ahi, y como la cama está entre armarios pues dejo las puertas abiertas abietas sujetas con lo que venden para que los peques no abran las puertas..pues eso pero en lugar de que para que no las abran yo lo he puesto para que no las cierren y asi no se caiga..pero es un rollo que está casi todo el día el armario abierto…

    1. Pues unas barreras para la cama de 90 cm. Me las recomendó la chica que nos vendió la cama y vienen genial. Mira, son estás de Babiesrus http://m.toysrus.es/skava/static/product.html?type=TRU_product_non_us&url=%2Fproduct%2Findex.jsp%3FproductId%3D15352721%26prodFindSrc%3Dsearch&domain=http%3A%2F%2Fwww.toysrus.es
      Lo buenos que tiene es que los agarres los puedes enganchar al somier y así sirven para los pies y cabecero aunque no sea para eso.
      Espero que te sirvan porque lo del armario es un rollo. Al Peque le han venido de maravilla 🙂

  3. Pues a nosotros igual nos toca después del verano y la verdad es que le tengo un poco de pavor….con lo bien que duerme en la cuna 😀
    En la playa hacemos entrenamiento forzoso porque no nos queda otra pero allí la cama es alta y bajarse si se puede bajar pero subir es otro cantar. Ya te contaré como va porque como volvamos a los despertares me pego un tiro….con lo que nos ha costado coger el dormir del tirón :/

    1. Hay niños que lo llevan mejor que otros, lo he vivido en mis propias carnes, jejeje… pero al final, si ya duerme bien en su cuna, volverá a coger el ritmo en la cama. Al principio es la novedad, que se pueden subir y bajar cuando quieran, y también que hay más espacio (yo al principio siempre les lleno la cama de cojines y peluches para que no tengan tanto espacio)… Una vez que se hacen a ello, suelen volver a sus rutinas de sueño normales… ¡al menos eso nos pasó a nosotros con los tres! 😉
      ¡Besotes!

¿Tienes algún contra o pro más? ¡Cuéntamelo! :)

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.