Buscando palabras que abarquen todas las letras de mi particular Diccionario de la maternidad (dentro de la Maternidad de la A a la Z de Trimadre a los Treinta), me he topado con esta palabreja tan rara koiné. Podéis encontrar su definición oficial en la RAE y también la recoge la Wikipedia.
No voy a repetirme, así que daré un par de pinceladas. Históricamente, koiné es una lengua hablada en el mundo helenístico tras Alejandro Magno. Es un dialecto griego que se diferencia del griego clásico básicamente en la pronunciación. Como curiosidad, el griego del Nuevo Testamento es koiné. Lingüísticamente, se llama koiné a una lengua común resultado de la unión de algunas variedades idiomáticas.
Y dicho todo esto, seguro que ahora sí intuís por dónde voy. Tras las definiciones, he llegado a la conclusión de que en mi casa hablamos koiné. Y no me refiero a un dialecto griego antiguo, no. Me refiero a la segunda acepción de la RAE. Y, una vez establecido que aquí hablamos koiné, tengo la obligación de deciros que soy traductora y bilingüe, pues hablo perfectamente tanto el castellano como koiné.
Palabras como “che”, “papae”, “má”, “anna”, “abua”, “papapi”, “aha”, “pepe”, “pi” o “eie” (por decir algunas) están en uso constante en nuestra casa. Y básicamente soy yo quien las comprende y las traduce al resto del mundo. Incluida, a veces, mi propia familia.
Pero, claro, si yo soy la traductora, ¿quién es el miembro de la familia que habla koiné? Pues el Peque, quién si no. Ese pequeñajo con lengua de trapo se ha dado cuenta de que en ocasiones los gestos no le valen, por mucho que señale con el dedo y yo crea que se va a descoyuntar el hombro, y que en el lenguaje oral tiene un increíble instrumento para hacerse entender. Con año y medio, habla muchísimo y puede tirarse hablando veinte minutos seguidos sin parar. Lo malo es que la gran mayoría de las veces, sólo él se entiende. Mientras le oigo muy atentamente (cogiendo notas en mi libreta de koiné-español), sonrío, asiento y le digo cosas como: “claro, hijo”, “di que sí” o “ajá” temiendo el día que haya examen sorpresa. Yo me he considerado siempre alumna aplicada, de las que no le gusta dejarlo todo para el último día, así que estudio koiné a diario. Pero no sé yo si voy por buen camino…
CONTRAS:
-
Como el koiné-hablante es un mico de 18 meses que no habla bien nuestro idioma, es complicado encontrar el significado de una palabra nueva. A veces, puedo tardar días.
-
Es frustante cuando el Peque dice una palabra nueva en koiné y todos los de la habitación me miran esperando traducción… y resulta que yo estoy tan perdida como ellos.
-
Si no fuera porque estoy segura de que cada bebé habla su propio koiné, publicaría un diccionario de koiné y creo firmemente que me haría rica. O al menos ganaría dinero para salir del paso. Seguro.
PROS:
-
Una vez desentrañado el significado de una palabra, es divertido sentarse a ver cómo los demás intentan descubrir a qué se refiere el Peque… y no dan pie con bola. Pero no soy tan mala, a los cinco minutos ya les estoy chivando la respuesta.
-
Es gratificante que el Peque vaya adquiriendo más vocabulario y que consiga hacerse entender con él. Aunque dicho vocabulario esté plagado de palabras en koiné…
-
Seguro que cuando erais pequeñas teníais un lenguaje secreto con vuestra hermana o mejor amiga que sólo entendíais vosotras. Era genial que nadie más os entendiera, ¿verdad? Yo estoy reviviendo aquello con el Peque ahora, pero también lo reviví con el Mayor y el Mediano en su momento.
-
Suerte que el Peque también está aprendiendo nuestro idioma. “Papá” y, sobre todo, “mamá” las dice a la perfección. Pero a diferencia de sus hermanos, quienes dijeron antes “mamá” que “papá”, el Peque dijo antes “papá”, para gran satisfacción de su progenitor. Luego se dio cuenta de que quien iba a quedarse en casa con él todos los días era yo y empezó a decir “mamá” de forma desmesurada. A peloteo no le gana nadie.
Para terminar y como sé que lleváis un buen rato dándole a la cabeza para ver si sabíais qué palabras son las que dice el Peque, he decidido no dejaros con la intriga. A continuación, el significado de las palabras antes mencionadas en el koiné propio de esta casa:
-
che → coche
-
papae → mariposa (sólo el Peque sabe por qué)
-
má → más o “dame eso que quiero y que lo quiero ahora mismo”. Suele acompañarse de un insistente movimiento de dedo acusador al objeto de deseo en cuestión
-
anna → rana
-
papapi → Peppa Pig o cualquier animal grande y rosa
-
aha →hola
-
pepe → Pepe, en concreto, el Burro Pepe
-
pi → pito (suele ir acompañado de un tocamiento de órgano reproductor masculino)
-
eie → iPod, toma el nombre de una foto de su prima que hay en dicho aparato y que le encanta ver una y otra vez
-
abua → agua
Quien las haya acertado todas está invitada el próximo fin de semana a casa. Tarta y café corren por mi cuenta.
“La maternidad de la A a la Z” es un carnaval de blogs iniciado por Trimadre a los Treinta que consiste en que cada madre participante describa un sentimiento al que ha descubierto un nuevo sentido con la maternidad, o una faceta de su personalidad que desconocía antes de ser madre. El objetivo es crear en red, colaborando unas con otras, un “Diccionario de madres” con el que reírnos, emocionarnos y conocernos un poco más.
Síguelo en Twitter #AZdelamaternidad.
Si estás interesada en participar, tienes toda la información a tu disposición aquí.
Jijiji, yo estoy empezando otra vez con el koiné, el peque ya dice sus primeras palabras aunque nada tienen que ver con las del mayor. Un claro ejemplo es el chupete: pipi lo llamaba el mayor y tete lo llama el pequeño.
Por eso no he escrito ya el diccionario de koiné, porque cada bebé tiene el suyo propio, jajaja… Es cierto que cada uno llama al mismo objeto de manera distinta… y hacen tanta gracia, ¿verdad? 🙂
¡Besotes!
jajajaj que bueno!!! recuerdo cuando Nenúfar hablaba su propio koiné…y PAPÍ era pepa pig y si hay una palabra que me hacía gracia por la cantidad de veces que la decía y porque…no se, a mi me molaba era «tititita» que era…margarita. Ay las madres….grandes traductoras de koiné 😉
Besos
¡Qué bueno lo de la margarita! Ya veo que la cerdita rosa es tema recurrente en el koiné de los peques, jejeje…
¡Besotes!
Dios, buenísimooooooooo. Me ha encantado, y de hecho yo tenía la X adjudicada para xinghao, en una línea súper parecida, ajajajajajajajajaaaaa. Pensaré en una alternativa, porque esta es perfecta tal cual y no necesita remate en este diccionario. Me he partido de risa con el papapi y la papae.
GENIAL! Un besazo!
Jo, siento haberte quitado la idea, pero me encantaría leer tu punto de vista, aunque coincidamos en el tema…
La papae trajo cola, ¡¡¡hasta que averigüé lo que era!!! Al final me lo tuvo que señalar el Peque en un dibujo… jajaja…
¡Besotes!
Ja, ja eso de «papae» requiere un análisis etimológico exhaustivo! 😀
Qué ufana me sentía yo cuando descifraba el koiné de mis retoños (otro de los superpoderes de las madres, sin duda).
Un besooo 🙂
Pues no lo había visto yo como un super poder, pero ¡desde luego que lo es!
¡Besotes!
Jajajaja, es buenísimo! Yo también soy traductora-bilingüe de Koiné…jajajaja. Desde luego que tiene un mérito terrible entenderlos y traducir sus palabros, porque madre mía…jajaja. Recuerdo a mi hijo cuando me pedía Pan como «Akum»…yo también supe nunca por qué…Besos
Jajaja… qué bueno lo de akum… ¿cuánto tardaste en descubrir que era pan?
Gracias por tu comentario.
¡Besotes!
jajajajaja,a mí me encantan estos diccionarios e interpretaciones….también tenemos nuestro propio koiné en casa y a veces algunas de esas palabras se quedan para toda la eternidad.
Es cierto, algunas no se olvidan… yo espero no olvidar papae porque es la que más gracia me hace.
¡Besotes!
Me ha encantado tu K, y descifrar el koine debe ser difícil. Mi hija decía ma ma y yo toda orgullosa pensando que era mamá y era más más.un besazo
A mí me pasa igual, dice má y mamá… a veces es difícil distinguirlos. Yo ante la duda, siempre barro para casa y pienso que me llama a mí, jejeje…
¡Besotes!
¡Hola guapa!
¡Genial entrada! Jajajajajajaja En tidas las casa hay dialectos de este tipo… Lo mejor es que pasados los años sigues recordando esas palabrejas con todo el cariño y media sonrisa… Aful, (azul) caranja (Naeanja), celebro (cerebro)… Y un montón de ellas más.
Un abrazo! 😉
Sí, por eso los niños que aprenden a hablar son tan graciosos, entre la lengua de trapo y sus palabrejas en koiné… Yo desde luego me parto con los míos 😉
Muchas gracias, me alegra que te haya gustado 😀
¡Besotes!
Pues ni pros ni contras porque esta entrada es genial tal,cual!!!!!!! Que gracioso el peque por dios!!!!!!!
Si es que cada uno tiene su idioma…. Y con que la madre lo entienda ya es suficiente!M!!!!!!!
Jajajajaj
Mamadedos
Tienes razón, con entenderle yo me doy por satisfecha. Los demás que cojan sus propios apuntes, jajajaja…
Me alegra mucho que te haya gustado mi entrada 🙂
¡Besotes!
Justo le estaba diciendo a una amiga, cuyo bebé tiene 4 meses y ella anda toda nostálgica por como crece y crece y por como muy pronto dejará de ser un bebé, que sí que da mucha nostalgia, sobre todo cuando pasan el año de vida y definitivamente dejan de ser unos bebés, PERO que a medida de que se van convirtiendo en pequeñas personitas son un mate de risa!!! porque apenas empiezan a «hablar», en su koiné claro está, no puedes parar de reírte 🙂 Oh, me he quedado con ganas de tarta y café… Un beso!
Empiezan por las palabras en koiné y luego viene su lógica aplastante. Todo son risas. Dile a tu amiga de mi parte que, efectivamente, da mucha nostalgia despedirse de la etapa de bebé, pero que se va a partir de risa con lo viene después.
Creo que os puse palabras complicadas, la próxima vez bajaré el listón 😉
¡Besotes!
Ais que bueno!!! Y como te entiendo perfectamente, mi peque ha hablado siempre en Koine hasta hace bien poco el pobre se fustraba cuando no le entendíamos y a veces era yo la que lo pasaba muy mal por que no conseguía entenderle … pero que bien cuando empiezan a soltarse y consiguen hablar claro! Besos
La verdad es que tienen que sentirse un poco frustrados… me frustro yo al no entenderle… pero luego se van soltando más y es un gustazo, como dices tú, cuando empiezan a comunicarse sin problemas.
¡Besotes!
JAJAJAJA, buenísimo guapa!! Reconozco que cuando he leído la palabra no la recordaba,… pero en seguida me han venido a la cabeza mis clases de griego, jajajaja. Como te imaginarás en casa tenemos koiné a tutiplén, aunque el de mi peque es menos evolucionado!!
Genial
Un besazo
¿Que no la recordabas? Yo no estoy segura de haberla oído alguna vez hasta ahora, jajajaja…
Ya verás cuando empiece a evolucionar… bueno, qué te voy a contar que tú no sepas ya 😉
Muchas gracias, guapa.
¡Besotes!
jajajaj pues va a ser que yo también se Koiné….. aunque a mi peque cada vez se le entiende mejor , hay palabras que todavía solo le entiendo yo (y eso porque también soy muy aplicada y todos los días estudio Koiné) jejejeje
Besos!
Si es que el conocimiento del koiné nos viene con el diploma de madre, jejeje… Además de que somos muy buenas estudiantes 😉
¡Besotes!