Una desventaja de tener más de un retoño es que no te puedes dividir. Si son dos y estáis los dos progenitores, entonces cada adulto puede prestar toda su atención a un niño. ¿Pero qué pasa cuando sólo hay un progenitor para los niños? ¿O si estáis los dos pero ellos son tres o más? Las matemáticas no son mi fuerte, pero creo que las cuentas no salen, teniendo en cuenta que una persona no puede dividirse en partes y seguir funcionando igual.
Por eso, aunque también disfruto e intento que se lo pasen bien estando todos juntos, yo intento aprovechar cada ratito que paso sola con uno de mis Trastos al máximo. Da igual si se trata de cinco minutos en el desayuno, del cuarto de hora que dura el baño o de salir a comprar algo y alguno se apunta a venir conmigo. Obviamente, no es lo mismo si ese rato lo paso con el Mayor, el Mediano o el Peque porque cada uno requiere distintas atenciones.
Al Mayor le gusta contarme cosas del recreo o hacerme preguntas del tipo: “Mamá, si todos venimos de la tripa de nuestra mamá, ¿de dónde vino la primera mamá?”. También le gusta jugar al veo-veo o a las palabras encadenadas. Afortunadamente.
El Mediano prefiere hacer cosas graciosas para que los dos nos riamos juntos. A parte de saltar de todo aquello que diste 20 centímetros o más del suelo, que es un pequeño saltimbanqui en potencia. También le gusta que juegue con él a los coches o participe en su afán de ordenar cosas poniéndolas en fila india.
El Peque, sin embargo, es más de irse al suelo y dejarle a su aire explorando cosas. Le encanta tocar donde ya va sabiendo que no debe. Entonces se gira, me mira y llama mi atención. Ya ha aprendido a subirse en el sofá y, tras dos días en plan yo sigo andando por aquí y si se acaba el sofá es problema del sofá, por fin ha aprendido cómo bajarse sin estamparse contra el suelo. Ya sólo le fata saber que no hay que asomarse por los reposabrazos porque el suelo sigue estando ahí abajo. Creo que esto último le va a costar un poco más…
Siendo tres y estando la gran mayoría del tiempo que pasan en casa a solas conmigo, sé que les encanta esos momentos en los que yo puedo prestarles toda mi atención sólo a uno. Pero siendo realistas, estando en casa sola, siempre hay una pequeña parte de mi cerebro atenta a ruidos que vienen del salón, por si alguno de los otros dos la está liando aprovechando mi ausencia.
Lo mejor es salir fuera, dejando a los otros con su padre, por ejemplo. Ir a dar un paseo al parque, ir a comprar el pan… cualquier excusa es buena para pasar un rato completamente a solas conmigo. Ellos lo agradecen, pero es cierto que yo también. Después de estar todo el día o toda la semana lidiando con tres, es un respiro estar sólo con uno. Sobre todo si se trata del Mayor o el Mediano que son a los que menos veo cuando empieza el curso.
Alucino viendo lo mucho que han crecido, cómo tienen ya una lógica aplastante para algunas cosas. Me encanta poder mantener una conversación con ellos. Es en esos ratitos cuando les puedo ver brillar en todo su esplendor.
CONTRAS:
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Es muy difícil para mí encontrar un rato que pueda dedicar en exclusiva a uno solo. Pero como he dicho antes, mi truco es aprovechar cada momento, dure éste cinco minutos o una hora.
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El que no está conmigo siempre revolotea. Quiere que su momento llegue cuanto antes y dure el máximo posible. No le puedo culpar por ello. Es algo natural y así hay que tomárselo.
PROS:
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Estar con niños (uno o varios, da igual) implica no parar. Siempre hay algo que hacer, algo que preparar. Es bueno, a veces, pararse en seco dentro de esta espiral de prisas y rutinas y levantar la vista. Puede que nos encontremos con una personita que tiene mucho que enseñarnos si la dejamos.
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Quizás es porque, como he dicho, no me resulta fácil encontrar un momento para dedicarme en exclusiva a uno solo. La cuestión es que, cuando lo encuentro, lo disfruto todo lo que puedo, igual que mis hijos. Es un momento en el que descubro a la clase de persona en la que se ha convertido y casi puedo intuir la clase de persona que podría ser cuando crezca un poco más.
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Incluso en esos ratos de dedicación exclusiva a uno solo, estoy tentada a pensar en otras cosas (qué haremos para cenar, necesitan zapatillas nuevas, cómo nos vamos a organizar el fin de semana…). Si es un rato para pasarlo con nuestro hijo, es para eso y nada más. A veces me cuesta apartar de mi cabeza estas preocupaciones, pero sé que debo hacer el esfuerzo porque la recompensa es enorme.
¿A vosotras también os cuesta encontrar estos ratito para disfrutar al cien por cien de vuestros hijos? ¿Preferís pasar un ratito a solas con cada uno o preferís pasarlo con todos juntos? Contádmelo en los comentarios ;).
Osease..que el mayor sera físico!!! ya te esta preguntando que fue primero si el huevo o la gallina ¿que de donde vino la primer mama? que bueno!!!
Mis hijos se llevan diez años entre ellos, eso me permitió dedicación exclusiva en sus primeros años! pero cuando volvía del trabajo claro! algunas mamas pasan todo el día con sus hijos, otras solo disponen de alguna hora! lo mas importante es la calidad y no la cantidad.
A mi personalmente me gusta la rutina escolar, eso me permite una planificación y cuando vuelve del cole yo soy toita pa mi bollito! nos sentamos me cuenta yo pregunto merendamos, básicamente eso.
Con tres no probé nunca como se hace, pero veo que tu eres alquimista!!! felicidades
un Beso
El Mayor ya empieza a hacer unas preguntas, que vaya… Al tenerlos tan separados, supongo que lo de repartirse el tiempo es más fácil, yo de alquimista nada, sólo soy «aprovechadora de momentos» (¡toma palabro! jeje).
La rutina escolar bien muy bien para organizarse. Yo lo que tengo que hacer, siempre por la mañana, las tardes son todas para mis hijos. Aunque yo creo que cuanto más tiempo pasemos con nuestros hijos mejor 😉
¡Besotes!
Vaya experiencia 🙂 Intensa y preciosa. Yo solo tengo una… ¡de momento! Y a veces pienso como sería con dos, y me digo ‘aprovechemos!’
Di que sí. Hay que aprovechar al máximo cada momento, aunque sólo tengas una. Con dos lo tendrás más complicado, pero verás como querer es poder. Seguro que encontrarías un ratito para estar con cada una, aunque sólo sea unos minutos que, bien aprovechados, serán fantásticos 🙂
¡Besotes!
Yo siempre considero el tiempo con mis niños «de calidad», aunque estemos haciendo la compra en el Mercadona, o estén jugando con las pinzas mientras intento tender la ropa. Así que, igual calidad + mayor cantidad de tiempo = mucho mejor para todos 🙂 (ventajas de que mami esté CASI siempre con ellos)
Personalmente encuentro planificar un ratito exclusivo para cada uno muy difícil, así que, como tú comentaste, aprovechamos cualquier ocasión: cuando el Peque toma la teta mientras los mayores ven la tele o juegan, cuando el Mediano está en el baño y los otros andan a lo suyo, cuando el Mayor es el último en dormirse y me viene con sus confidencias a medianoche…
Juntitos o por separado, creo que el tiempo que se pasa con los hijos es el mejor invertido del mundo.
Estoy de acuerdo contigo Marìa Isabel, al igual que hace Arusca hacer de lo poco mucho y momentos mágicos, porque os aseguro que en la retina se quedan las miradas de ellos y esas caritas (no se olvida por mucho tiempo que pase) y si es la textura y calor de sus deditos dentro de la mano de mama cuando se camina cojidos de la mano.
Yo me cojia a mis hijos con los ojos cerrados les olía el cuello porque cada bebe tiene un olor especial, mi hija olía a galletas Marìa y el nene olía a mar, ahora que son mas altos que yo cuando los abrazo aun les aprieto fuerte y me quedo oliendo sus cuellos con los ojos cerrados.
¡Qué bonito eso de olerles el cuello! Es cierto que cada uno huele de forma diferente. Yo a veces me sorprendo a mí misma oliéndoles hasta la ropa que acaban de quitarse.
¡Besotes!
Será que yo también paso casi todo el tiempo con ellos, pero yo también considero que los ratos que estamos juntos son de calidad, por lo que contaba antes: cuando están en el cole intento hacer todo lo que puedo para dedicarles la tarde a ellos en exclusiva.
Respecto al Peque, incluso por muchas cosas que tenga que hacer, siempre intento sacar ratitos para estar con él a solas antes de que lleguen sus hermanos del colegio.
Por eso creo también que mi tiempo con ellos es de calidad, por lo que cuanto más tiempo pasemos con los hijos, mejor para todos. Como bien dices, es el tiempo mejor invertido del mundo.
¡Besotes!
Fijaté, que yo que sólo tengo uno, pienso que será una pena no poder dedicarle el mismo tiempo que le he dedicado a esté si en el futuro tengo otro. Pero supongo que la experiencia será totalmente distinta y aportará otras cosas enriquecedoras, como ver cómo se relacionan los hermanos. Tiene que ser superbonito.
Es cierto que el tiempo que se pasa con el segundo no es como con el primero. Pero a cambio tienen una madre más experimentada y las conversaciones entre ellos son dignas de oír, sobre todo cuando creen que no escuchamos, jejeje…
¡Besotes!
Cuando nazcan mis mellizas una de las cosas que más temo es no poder tener ningún rato con mi hija mayor. Lo peor es que siento que aún es muy pequeña para entender la situación y me mata la incertidumbre de no saber cómo va a reaccionar.
Por lo que cuentas parece que el truco está en aprovechar los momentos que se encuentren a lo largo del día, así que yo intentaré hacer lo mismo.
Un beso!!
Al principio será duro, sobre todo si son mellizas y tienes otra más mayor. Aunque tengo cero experiencia en gemelas o mellizas, una cosa que me funcionó a mí era lo de los turnos. Me explico. Le decía al mayor (o mayores, jeje): «ahora es el turno del bebé, después es el tuyo» o «ahora estoy contigo, pero después le toca al bebé».
En cualquier caso, sí, el truco es aprovechar cualquier momento, aunque dure poco, porque si esperas a tener un rato tranquilo que poder dedicar a la mayor es probable que no lo encuentres…
¡Besotes!
Gracias por el consejo!!