Hoy vuelvo con otro juguete casero DIY a más no poder. Como su propio nombre (inventado por mí, todo he de decirlo) indica, es una botella que esconde tesoros que hay que descubrir, pero también suena cual maraca.
De nuevo, se necesita poca cosa: una botella o recipiente similar (resistente a los golpes y que no se rompa o que, si lo hace, no suponga un peligro para el niño), arroz, tesoros y pegamento o silicona. La idea consiste en echar a la botella juguetitos pequeños, como los que salen en los huevos sorpresa, o cosas como ojos saltones de manualidades, botones pequeñitos con alguna forma divertida, etc. Se rellena de arroz, pero no del todo, para que se pueda mover con facilidad. Yo eché también algo de brillantina, pero reconozco que no tuvo el efecto espectacular que pensé que tendría, así que no recomiendo echarla.
Para finalizar, se pone pegamento o silicona en el tapón y se cierra. Así evitamos que los peques puedan abrir el tapón y se desparrame todo el arroz y demás tesoros. O peor aún, que acaben en sus boquitas y se atraganten. Esperamos un tiempo a que haga efecto y ya está lista para jugar.
CONTRAS:
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Al ser de plástico la botella y al no estar hasta arriba de arroz, con el uso, se va aplastando y se deforma. Es algo más visual que otra cosa, pues sigue ejerciendo su función como juguete a la perfección.
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A mí me costó encontrar “tesoros” que cupieran por la abertura de la botella. Para paliarlo, eché hasta clips. Se me ocurre que, entre tanto arroz, también se puede echar algún garbanzo, una concha pequeña o una piedrecita oscura. Al final, se trata de encontrar cosas entre tanto arroz.
PROS:
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Lo pueden usar los bebés grandes (al Peque le encanta moverla para hacerla sonar como maraca) y los niños algo más grandes (como mis Trastos mayores) para encontrar los tesoros escondidos.
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Cuando ya no dé más de sí el juguete, se abre (con unas tijeras si no conseguís abrir el tapón) y, tal como está, se echa el contenido en otra botella nueva. Sólo hay que pegar el tapón para volver a tener una botella maraca esconde tesoros nuevecita ;).
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Cuando lo vio mi madre pensó que no duraría más de dos telediarios. Estaba convencida de que, a la primera que se cayera al suelo, se rompería y el arroz saldría disparado por todo el suelo. Bueno, pues yo he perdido la cuenta de las veces que se ha caído la botella y el arroz sigue dentro.
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El juguete ocupa poco espacio y, aunque pesa, tampoco es algo excesivo. Recordad que un bebé de un año es capaz de jugar con la botella y hacerla sonar.
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Yo lo he hecho con arroz, pero ahora que es tiempo de vacaciones a la orilla del mar, supongo que también se puede hacer con arena de playa.
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A diferencia de la carretera de tela (que parecía más para niños), este juguete sí que sirve tanto para niños como para niñas ;-).
Como veis, esta botella multiusos es otro juguete barato, que se hace con cosas que hay en casa. Si se rompe, es fácilmente reemplazable por otra igual. Si se pierde, tampoco es algo valioso. Al llegar a casa se puede hacer otra igual.
Cuando queráis mantenerles tranquilos un ratito, dadles la botella a vuestros retoños y decidles que busquen lo que hay escondido entre el arroz. Un ratito sentados os aseguro que estarán. Sobre todo si hay algún tesoro que se les resista a aparecer. Mi sobrina estuvo un buen rato buscando el ojo saltón.
Aunque versiones en Internet de esta botella hay unas cuantas, yo tomé la idea de aquí. Y como siempre os digo, si os animáis a hacerla, acordaos de volver a contarme cómo os fue el invento.
Qué bueno, ideal para las «fantásticas» sorpresas de los huevos kinder. Mira que no habré tirado cositas menudas de esas por miedo a que se los tragasen. Por cierto, que he echado un ojo a la página donde te inspiraste, y casi me deprimo. ¡Qué tía! Me entró una envidia cochina… 😀
Un besazo
Pues vi la idea en Internet y fue lo primero que pensé, que iba a venir genial para las sorpresas de los dichosos huevos. Yo también he tirado un montón de esos juguetes por lo mismo que tú.
Respecto al blog que me dio la idea, mejor no lo mires mucho, jejeje… a mí me pasó igual 😉
¡Besotes!
Oye, vaya inventiva tienes, maja, me gusta mucho la idea 🙂
¡Besos!
Todo con tal de tenerles entretenidos 5 minutos o más :-). Y con esto de las vacaciones de verano tengo pensado publicar más cosas por el estilo.
¡Besotes!
Pues es muy sencilla, y seguro que resulta. Si es que a veces nos encanta complicarnos la vida…
Gracias por compartirlo!
Al Peque le entusiasma hacer sonar la botellita. A veces las cosas más simples son las que más les entretienen.
Gracias a ti por pasarte y comentar 🙂
Besotes.
Nosotros hicimos algo parecido pero con lentejas. Me mandó a comprar unas lentejas pardinas y me equivoqué. Como no les gustaban pues las tuvimos que readaptar para manualidades. Otra fue echar pegamento en un papel y luego colocar las lentejas. Una vez seco, pintarlas con pinceles.
Qué buena me ha parecido tu idea con las lentejas :-). La verdad es que pienso que la botella se puede rellenar de cualquier cosa no muy grande que permita moverse a los juguetes.
La actividad de pegarlas y luego pintarlas, me la apunto porque suena genial 🙂
¡Besotes!